El verdadero fin
He estado preparándome durante meses para este día. He hecho acopio de
provisiones, he conseguido depuradoras de aire y agua, así como
generadores eléctricos y medidores de radiación,
incluso he construído un bunker. Como no sabía qué clase de catástrofe
podía asolarnos, además de estas precauciones básicas me he preparado
físicamente, para defenderme en caso de una invasión o de un ataque
terrorista, y he aprendido a manejar todo tipo
de armas, que he ido acumulando por si se daba el caso de llegar a
necesitarlas.
Todo esto ha tenido consecuencias, por supuesto. Mis amigos me toman por un loco, mi mujer encontró en mis preparativos el motivo que buscaba desde hace tiempo para divorciarse y he gastado la totalidad de mis ahorros, más una cuantiosa suma de dinero que pedí prestado al banco, para que todo estuviera listo antes del día de la profecía. Qué importa. Yo me reiré de todos ellos cuando sea el único superviviente. En cuanto al dinero, cuando se acabe el mundo no tendré que devolverlo.
Se acerca la hora, así que me meto en el bunker, perfectamente equipado, y espero con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
Todo esto ha tenido consecuencias, por supuesto. Mis amigos me toman por un loco, mi mujer encontró en mis preparativos el motivo que buscaba desde hace tiempo para divorciarse y he gastado la totalidad de mis ahorros, más una cuantiosa suma de dinero que pedí prestado al banco, para que todo estuviera listo antes del día de la profecía. Qué importa. Yo me reiré de todos ellos cuando sea el único superviviente. En cuanto al dinero, cuando se acabe el mundo no tendré que devolverlo.
Se acerca la hora, así que me meto en el bunker, perfectamente equipado, y espero con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
Tres, dos uno.
Nada. Ni un ruido, ni ninguna alarma sonando. Qué extraño. Pongo la televisión y compruebo que todavía hay señal. El canal de noticias no anuncia nada fuera de lo común, incluso se permiten emitir uno de esos reportajes tontos sobre el frío que hace últimamente, como si no fuera normal que en invierno se alcancen estas temperaturas.
No pasa nada, la profecía decía que sería hoy, no especificaba la hora. Así que espero pacientemente, hora tras hora, cambiando constantemene de canal y esperando escuchar un estruendo fuera que me confirme que se ha acabado todo. Pero no, no ocurre nada. Dentro de unos segundos se acaba el día.
Tres, dos, uno.
Todo sigue igual. Espero prudentemente doce horas más, luego salgo del bunker para encontrar un día precioso y escuchar la risa de dos niños jugando en una propiedad cercana. El apocalipsis no ha llegado y yo me siento como un idiota.
Entonces se me cae el mundo encima: no me veo con fuerzas para afrontar la vergüenza de enfrentarme a la gente, y para colmo tengo una deuda millonaria que no podré devolver. Realmente, para mí se ha acabado el mundo, pero no de la forma que esperaba. Así que bajo al bunker y cojo una de las armas. Al final, será al contrario de lo que esperaba. Al final, sobrevivirán todos menos yo.
Nada. Ni un ruido, ni ninguna alarma sonando. Qué extraño. Pongo la televisión y compruebo que todavía hay señal. El canal de noticias no anuncia nada fuera de lo común, incluso se permiten emitir uno de esos reportajes tontos sobre el frío que hace últimamente, como si no fuera normal que en invierno se alcancen estas temperaturas.
No pasa nada, la profecía decía que sería hoy, no especificaba la hora. Así que espero pacientemente, hora tras hora, cambiando constantemene de canal y esperando escuchar un estruendo fuera que me confirme que se ha acabado todo. Pero no, no ocurre nada. Dentro de unos segundos se acaba el día.
Tres, dos, uno.
Todo sigue igual. Espero prudentemente doce horas más, luego salgo del bunker para encontrar un día precioso y escuchar la risa de dos niños jugando en una propiedad cercana. El apocalipsis no ha llegado y yo me siento como un idiota.
Entonces se me cae el mundo encima: no me veo con fuerzas para afrontar la vergüenza de enfrentarme a la gente, y para colmo tengo una deuda millonaria que no podré devolver. Realmente, para mí se ha acabado el mundo, pero no de la forma que esperaba. Así que bajo al bunker y cojo una de las armas. Al final, será al contrario de lo que esperaba. Al final, sobrevivirán todos menos yo.
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Es verdad que la gente que cree que llega el fin del mundo, no solo lo cree, sino que tiene ganas de que llegue, como el protagonista. Aunque claro, con la deuda que le quedó con el banco, como para no tener ganas. Le harán la vida imposible.
ResponderEliminarUn relato agónico. Buen relato.
Saludos
Rubenson
¡¡Buenísimo!! Me gustó mucho. Me imaginé que algo así le sucedería al pobre tipo. Es algo normal, podría decirse... Con la locura que le da a la gente con el fin del mundo, hay quienes se anticipan de más como el protagonista. Genial relato, aunque se escaparon una o dos comas. :) Saludos.
ResponderEliminarAunque hubiera sido el único superviviente, tampoco habría sobrevivido. Al final ocurre siempre lo mismo: nos morimos, de una forma u otra esta es la única certeza que poseemos.
ResponderEliminarBuen relato.
Un saludo.
Buen relato, rápido y conciso.Siempre me pregunto, ¿cuantos como él habrá habido a lo largo de la historia?
ResponderEliminarBesos.
Este sí que se ha quedado con un buen palmo de narices!! jejje.
ResponderEliminarFelicidades. Un relato sencillo muy ajustado a la temática.
Un besin
¡Me gustó! Relataste imágenes muy interesantes del acontecer de este pobre señor. Saludos.
ResponderEliminarUn relato corto pero que narra muy bien el pensamiento de esta gente. Al final el pobre si que se ve obligado a un final.
ResponderEliminarUn beso!!
Muy buen relato ^^ Cortito y directo, quizás algo frío, pero es que el tema no es para menos... Me ha gustado, guapa, sigue así :)
ResponderEliminarSeguro no fue el único que alguna vez tomó esa decisión. Me impactó y me gustó la última frase. Un relato apabullante, realista a su modo y genialmente escrito como siempre. Así da gusto ;)
ResponderEliminar¡Me gusta! Mucha gente espera los fines del mundo como una excusa para el fin de sus vidas.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Deb :)
ResponderEliminarNos narrase el tipo de cliché que viven aquellas personas tan seguras de saber la fecha del fin del mundo. Pobre, pero al fin de cuentas se olvido de vivir, desde hace mucho todo acabo para él. Ojala alguien le hubiera dicho que siempre se puede comenzar de nuevo. Aunque es posible que desde el principio el queria que todo acabase ¿no?
Buen relato :*
Saludos!
El tipo deseaba un final, eso está claro. Hay varios guiños a eso: la excusa de su mujer para divorciarse (lo que significa que antes ya había problemas), por ejemplo. Nadie se gasta todo cuanto tiene y se sumerge en un proyecto así sin apoyo si no está mal.
ResponderEliminarGracias a todos por comentar, en cuanto encuentre un ratillo me paso por los vuestros ^^
Fuerte el final!
ResponderEliminarMe dio como lástima con el hombre.
Saludos.
Muy bueno! ^^
ResponderEliminarUno de mis favoritos hasta el momento!
besito
jajaja, muy irónico y bien narrado. Me gustó mucho este proyecto.
ResponderEliminar^^
Muy buen relato!!
Besos!!
¡Ese orgullo!
ResponderEliminarMe gusta, puedo ver al pobre hombre esperando, haciendo más tiempo... Y me dan ganas de regañarlo con su genial decisión...
Muy buen relato muy acorde con el tema. Conforme se iba acercando el final algo catastrofico me esperaba. No deja de ser desgarrador como se ha hundido y al final encuentra su propio final. Un beso guapa
ResponderEliminarme gusto la frase final, todos sobrevivirán menos yo.
ResponderEliminarBuen relato. Me gusto
Me ha desconcertado al principio la manera tan sobria de la redacción, pero el desenlace lo explica todo. Enhorabuena, muy buen relato.
ResponderEliminarEsto es demostrar como un buen final hace bueno un relato. Me gustó.
ResponderEliminar¡Que buen relato! Y creo que hasta no muy lejos de la realidad, la gente hace cosas muy locas.
ResponderEliminarBesos :)
Me ha gustado la forma de escribir, y sobre todo el final, como a todos. Un abrazo.
ResponderEliminarDeborah: Un resumen conciso de lo que muchos deben haber pasado.
ResponderEliminarDe hecho en la TV pasaron un programa llamado "Prepeer" o algo así. donde hablaban de lo que algunos locos hicieron para prepararse para el fin del mundo.
Lo más chistoso, es que hablaban de todo, menos de prepararse espiritualmente, limpiando sus conciencias.
Buen relato: Doña Ku
Interesante, la frase dle final me encantó. Corto y consiso buen reltato.
ResponderEliminarBesos.
Me ha gustado. Sobre todo por el final cuando expresas cómo él se aferra a que se acabe el mundo tal y como hasta ahora lo conocemos: la dedicación y la confianza invertidas en la profecía Maya o finalmente el suicidio.
ResponderEliminarMe parece creíble, sobre todo gracias a ese esbozo psicológico que muestras del personaje, que para lo corto del relato está bastante bien expresado.
Un cordial saludo!