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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

sábado, 1 de junio de 2013

El efecto IKEA... o por qué soy tan caótica con mis relatos

El otro día me dio por mirar mis documentos para programar entradas de este blog y meter algunos relatos. Aquí, como sabéis, aparte de relatos inéditos, cuelgo los que presenté a diversos concursos. La cuestión es que he llegado a un punto ¡en que no sé ni qué tengo escrito, ni qué he publicado aquí ni qué he mandado a concursos! Lo que es más, no tengo ni idea de si los que he mandado se han fallado, si puedo reutilizarlos... Incluso cuando me publican algo en una antología, ni me acuerdo de qué era lo que había mandado (cosa que, por cierto, me ocurrió con Historias del dragón). Esto llega a un punto en que tengo como más de dos centenares y medio de relatos (sí, escribo mucho...) en lo que yo denomino El limbo: olvidados y, si me topo con ellos, dudo a la hora de publicarlos aquí por si acaso eran de algún concurso...
Intenté paliar este problema con una base de datos hace tiempo. Título, número de palabras, género, si lo había mandado, dónde, si lo había publicado aquí... Pero, cuando formateé el ordenador y me decidí por openoffice en vez de un word pirateado, todas mis bases de datos se fueron al traste. Y no me veo con fuerzas para empezar de nuevo.
Sin embargo, hay otra cara de la moneda: con mis novelas soy más cuidadosa. Las conozco casi al dedillo, recuerdo hasta qué estaba haciendo mientras las escribía... y les hago seguimiento. E incluso así, valoro más las que escribí durante más tiempo y las que requirieron más atención. Otra excepción son mis relatos eróticos o los relatos más largos (de unas 10 páginas). ¿Por qué pasa esto? Pues bien, aunque suene a coña, en la economía conductual esto tiene un nombre: efecto IKEA.
¿Qué es el efecto IKEA? Es un efecto, estudiado y demostrado científicamente, que básicamente consiste en que valoramos más lo que más trabajo nos lleva. Lo cual me viene al dedillo para explicar mi propio comportamiento con mis relatos cortos porque, teniendo tantos (cuando mi base de datos aún estaba operativa había ya más de 350 y eso fue hace unos años) ¿cómo voy a valorarlos en su justa medida, especialmente cuando me lleva tan poco tiempo escribirlos? Estamos hablando de que un micro lo termino en cinco minutos. Que un relato de longitud media me lleva menos de una mañana. Así que los hago, me lo paso bien, los reviso un poquito y... a otra cosa.
Por supuesto, con relatos eróticos es otra cosa. Me cuestan. Los reviso cien veces para que no parezcan porno y sean elegantes. Así que los valoro más, porque me han costado un mayor esfuerzo. Y lo mismo pasa con los relatos más largos: me tiro más tiempo y los recuerdo casi todos. No es de extrañar que con mis novelas sea tan... detallista. Las mimo mucho, las reviso. He invertido demasiado tiempo como para no hacerlo. Incluso cuando ya están publicadas sigo revisándolas de vez en cuando. Vamos, efecto IKEA total.

¿Y vosotros? ¿Sufrís el efecto IKEA? ¿Tenéis relatos que no sabéis muy bien qué habéis hecho con ellos? ¿Valoráis más vuestros escritos más largos y los que más os han costado?

1 comentario:

  1. Pues yo creo que en verdad deberías tener un orden para los relatos, sino no sabrás cuales puedes subir, cuales enviaste y los que aun no publicas. Tremendo desorden tendrás y mas de un dolor de cabeza jajaja!!
    Besos

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