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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

viernes, 29 de julio de 2011

Relato: Eres deliciosa (+18)

 Este es el relato que he hecho para el Konkurso Kaliente de relatos eróticos de Dulce Cautiva. Si eres menor de edad o no deseas leer escenas de sexo, por favor, no sigas leyendo.
+18
Qué nervios, es la primera vez que escribo un relato erótico, espero que os guste a los que decidáis leerlo (sólo mayores de edad, repito!!!) 

Eres deliciosa
Ángela no podía dejar de mirar a Sam, el pedazo de hombre que tenía enfrente. Su contacto, cuando le dio la mano, la había cautivado aún más, si cabe, que la visión de su perfecto trasero cuando entraban al local. Lanzándole su mirada más coqueta mientras mantenía el apretón todo el tiempo que podía, presentó a sus amigas sin llegar a quitarle los ojos de encima, no fuera que esa visión del cielo desapareciera de repente.
Nada más acabar las presentaciones, observó por el rabillo del ojo cómo su amiga Carla se marchaba a bailar con el tal Max y empezó a contonearse al ritmo de la música, incitando a Sam y llevándole hasta el límite, a juzgar por la dureza que advirtió en su entrepierna.
Incapaz de aguantar más (ya se sentía completamente mojada y era evidente que él también estaba impaciente), le cogió de la mano y le condujo hacia los lavabos de mujeres, que, por obra de algún dios benevolente, estaban vacíos. Nada más entrar, le empujó contra la puerta y le besó mientras metía las manos bajo su camisa y exploraba con sus manos el musculoso torso, que parecía esculpido en mármol. Podía sentir los músculos de Sam tensarse mientras le acariciaba, haciéndole emitir unos leves jadeos muy sexys, se aumentaron su intensidad cuando hundió la nariz en su corto pelo, aspirando su perfume.
Disfrutando de su posición dominante, cosa que a Sam de momento no parecía importarle, siguió acariciando la espalda, tensa y musculosa, bajando lentamente hasta su adorable trasero a la par que él abría su sujetador con habilidad y liberaba sus pechos, que empezó a acariciar suavemente, haciéndola enloquecer.
Finalmente, alcanzó el bulto de sus pantalones y lo liberó con torpeza, ya que estaba tan hinchado que le costó desabrocharlos. En el momento en que empezó a acariciar lentamente su pene (el más grande y duro que había visto nunca, y eso que había visto muchos) Sam pareció enloquecer por completo y, alzándola con facilidad, la sentó sobre los lavabos y le quitó las bragas de un tirón, bajando la cabeza hacia la húmeda abertura y atormentándola con su lengua hasta que estuvo al borde del orgasmo, momento en el cual se incorporó con gracilidad y se hundió en ella hasta llenarla por completo.
El orgasmo fue tan intenso que se mordió la lengua hasta sangrar y Sam se apoderó de su boca, absorbiéndola por completo mientras la embestía a un ritmo cada vez más frenético hasta que ambos se liberaron al unísono.
No separaron sus bocas ni pararon de acariciarse durante un rato, hasta que empezaron a escuchar fuertes golpes en la puerta. Arreglándose un poco el desastre en que se habían convertido sus vestimentas, aún jadeantes, se miraron largamente, con los restos del deseo en sus miradas, y finalmente Sam, tras acercar su nariz a su cuello y besar suavemente el punto donde más se notaban sus aceleradas pulsaciones, susurró a su oído antes de desbloquear la puerta y perderse entre la gente:
-Eres deliciosa.

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Entrada variada

Bien, lo primero es pedir disculpas nuevamente por no estar demasiado presente. Llevo unas vacaciones de locos y ahora, en 3 días, todavía me queda acabar la cabecera de un concurso, hacer un relato erótico (sí, ¡el primero, amigos!), acabar un relato de fantasía épica y hacer mi continuación del reto Tejiendo un cuento. ¡Casi nada! La semana que viene estaré más relajada, corrigiendo Diltania y haciendo algún relatillo y la siguiente ¡Maratón de escritura!
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Mocca, de Sintonía Literaria, me ha entregado dos premios. La segunda tiene preguntas, pero ya las contesté hace poco aquí.
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 Estoy planteándome autopublicar Atrapada en otra dimensión en papel, para todo aquel que quiera comprarlo. El precio sería de 10 €, según mis cálculos. ¿Qué pensáis? ¿Lo compraríais?
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También estoy haciendo una lista de editoriales para mandar La búsqueda de Khalawest y Diltania cuando esté revisada ¿Alguna sugerencia?
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Por último... Ya estoy trabajando en el nuevo diseño otoñal de los blogs... en mi cabeza
Y creo que eso es todo XD Es una entrada cargadita...

jueves, 28 de julio de 2011

Buenos tiempos, un microrrelato

Cuando salían juntos, el tiempo pasaba tan rápido que no se daban cuenta. Ahora, después de tantos años juntos, el tiempo vuelve a ir despacio, acelerándose sólo cuando discuten. Quizás por eso lo hacen tan a menudo, para recordar los buenos tiempos.

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martes, 26 de julio de 2011

Sociedad experimental

El sociólogo no entendía las interacciones de la pequeña sociedad experimental que había creado, hasta que se le ocurrió probar a meterse dentro de su propio experimento. Por desgracia, aunque en principio sabía qué hacer, acabó siendo un marginado dentro de su sociedad.

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jueves, 21 de julio de 2011

Relato: La consentida


La niña nació en el seno de una rica familia sureña, donde recibió una esmerada educación y todo tipo de mimos hasta que llegó la edad de ir al colegio de señoritas.
En el colegio, se las arregló para ser la preferida de las profesoras y para que todas las niñas quisieran ser sus amigas, así que no tuvo problemas y disfrutaba de su poder, de los regalos que le hacían las otras niñas y de las facilidades que le daban las profesoras. No obstante, una vez llegaba a casa empezaba a quejarse de lo duro que era eso de la educación y su familia, para consolar a su pequeña, le concedía hasta el más estrafalario de sus caprichos.
La niña tuvo un poni cuando quiso un poni, consiguió el dormitorio más grande de la mansión (el de sus padres) cuando descubrió que el suyo era ligeramente menos espacioso, hizo que cambiaran la piscina tres veces (la primera, porque la quería con forma de oso, la segunda porque ya era mayor y la quería cuadrada y la tercera porque al ser cuadrada no podía hacer largos) y se fue de vacaciones a un exclusivo balneario siempre que quiso desestresarse de su ajetreada vida.
Tuvo dos coches antes siquiera de poder conducirlos (y mejor no hablemos de cuántos tuvo una vez se sacó el carnet), un chófer propio, consiguió sacar las mejores notas untando los bolsillos de los profesores sin necesidad de estudiar, ir siempre por la vida con un gran séquito de elegidas a su alrededor y, por supuesto, acudir al baile con el chico más deseado del instituto, que finalmente no lo era tanto y por eso le dejó tirado en medio de la fiesta y le robó su pareja a una de sus seguidoras cuando vio que recibía más miradas de admiración que la suya.
Cuando llegó a la universidad, sus padres le compraron un apartamento cerca para que no tuviera que compartir habitación. Fue en esa época cuando conoció al hombre con el que decidió que quería casarse. Por desgracia, por primera vez en su vida no lo tenía fácil, porque él no estaba interesado y no cedió a sus intentos. Como era más rico que ella, no le pudo amenazar con la ruina ni con el vacío social si la rechazaba. Cuando probó tácticas más avanzadas, como difundir rumores falsos, él se limitó a desmentirlos y siguió ignorándola.
Finalmente, fue a llorar a su padre y le exigió que le ayudara a conquistarle. Como tantas otras veces, aunque pensó que no debería, no pudo resistirse a su niña y le prometió que tendría lo que quería. Cuando las negociaciones con la familia no tuvieron éxito, inició una guerra comercial que le hizo perder su credibilidad como empresario y que acabó por ocasionar la quiebra de su familia.
Una vez que dejó de ser rica todo cambió a su alrededor y perdió su séquito. Sus profesores ya no eran tan magnánimos y decidieron no seguir regalándole sus notas: como no había tenido que estudiar en su vida, acabó por suspenderlo todo y ya no tenía dinero para pagarse la carrera. Se vio, horrorizada, buscando un trabajo (nada que la hiciera sudar, eso sí).
Pero ella no cejó en sus intentos y siguió exigiendo a su padre que todo volviera a ser como antes, porque no soportaba la falta de sus cosas, de su casa, de su apartamento. Finalmente, su padre estalló y la repudió.
Pero, aun sola y sin dinero, tenía un activo muy importante para desenvolverse por el mundo: su belleza. No fue complicado engañar a unos cuantos nuevos ricos para que la aceptaran en su círculo, y sus amantes le proporcionaban cuanto deseaba mientras duraba su aventura. Ella esperó pacientemente hasta que encontró a un hombre lo bastante rico como para ser digno de que considerara la posibilidad de casarse con él pero lo bastante poco importante socialmente como para no saber qué había pasado para que acabara en la ruina, y montó toda una estrategia para echarle el lazo. Esta vez, no obstante, su estrategia funcionó  y no tardó en casarse.
En su nueva posición, comenzó a tender sus redes y esperó pacientemente, a la espera… La culpa de todo la tenía sólo una persona y la iba a hacer pagar pronto.
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martes, 19 de julio de 2011

Relato: Escenas del baile de máscaras

Era la fiesta de carnaval de la señora Hawkings y estaba toda la flor y nata de la sociedad reunida en el salón, con sus máscaras y disfraces más estrambóticos. Las matronas más cotillas de la alta sociedad, advertidas de cuál iba a ser el traje de sus compañeras, habían logrado encontrarse y ahora estaban reunidas en un rincón, cuchicheando e intentando averiguar quién era quién.
Todas sabían que en esa fiesta de carnaval, que se celebraba todos los años desde que la señora Hawkings había heredado una astronómica cantidad de dinero, era el origen de todos los escándalos y cotilleos que marcarían la temporada. Y es que, cuando los nobles se sentían seguros de no ser reconocidos tras sus máscaras, se atrevían a hacer cosas en público que, de haber ido sin disfraz, ni siquiera habrían considerado. No obstante, las observadoras cotillas conocían tan bien los movimientos y los ademanes de los asistentes que se creían capaces de adivinar quién había tras cada máscara, lo cual las entretendría hasta que los personajes comenzaran a dejarse llevar.
No tardaron a reconocer al normalmente formal señor Hickings, con un traje que pretendía ser de demonio pero que le hacía parecer un jabalí con color enfermizo debido a su gran corpulencia, persiguiendo a un par de jovencitas vestidas de faraonas egipcias con unos disfraces con muy poca tela que solo podían ser las gemelas Carlwright. No obstante, la señora Hickings también reconoció a su marido y, aunque siempre parecía muy tímida cuando estaba en público, se acercó al señor Hickings y se le llevó casi a rastras a la otra punta de la sala, lugar en que se mantuvieron durante el resto de la velada.
Muy cerca de allí, la inconfundible señora Fellows, siempre tan comedida, vestía un disfraz de sirena que no dejaba nada a la imaginación y se dedicaba a coquetear descaradamente con un hombre que no era su marido y que, según se fueron fijando las cotillas, parecía ser nada más y nada menos que uno de los libertinos con peor reputación de toda la ciudad. Del señor Fellows no había ni rastro, aunque era un secreto a voces que en todas las fiestas desaparecía junto a la viuda de Conrald, de la que era amante desde un mes después de casarse, si no antes.
En la pista de baile, varios jóvenes bailaban un poco más apretados de lo que dictaba el protocolo, aunque ya eran parejas más o menos formadas, que seguramente contaban con el beneplácito de sus familias. No había mucho que ver en la zona y dejaron de mirar en esa dirección por el momento. Quizás dentro de tres o cuatro piezas, cuando hubieran tomado más champán del habitual, comenzaran los comportamientos escandalosos.
Hablando de champán, el señor Heysel Daniels, vestido de pavo real, se estaba pasando bastante con las copas mientras su prometida, la despistada señorita Connors, vestida de diosa Atenea, que llevaba meses comiendo como un pajarito para poder lucir un buen vestido de novia, parecía querer recuperar los kilos perdidos en una sola noche. A pesar de estar casi pegados, no parecían reconocerse, cosa extraña ya que se conocían desde la infancia.
Algo aburridas, las matronas cotillas achacaron este comportamiento a un pequeño enfado y comentaron algo exasperadas que el baile de este año era un auténtico aburrimiento, ya que en realidad no estaba pasando nada excepcional. Y así siguieron un buen rato hasta que finalmente dieron con el escándalo que estaban buscando, precisamente en la última pareja de la que se habían burlado.
Porque apareció en escena el hermano de Heysel Daniels, Alexander, fácilmente reconocible por sus ademanes de depredador y vestido de pantera. Ese hombre de mala reputación se movió por la fiesta con gracia felina y se dirigió directamente a la señorita Connors, a la que susurró algo al oído. Luego, la dama cogió su brazo y se dirigieron a la pista de baile, mientras Heysel, completamente borracho, les  lanzaba una mirada de odio.
Si había una palabra para describir el baile de la señorita Connors y Alexander Daniels, sin duda esa palabra era indecoroso. La pareja parecía ajena a todo y se pegaron tanto que incluso el resto de parejas les miró desconcertados. Finalmente, los dos se dirigieron al carruaje de Alexander Daniels, seguidos disimuladamente por las cotillas, que no querían perder detalle. Alexander esquivó el puñetazo de su hermano, que también les había seguido, y dijo en voz alta:
-Está decidido, hermano. La reputación de la dama está en juego y por una vez voy a hacer lo correcto. He conseguido una licencia especial y nos casaremos ahora mismo, sin demora.
Las matronas, completamente asombradas, miraron el carruaje desaparecer y finalmente comenzaron a hablar todas a la vez. ¡Qué maravillosos eran los bailes de máscaras de la señora Hawkings! ¡Con ese material, tendrían para todo lo que quedaba de temporada!

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domingo, 17 de julio de 2011

nueva colaboración con la revista MiNatura

Nuevo relato corto publicado en una revista literariaYa ha salido la revista MiNatura 112 y con ella una nueva colaboración mía, No es más que una leyenda urbana. Como siempre, ver uno de mis escritos en una de mis revistas literarias favoritas me pone contenta, especialmente teniendo en cuenta que ya van dos números seguidos en los que participo :)  Espero que, para el próximo (si consigo tener el relato a tiempo) también.
Descargar número 112
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También quería disculparme por la ausencia de los últimos días en vuestros blogs. Como sabéis, acabo de empezar a trabajar (en mi segundo trabajo) y entre el cursillo de formación y el periodo de adaptación a mis nuevos horarios estoy un poco chofff... No me encuentro con ánimos para andar por la blogosfera y mucho menos para andar comentando. La semana que viene intentaré ponerme al día, hasta entonces tened paciencia XD

jueves, 14 de julio de 2011

Microrrelato: La cosa

No tenía ni idea de qué diablos era esa cosa hiperactiva que se había colado en mi casa, sólo sabía que tenía forma humanoide y que parecía mirarlo todo con asombro. No me atrevía a echarlo, ni tampoco quería mostrárselo a nadie, porque se había convertido en mi pequeño gran secreto.
El único problema era que me ponía muy nervioso que no se estuviera quieto (¡todo el rato de aquí para allá, toqueteándolo todo!), aunque por fin encontré un remedio: sólo tenía que poner mi radio y la cosa se quedaba allí, enfrente, mirándola fijamente mientras balanceaba su extraño cuerpecillo al son de las palabras del locutor.


(A todo esto, hice el ejercicio como escritura automática de Adictos a la escritura)
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lunes, 11 de julio de 2011

Relato: La maldición de los cumpleaños

Este es el ejercicio de Adictos a la escritura del mes de julio. El tema es Cumpleaños porque ¡ya llevamos un año escribiendo juntos!

La maldición de los cumpleaños
Nunca, jamás, le habían gustado los cumpleaños. Bueno, sí le habían gustado hasta los 7 años, cuando su madre preparó una fiesta para él y sólo acudieron los abusones del colegio, que aprovecharon para pegarle capones cada vez que los adultos se daban la vuelta y encima le robaron sus juguetes favoritos.
Luego, cuando cumplió 8, nació su hermano pequeño. De 365 días del año, tuvo que elegir para nacer el día de su  cumpleaños, que tiene narices. Claro, ya de adulto, no podía sorprenderse por ello: es lo que tiene que sus padres sólo practicaran sexo el día de su aniversario, casualmente 9 meses antes del día de su cumpleaños. Su familia no era precisamente rica, y claro: con un adorable bebé y un bajo presupuesto, todo quedaba claro: al pequeño le regalaban lo más caro y el mayor que se conformara con cualquier mierda de los chinos.
Con 12 años le soltaron en la feria (literalmente) mientras su hermano pequeño celebraba en su casa una fiesta de cumpleaños como Dios manda y se perdió en la sala de los espejos. Nadie se acordó de ir a buscarle (su padre creyó que iría su madre y viceversa) y le encontró el tipo de mantenimiento cuando cerraron la atracción.
Con 16 años, con las hormonas revolucionadas, decidió que se regalaría a sí mismo la pérdida de su virginidad, pero no había caído en que las putas guapas tenían un precio alto, y tuvo que conformarse con una cuarentona que apestaba a tabaco en el asiento trasero de un coche que había tomado prestado de un amigo. Para colmo, cogió ladillas.
Con 18 se había pegado la borrachera padre y había tenido un accidente de coche que le había mantenido en cama casi tres meses.
El colmo había sido cuando, a los 20, su novia le dejó y cuando se fue a vengar de ella diciendo que podía ligarse a cualquiera, eligió como víctima a una mujer policía que no estaba de servicio y le llevó a comisaría por acosarla.
Por eso ese cumpleaños era extraño. Porque se lo estaba pasando bien. Porque tenía una novia increíble que le había montado una fiesta sorpresa increíble, que le había hecho un regalo precioso. Casi no se atrevía a moverse, por miedo a estropearlo. E interiormente, sólo podía pensar: ¿Qué será esta vez? ¿Qué será esta vez? ¿Qué será esta vez? Cuando tocaron las 12 y oficialmente su cumpleaños pasó, suspiró con alivio y se pudo dar cuenta de lo tenso que había estado durante toda la noche. Su novia se acercó por detrás y le dijo en un susurró:
- Parece que la maldición de los cumpleaños ha terminado…
Sonriendo, se dio la vuelta y le dio un apasionado beso, tras lo cual la condujo a la improvisada pista de baile del salón, a disfrutar al máximo de lo que quedaba de velada.
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viernes, 8 de julio de 2011

Maratón de escritura!


Maga de Lioncourt  ha tenido una estupenda idea y ha planeado una maratón de escritura en su blog.
Como todo lo que sea escribir me parece bien, me he apuntado, aunque no sé qué haré, porque la mayor parte de los proyectos que tengo son para cosas anónimas o "secretos" (a que os he intrigado...). Habrá que pensar algo nuevo, porque son 5 páginas al día (buuuuffffff). XD

jueves, 7 de julio de 2011

Relato: La peineta (consigna julio)


 Este es el relato para el ejercicio periódico de consigna de Adictos a la escritura. La consigna era peineta.

 La peineta
En cuanto vio esa peineta en el escaparate, supo que sería suya, aunque al ver el precio y descubrir que las piedras preciosas no eran falsas casi le dio un ataque. Pero no paró hasta reunir el dinero y al fin pudo comprársela, ante la mirada de disgusto del elitista vendedor, al que seguramente no le gustaba que una pobretona adquiriese algo tan exclusivo. Cuando llegó a casa y se la enseñó a su novio, él le preguntó:
-Ah, ¿el regalo de cumpleaños de mi madre? –Ella lo negó (ni siquiera lo había recordado) y le dijo que era para ella–. Pero amor, si tienes el pelo cortísimo y nunca salimos a sitios en los que no te vayas a sentir ridícula llevándola ¿qué vas a hacer con ella?
 
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martes, 5 de julio de 2011

Relato: La maldición del chamán indio

Este es el relato que he hecho para el concurso de un blog. Yo he elegido la temática: Oeste en que aparezca un fantasma. He tenido que documentarme y todo, porque nunca me ha gustado mucho el western (¿sabíais que los tramperos no cazaban solos, sino en grupo? Primera noticia...), pero me gusta el resultado. 
 

La maldición del chamán indio

Jack Joe salió tambaleándose del burdel, donde se había gastado buena parte del oro que había logrado con su grupo de tramperos al traicionar a los indios con los que habían comerciado desde hacía años.
Había sido un mal asunto, esa traición, ya que había tenido una esposa india e hijos, a los que había tenido que matar por haber descubierto el asunto antes de tiempo y amenazar con avisar al resto. Pero el dinero que les ofreció ese capitán sin escrúpulos que había decidido acabar con las tribus que se interponían entre él y su conquista militar de la zona fue más que suficiente para todos ellos,  ¿y quién mejor para envenenar a toda la tribu que unos tramperos en los que ya confiaban, casi todos con esposas y familia indias?
No había sido difícil urdir todo el asunto, ya que el capitán les había proporcionado todo el veneno necesario y el antídoto para que lo bebieran antes de la comida y no levantaran sospechas por no probar bocado. Por desgracia, algunos jóvenes, entre los que se incluían los hijos de algunos de sus compinches, habían hecho ayuno esa misma noche para un estúpido ritual chamánico y por tanto, cuando llegó la caballería, aun estaban en condiciones de luchar, lo que había reducido el pago posterior por parte del capitán.
Lo que no pudo entender fue cómo el chamán, horas después, apareció en el campamento en el que los tramperos celebraban que sus bolsas estaban completamente llenas (y que ya no tenían una familia que mantener). Estaba con las tripas colgando y lanzó una maldición con su último aliento. Al principio se habían reído y habían enterrado el cadáver bajo un montón de estiércol de caballo, pero luego empezaron las desapariciones…
Primero lo achacaron al deseo de empezar a gastar lo antes posible sus ganancias, pero un día escucharon el desgarrador grito de uno de ellos y lo encontraron muerto con cara de espanto cuando llegaron hasta donde estaba. Jack Joe era el último. Sabía que iba a morir, y había decidido aprovechar al máximo hasta que la maldición le alcanzara, así que había ido recogiendo el oro de los que iban cayendo y se había instalado en el burdel, viviendo la vida al máximo.
Después de dar un paseo por el pequeño poblado de mineros, estremecido por los recuerdos, volvió a abrir la puerta del burdel y entró… para aparecer nada menos que en el poblado de indios. Allí estaban todos ellos: su mujer, sus hijos, los guerreros y las mujeres envenenadas… y todos ellos le miraban con ojos muertos, sus pieles putrefactas. Jack Joe, tras soltar por accidente la puerta que aun le ligaba a la entrada del burdel y verla desaparecer en la nada, sacó su pistola y comenzó a dispararles sin parar, pero era inútil. Cuando se le acabaron las balas, el chamán apareció en el centro del grupo y, abriendo todos los muertos a la par las bocas, mostrando unos afilados dientes que segarían las almas de los condenados, se acercaron lentamente… muy lentamente.
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viernes, 1 de julio de 2011

Compromiso por una blogosfera más justa y civilizada

Al hilo de ciertos comportamientos poco humanos e injustos que se están dando últimamente por la blogosfera, he decidido crear este compromiso para que se adhieran a él todos los blogueros que lo deseen.

Compromiso por una blogosfera más justa y civilizada:


Yo Déborah F. Muñoz me comprometo:
En mis reseñas:
A que todas las reseñas, venga de donde venga el libro, serán lo más justas posibles.
A que nunca pondré una nota sin razonar el por qué de la misma.
A que nunca compararé los libros de un género con los de otro género, y que mi opinión irá en función de las coordenadas en que han sido escritos.
A ser lo más transparente posible.
A ser lo más breve posible y a hacer lo que esté en mi mano por no chafar los libros a los lectores
A facilitaros los links de descarga (si los hay) en caso de que en las editoriales esté descatalogado.
A enlazar las reseñas de otros aunque su opinión y la mía no coincida, siempre que cumpla con los requisitos (que esté argumentada y que sea respetuosa).
En la moderación de comentarios:
A publicar todos los comentarios siempre que sean respetuosos y que se argumenten las opiniones.
A responder vuestros comentarios siempre que se puedan responder y tenerlos en cuenta (teniendo en cuenta que no siempre tengo tiempo de hacerlo inmediatamente).
A aceptar las críticas, tanto negativas como positivas, sin exaltarme.
En mis visitas a otros blogs:
A comentar lo que me parezca oportuno siempre desde el respeto.
A no dejar spam en los blogs de los demás: ni en comentarios ni en chatbox, ni en ningún otro sitio.
A que, si creo conveniente dejar un enlace en los blogs de los demás, este enlace sea oportuno y que tenga que ver con el tema a tratar.
A seguir esos blogs siempre y sólo cuando me gusten realmente, no para conseguir premios o comentarios y visitas en mis propios blogs
En mis relaciones con otros blogueros:
A tratar los temas privados por mensaje privado, no por comentarios ni mucho menos haciendo entradas dando nombres.
A no difamar o calumniar a nadie.
A ayudarles en lo posible siempre que pueda y no ponerles impedimentos nunca.

Todos los que queráis podéis llevaros el compromiso (no tenéis por qué decir de dónde sale) y adaptarlo a vuestros blogs, espero que, aunque no se lo lleve nadie, al menos se apliquen el cuento, porque esto debería ser una piña (después de todo, es nuestro hobby) y últmamente se está convirtiendo en una guerra.