¡Hola a todos! Traigo el proyecto de este mes de la consigna del foro de Adictos a la escritura. Ésta vez, la palabra es Bínubo (casado por segunda vez) y me he ido a lo sobrenatural (cómo no). Por cierto, hablando de Adictos a la escritura, me han dado al premio a la comentarista más constante (espero mantenerlo, estoy leyendo muy poco a poco los proyectos pero no doy abasto) y me han dado una mención por veterana (no me he saltado ni un proyecto en dos años XD).
Bínubo
Mara nunca se había
sentido más atraída por un hombre, pero John era especial y, aunque
por supuesto no estaba enamorada, le deseaba. No obstante, era una
profesional ante todo y tenía sus reglas: no se acostaría con él
si no sacaba nada de ello. Por eso, cuando se enteró de que era
bínubo y de que su ex-mujer deseaba vengarse de su nueva esposa no dudó
en ponerse en contacto con la despechada y acordar un precio por
acostarse con él y grabarlo todo en video.
Preparó todo
concienzudamente y esperó su oportunidad para quedarse a solas con
John en su despacho, intentó tentarle y, al ver que no daba
resultado, probó con una estrategia más directa. Sin embargo, él
se desembarazó de ella al instante y la sacó de su despacho a
empujones. Un brillo maligno apareció en las pupilas de Mara. No
solo había perdido el dinero, sino que era la primera vez en su
carrera como súcubo que fallaba un encargo. No obstante, la cosa no
quedaría así. La había rechazado porque amaba a su esposa y,
cuando ella ya no estuviera en medio, sería pan comido acostarse con
él. No estaba segura de que la ex-mujer decidiera pagarle el
asesinato, pero sin duda disfrutaría con su venganza.
No había acabado de
pensar esto cuando un demonio de alto rango se plantó delante de
ella y le lanzó una mirada de advertencia. No tenían permitido intervenir de esa forma. Bajó la vista, desechó
sus pensamientos y puso cara de disgusto. Nunca podía divertirse.
Aunque, mirando de reojo al demonio que tenía delante, pensó que
quizás podría convencerle de que le hiciera el trabajo sucio.
-Ni lo sueñes -dijo él.
Tenía una voz muy sensual para ser tan poderoso y ella sonrió como
una niña traviesa y coqueta-. Aunque supongo que puedo hacer que te
quites de la cabeza a ese humano.
Mara sonrió y le condujo
con sensualidad al almacén. Estaba segura de que hablaba en serio y,
si no, de todos modos siempre estaba bien tener el favor de uno de
los peces gordos.
Sigue a @DeborahFMu
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por visitarme y comentar! Espero que lo que publico te haya gustado pero, si no es así, por favor, ¡dímelo de forma constructiva! Tus comentarios me ayudarán a mejorar.