PINCHA PARA SABER DE QUÉ VAN. Para más información visita la Web oficial de Déborah.
Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

sábado, 26 de marzo de 2011

Relato: Dejá vu múltiple

Acaba de salir de casa y pasea tranquilo por la calle, con paso vivo y alegría en el cuerpo. En un momento dado, se cruza con una mujer que regaña a su hija pequeña por correr por la calle lejos de ella, y, tras una última mirada atrás por curiosidad, sigue adelante en su paseo.
Unos cuantos pasos más allá, llegando a una esquina, una niña –la misma niña con la que se acaba de cruzar hace apenas unos segundos- choca con él. Mira atrás, sorprendido, para encontrarse con que la niña y su madre ya no están al alcance de su visión. Encogiéndose de hombros, piensa:
“Será su gemela”, pero nada más acabar este pensamiento ve a la madre correr hacia ellos, gritando el nombre de la pequeña. Al llegar a su altura, pide disculpas y empieza a regañar a la niña por correr por la calle lejos de ella.
Un escalofrío le recorre el cuerpo, pero finalmente su mente llega a una conclusión racional: es un déjà vu.
Sigue andando por la calle inocentemente y mira el reloj del ayuntamiento, que marca las cinco. Extrañado, ya que esa es la hora a la que ha salido de casa y ya han pasado cinco minutos largos, mira su reloj y se sorprende al ver que marca la misma hora. Anonadado, se pregunta cuántas posibilidades hay de que dos relojes (uno de ellos casi recién estrenado) se paren a la misma hora el mismo día. Le hace gracia y continúa su camino con una risita. En estas se cruza con un vecino que está paseando a su perro y tienen la pequeña y cortés conversación que tienen siempre:
-Buenas tardes
-Buenas tardes
-¿Cómo va todo?
-Perfectamente, ¿Y tú?
-Pues aquí, sacando al perro. Bueno, continuo que Skiner se impacienta, hasta otra.
-Hasta otra.
Sigue avanzando, cavilando sobre la suerte que tiene al haber encontrado un vecindario como aquel, donde todos son tan amables. No ha acabado de pensar esto cuando se vuelve a cruzar con el mismo vecino con su perro.
-Buenas tardes
-Buenas tardes –responde, atónito.
-¿Cómo va todo?
-Pues igual que antes, hombre, que nos acabamos de ver.
-¿Pero qué dices? Yo no te he visto desde ayer.
-¿Seguro? Bueno, pues yo estoy perfectamente, ¿y tú?
-Pues aquí, sacando al perro. Bueno, continúo que Skiner se impacienta, hasta otra.
-Hasta otra.
Se queda parado, mirando cómo se aleja e incapaz de reaccionar durante unos instantes. Cuando se vuelve para continuar su camino, ve a lo lejos al mismo vecino, qur cruza la calle con su perro, y él mismo cruza la calle a su vez, limitándose a saludarle a lo lejos con la mano para evitar tener la misma conversación de nuevo. Por su mente pasan infinidad de hipótesis, pero la única que le parece factible es que se ha vuelto loco. ¿Y puede estar loco alguien que se plantea estar loco?
Se sienta y de nuevo mira el reloj, que sigue marcando las cinco, pero esta vez se da cuenta de que no está parado, ya que el segundero continúa dando vueltas, infinitamente, pero sin que el minutero avance con él.
Aterrado, mira cómo el reloj sigue dando vueltas y cómo, a intervalos de un minuto exacto, la misma mujer de rojo cruza por delante del banco donde está sentado. En esos momentos se da cuenta de que está atrapado en el intervalo de tiempo que va de las cinco a las cinco y un minuto. Comienza a desesperarse cuando intenta explicar lo que pasa a los transeúntes y le miran con caras compasivas, creyéndole un loco. No obstante, un minuto después, se vuelve a cruzar con las mismas personas que no le reconocen.
Vaga sin rumbo por las calles; ve pasar a la misma gente una y otra vez hasta que finalmente, agotado, decide pararse a descansar en las escaleras de un portal. En ese momento, se da cuenta de que ha ido a sentarse justamente enfrente de la joyería en la que compró su reloj hacía una semana escasa. Se pregunta si no será una señal y entra en la tienda justo cuando su reloj marca las cinco.
-Pero bueno, ¿el suyo también? –dice el amable anciano que le vendió el reloj–. Traiga, traiga, que se lo arreglo en seguida, antes que pase el minuto.
Le tiende el reloj estupefacto y ve cómo el anciano empieza a traquetear con él con dedos ágiles, mientras refunfuña por lo bajo. Finalmente, en menos de treinta segundos, el anciano le devuelve el reloj mientras dice:
-Estos relojes modernos, ya no son lo que eran. Ahora se estropean en seguida y claro, uno se queda atrapado según qué agujas dejan de funcionar. Usted ha tenido la mala suerte de que se le estropearan todas menos el segundero, pero podría haber sido mucho peor. Imagínese, señor, si se le hubieran estropeado todas a la vez. ¡Menudo desastre! Pero no tema, ya está arreglado y las agujas no le volverán a dar problemas. Eso sí, cuídelo bien.
Casi incapaz de hablar, ni de comprender qué era lo que había pasado, se queda mirando con la boca abierta cómo el reloj avanza más allá de las cinco. Finalmente, cuando ya han pasado más de diez minutos, sale de la tienda con paso inseguro y comienza a caminar en una dirección cualquiera. Se da cuenta, aliviado, de que no se cruza dos veces con la misma persona.
Un par de horas después, se encuentra con un amigo al que saluda, y comienza a conversar con él.
-Pero hombre, Pedro, que acabamos de hablar de lo mismo hace un momento.
Mira a su amigo asombrado y su mirada se posa en el reloj que tiene en la muñeca, nuevo y de la misma colección que el suyo.
-Vete a la relojería donde lo compraste, hombre. El relojero resolverá tu problema.
Su amigo le mira como si estuviera loco, pero el continúa la marcha: sabe que lo comprenderá todo cuando siga avanzando por la calle y se encuentre con las mismas personas que un momento atrás se había encontrado ya. Luego, riendo histérico, se pregunta cuántas veces se cruzará con su amigo antes de que este llegue a la relojería.

3 comentarios:

  1. Muy divertido!!! Estaría bien tener un reloj de esos en ciertos momentos jaja
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Me pareció genial el giro que tiene la historia, toda la lectura es expectante, no quieres perderte ni un detalle; divertido y sobre todo muy original.... Felicidades!!

    ResponderEliminar

¡Muchas gracias por visitarme y comentar! Espero que lo que publico te haya gustado pero, si no es así, por favor, ¡dímelo de forma constructiva! Tus comentarios me ayudarán a mejorar.