Hallábame yo escuchando disertar a mi profesora de Creación Publicitaria y a algunos de mis compañeros sobre la creatividad y cómo ésta es algo que no viene con nosotros de serie, sino que se aprende. Y, cómo no, levanté la mano y dije que se estaba obviando algo muy importante: la inspiración.
La profesora me miró con cara rara y yo me expliqué con el ejemplo de la Maratón de Escritura que hicimos: cómo, aunque escribimos igual, tardábamos más o menos en función de lo inspirados que estuviéramos. Es algo empírico y para colmo lo sufrí en mis carnes, pero ¿cómo explicarlo con palabras? Y va ella y me pregunta ¿Qué es la inspiración? Pues bien, así de golpe, uno no sabe explicarlo de sopetón. ¿Cómo explicar un concepto tan abstracto?
Reflexionando ahora en casa, he sacado ciertas conclusiones sobre la inspiración:
¿Existe? Sin lugar a dudas.
¿Es externa a nosotros? No, no es una bombilla que se enciende ni una señora invisible vestida con ropas griega que con un toquecito hace que todo salga sólo, pero también hay que tener en cuenta una cosa: es completamente inconsciente. Uno no puede llegar y decir: voy a entrar en estado de inspiración. Aunque sí puedes ponerte a trabajar en algo creativo (aunque seguro que sin inspiración tardas dos o tres veces más).
¿Qué es, entonces? Dejando a un lado los misticismos y eso de que la inspiración es algo divino y externo al individuo, sólo puedo definirla como un estado mental, completamente subconsciente, una predisposición de nuestra mente para tener mejores ideas y llevarlas mejor a la práctica.
¿Y por qué es tan difícil de explicar? Pues muy fácil, porque es algo que tenemos dentro y que no todo el mundo comparte. Porque es demasiado abstracto como para explicarlo sin recurrir a metáforas visuales como la de la bombilla o la musa. Porque sí, cuando estás inspirado es como si todo saliera sólo.
Lo cierto es que la creatividad se aprende (cualquiera puede ser un genio en cualquier materia, si le dedica suficiente tiempo) pero la inspiración... la inspiración la llevamos dentro y viene cuando le da la gana. Y puede que no sea una musa... pero como si lo fuera: no la puedes llamar, no puedes acceder a ella, se cansa de ti y te abandona cuando menos lo esperas, pero siempre vuelve en el momento más insospechado.
¿Y vosotros qué pensáis? La inspiración ¿existe, es externa, es interna? ¿Las musas os acompañan? ¿La creatividad se aprende o la tenemos dentro? ¿Puede haber creatividad sin inspiración? ¿Puede haber inspiración sin creatividad?
¿Y vosotros qué pensáis? La inspiración ¿existe, es externa, es interna? ¿Las musas os acompañan? ¿La creatividad se aprende o la tenemos dentro? ¿Puede haber creatividad sin inspiración? ¿Puede haber inspiración sin creatividad?