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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

martes, 28 de julio de 2015

Relato: Estúpidos hechizos

Pues ya he acabado el nuevo reto de Vuestras consignas, mi relato. Hubo más palabras de las habituales, pero las he sabido encajar. Eran gótico, magia, lavadora, julio, noche. ¡Gracias a Judith, Merche y Laura!

Estúpidos hechizos
La noche estaba muy avanzada y el calor de mediados de julio hacía que a Marga se le hiciera aún más cuesta arriba el estudio de su libro de magia, pero se obligó a concentrarse porque era el único momento en que no tenía libre para esos menesteres: su trabajo como decoradora apenas le dejaba tiempo para sus estudios, pero de algo tenía que vivir una mientras acababa la carrera de brujería. Afortunadamente, su último encargo tenía cierto encanto y, en vez de tener que convertir una casa corriente en un paraíso de la pijería y el mal gusto, la habían contratado para hacer el decorado gótico de un nuevo bar que abriría en breve.
«Deja de pensar en el trabajo y ponte a lo que tienes que ponerte», se regañó.
Volvió a centrar su atención en el libro de hechizos. Su gran error había sido aprender primero los hechizos útiles e interesantes, dejando para el final los otros. El que tenía que aprender en ese momento era para purificar la vestimenta antes de hacer una invocación. Hacía unos cientos de años era necesario, pero ahora con poner una lavadora era suficiente, por lo que nadie lo usaba. Por supuesto, como el temario no había cambiado ni un ápice en los últimos mil años, aunque el hechizo fuera inútil, tenía que aprendérselo, igual que tantos otros que habían perdido su enorme valor con los avances tecnológicos, como el de iluminación (¡con lo fácil que era pulsar el interruptor!) o el de comunicación a distancia, terriblemente complejo y limitado, en especial cuando todo el mundo tenía un smartphone.
-Estúpidos hechizos inútiles, ¡que tenga que aprender estas bobadas para pasar de curso y aprender cosas realmente útiles es el colmo! -se quejó en voz alta.
De pronto, un fogonazo y un horrible ruido hicieron saltar los plomos de su hogar. Intentó usar la linterna de su smartphone, pero no hubo forma de encenderlo: ya era mala pata quedarse sin batería justo en ese momento.
«Vale, al menos el hechizo de iluminación sirve para algo», se dijo, y pronunció las palabras. La habitación se llenó de una luz clara, que duraría el tiempo suficiente para cambiar la batería de su teléfono por una de repuesto, bajar al piso de abajo y devolver el sistema eléctrico a la normalidad.
—¿Ves como esos hechizos no son tan inútiles? —la sobresaltó una voz a sus espaldas cuando consiguió que las luces se encendieran de nuevo. Se giró y vio a uno de sus maestros, un viejo mago que vivía anclado en el pasado, frente a ella. Por alguna razón, no le sorprendió esa invasión a su intimidad. Había oído historias sobre lo mucho que le gustaba gastar bromitas a los alumnos que despreciaban los hechizos que él tanto se empeñaba en que se siguieran enseñando—. ¿Y bien, señorita? ¿A que ahora aprecias más estos «estúpidos hechizos inútiles»?
Marga sacó un mechero y lo encendió.
—Si no hubiera sabido hacer esa luz, tampoco hubiera sido tan difícil usar esto para iluminar el trayecto.
El viejo se quedó mirando la llama y tardó un rato en responder:
—¡Esa luz tan miserable no te hubiera servido contra una sombra!
—Afortunadamente, las sombras desaparecieron hace años de la faz de la Tierra —respondió Marga, tranquila—. Y ahora, ¿puede hacer el favor de largarse de mi casa? Tengo otro estúpido hechizo que aprender antes de poder irme a dormir.
El mago se marchó, indignado.
«Es el tercer alumno que me dice esto», pensó. «Habría que dejar volver a algunas sombras de su destierro, para enseñarles el valor de las viejas costumbres».
Por supuesto, el confiado anciano no podía sospechar que estos pensamientos habían sido, en parte, creados por las propias sombras, que esperaban pacientes a que unos cuantos alumnos más se quejaran e intentaran que sacaran del temario algunos de los hechizos que ya no se consideraban útiles. En cuanto el viejo viera que era una batalla perdida, vería en la liberación de algunas sombras la única opción de conservar la tradición... y ellas estarían preparadas para aprovechar esa pequeña brecha y volver al mundo.

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lunes, 6 de julio de 2015

Vuelve... Vuestras consignas, mi relato

Hace mucho que no realizo este juego en el blog pero, como Adictos a la escritura está cerrado por vacaciones y era lo único que me obligaba a escribir algo que no fuera mis novelas, creo que me vendrá bien retomarlo.
Para los nuevos en el blog, os explico cómo va:
Necesito tres consignas, cualquier palabra, que me daréis vosotros por comentario
Sólo vale una palabra por persona.
Se elegirán las tres primeras que se digan.
Se tendrán en cuenta sugerencias respecto a los nombres de personajes, pero eso dependerá del relato en cuestión (no es obligatorio).
A partir de todo eso, haré un microrrelato de no más de una página de word.
Así que... ¿qué palabras proponéis?
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