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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

miércoles, 30 de septiembre de 2015

¿Quieres ver la portada de Viajera interdimensional antes que nadie?

Muchos sabéis que era mi intención sacar la reedición de Viajera interdimensional antes de acabar el año... pero una noticia (una buena noticia) me ha obligado a adelantarlo. En cualquier caso, ya lo tenía casi acabado ^^.

Querréis ver la portada, claro. Así que seguimos con la tradición del puzzle. Podéis hacer uno sencillo de 150 o uno de 300 (muy complicado, lo sé porque yo ya lo he hecho). ¿Alguien se atreve? Solo hay que pinchar en este enlace.

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martes, 22 de septiembre de 2015

Relato: Exiliado

 Sí, ya, me he retrasado mucho, pero el primer relato del último reto de Vuestras consignas, mi relato, ya está aquí. Recordaréis que recibí muchas más palabras de las esperadas: Tridente, camarote, nube (D.C. López), sueño, azar (Fernando García-Pañeda), espantapájaros y baúl (Judith). Y también dos nombres propuestos por D.C. López: Ilay y Cinthya. Como eran muchas palabras para un relato tan corto, lo que he hecho ha sido dividir las propuestas de cada persona a la mitad y poner una palabra en un grupo y otra palabra en otro (dos y una en el caso de D.C.). Así, en cada relato habrá al menos una palabra de cada uno. Las que acabaron en el grupo uno son las subrayadas en negrita y en base a esas hice el primer relato.

Exiliado
Ilay dejaba atrás todo cuanto conocía para huir de la persecución política. Ya había pasado más de una semana desde que escapó, pero no se sentía con fuerzas más que para mirar por el ojo de buey del camarote y seguir la trayectoria de alguna nube de vez en cuando. Apenas comía y procuraba no dormir porque, cuando se dejaba vencer por el sueño, le asaltaban las pesadillas del día que tuvo que escapar a toda prisa: sus otros dos compañeros, John y Dain, no lo lograron y todavía podía escuchar su agonía cuando los perros del rey les alcanzaron.
Un grito de mujer interrumpió sus funestos pensamientos. Intentó ignorarlo, creyendo que era otro sueño, pero luego lo oyó otra vez y salió a ver qué ocurría.
-Vaya con la polizona, mira cómo se resiste -oyó decir a uno de los tripulantes del barco mientras abría la puerta. Eran dos, y uno de ellos sujetaba a una joven mientras el otro se desabrochaba los pantalones. La rabia le cegó y, en apenas unos segundos, los hombres yacían inconscientes en el suelo. Ayudó a la mujer a ponerse en pie y, al verle el rostro, creyó haberse vuelto loco. Era la viva imagen de Cinthya, la mujer a la que había amado, la que había elegido a su mejor amigo Dain... la que había enviudado el día en que él escapó de la persecución a duras penas.
-No puede ser -dijo, parpadeando varias veces, para deshacerse de la ilusión. Pero ella rompió a llorar y le abrazó con fuerza.
-Ilay... Ilay... -repitió una y otra vez.
Se quedó en shock, devolviéndole el abrazo, hasta que un ruido arriba le hizo reaccionar. Escondió los cuerpos de los marineros en un camarote que sabía vacío y luego la condujo al interior del suyo. Dejó que se sentara en la cama y él se apoyó sobre su baúl, desde el que le preguntó cómo había llegado allí.
-Dain me dijo que, si no regresaba, debía esconderme en el primer barco que partiera... que nos encontraríamos en Numundo. ¿Cómo has llegado tú aquí?
Ilay sabía que la verdadera pregunta era qué había pasado, si también Dain lo había logrado, así que hizo de tripas corazón y le contó todo lo que había sucedido, desde que llegaron a la ciudad para organizar a lo que quedaba de la resistencia hasta la traición de la que solo él había escapado. Cuando terminó, esperó ver en Cinthya tanto odio como el que sentía por sí mismo por no haber desconfiado del traidor, por haber elegido la mejor montura para escapar y por haber evitado todas las flechas. Pero ella solo dijo, con voz triste pero firme:
-No fue culpa tuya. Me alegra que al menos tú lo lograras.
Fue como si le hubieran liberado de unas cadenas muy pesadas: sintió cómo las ganas de luchar regresaban, con más fuerza que nunca.
-Algún día -prometió-, volveré para vengarles y acabar lo que empezamos.
-Sé que lo harás -respondió Cinthya, solemne.
-Duerme un poco -le dijo-. Yo debo encargarme de que esos tipos no revelen a nadie tu presencia en este barco.
Cinthya asintió, con plena confianza en él, e Ilay se sintió inundado por todo ese amor que había estado reprimiendo desde que ella se comprometió con su mejor amigo, pero no se permitió sentir la esperanza de ocupar el lugar de Dain en su corazón tan pronto. «Algún día», se dijo. Entre tanto, debía asegurarse de que estarían a salvo.
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 Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Buenas noticias

El miércoles fue día de buenas noticias literarias. De algunas todavía no hablaré (secreto, secreto...), pero de una sí que puedo hablar (imagino que sí, porque otros participantes ya lo están compartiendo) y es de mi participación en la antología Supermalia. Me lo pasé de fábula haciendo el relato (¡me encantan los superhéroes!) y me alegra haber sido seleccionada porque va a ser fantástico.

estoy en supermalia

P.D: Tengo casi acabado mi primer relato de Vuestras consignas, mi relato. ¡No me he olvidado!
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