domingo, 18 de octubre de 2009

carbón

Ese diciembre, los niños del colegio fueron más que nunca al psicólogo escolar que, extrañado porque los niños no pararan de decir incoherencias como que odiaban los plátanos y no servía de nada ser bueno, decidió iniciar una investigación.

No salió de su asombro cuando se enteró de qué había provocado semejante trauma en los pequeños: un niño más mayor, enojado porque Santa Claus le había llevado carbón el año anterior, había realizado un malévolo dibujo en que se le veía muerto en la nieve por causa de un plátano, lo había fotocopiado y lo repartió entre los chiquillos.

Ese año, el travieso niño volvió a recibir carbón.