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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

jueves, 21 de julio de 2011

Relato: La consentida


La niña nació en el seno de una rica familia sureña, donde recibió una esmerada educación y todo tipo de mimos hasta que llegó la edad de ir al colegio de señoritas.
En el colegio, se las arregló para ser la preferida de las profesoras y para que todas las niñas quisieran ser sus amigas, así que no tuvo problemas y disfrutaba de su poder, de los regalos que le hacían las otras niñas y de las facilidades que le daban las profesoras. No obstante, una vez llegaba a casa empezaba a quejarse de lo duro que era eso de la educación y su familia, para consolar a su pequeña, le concedía hasta el más estrafalario de sus caprichos.
La niña tuvo un poni cuando quiso un poni, consiguió el dormitorio más grande de la mansión (el de sus padres) cuando descubrió que el suyo era ligeramente menos espacioso, hizo que cambiaran la piscina tres veces (la primera, porque la quería con forma de oso, la segunda porque ya era mayor y la quería cuadrada y la tercera porque al ser cuadrada no podía hacer largos) y se fue de vacaciones a un exclusivo balneario siempre que quiso desestresarse de su ajetreada vida.
Tuvo dos coches antes siquiera de poder conducirlos (y mejor no hablemos de cuántos tuvo una vez se sacó el carnet), un chófer propio, consiguió sacar las mejores notas untando los bolsillos de los profesores sin necesidad de estudiar, ir siempre por la vida con un gran séquito de elegidas a su alrededor y, por supuesto, acudir al baile con el chico más deseado del instituto, que finalmente no lo era tanto y por eso le dejó tirado en medio de la fiesta y le robó su pareja a una de sus seguidoras cuando vio que recibía más miradas de admiración que la suya.
Cuando llegó a la universidad, sus padres le compraron un apartamento cerca para que no tuviera que compartir habitación. Fue en esa época cuando conoció al hombre con el que decidió que quería casarse. Por desgracia, por primera vez en su vida no lo tenía fácil, porque él no estaba interesado y no cedió a sus intentos. Como era más rico que ella, no le pudo amenazar con la ruina ni con el vacío social si la rechazaba. Cuando probó tácticas más avanzadas, como difundir rumores falsos, él se limitó a desmentirlos y siguió ignorándola.
Finalmente, fue a llorar a su padre y le exigió que le ayudara a conquistarle. Como tantas otras veces, aunque pensó que no debería, no pudo resistirse a su niña y le prometió que tendría lo que quería. Cuando las negociaciones con la familia no tuvieron éxito, inició una guerra comercial que le hizo perder su credibilidad como empresario y que acabó por ocasionar la quiebra de su familia.
Una vez que dejó de ser rica todo cambió a su alrededor y perdió su séquito. Sus profesores ya no eran tan magnánimos y decidieron no seguir regalándole sus notas: como no había tenido que estudiar en su vida, acabó por suspenderlo todo y ya no tenía dinero para pagarse la carrera. Se vio, horrorizada, buscando un trabajo (nada que la hiciera sudar, eso sí).
Pero ella no cejó en sus intentos y siguió exigiendo a su padre que todo volviera a ser como antes, porque no soportaba la falta de sus cosas, de su casa, de su apartamento. Finalmente, su padre estalló y la repudió.
Pero, aun sola y sin dinero, tenía un activo muy importante para desenvolverse por el mundo: su belleza. No fue complicado engañar a unos cuantos nuevos ricos para que la aceptaran en su círculo, y sus amantes le proporcionaban cuanto deseaba mientras duraba su aventura. Ella esperó pacientemente hasta que encontró a un hombre lo bastante rico como para ser digno de que considerara la posibilidad de casarse con él pero lo bastante poco importante socialmente como para no saber qué había pasado para que acabara en la ruina, y montó toda una estrategia para echarle el lazo. Esta vez, no obstante, su estrategia funcionó  y no tardó en casarse.
En su nueva posición, comenzó a tender sus redes y esperó pacientemente, a la espera… La culpa de todo la tenía sólo una persona y la iba a hacer pagar pronto.
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