Aprovechando que seguimos en el mes del ciberpunk, he hecho otro relato. En este caso, está ambientado en el mismo universo que Incursores de la noche, pero no tiene nada que ver con la historia en sí, ni con sus personajes.
Creo que el relato bien valdría para algo más largo, como una novela corta, pero me temo que de momento se va a quedar en este formato (es lo que tiene la falta de tiempo y tener muchos proyectos pendientes...).
Creo que el relato bien valdría para algo más largo, como una novela corta, pero me temo que de momento se va a quedar en este formato (es lo que tiene la falta de tiempo y tener muchos proyectos pendientes...).
Reencuentro
Carela
esperó a Sou tomando la mejor marca de zumo de frutas natural del
mercado. Después de años sin saber de su amigo de la infancia,
pensando que estaba muerto, se habían cruzado por casualidad el día
anterior. Sonrió cuando le vio aparecer, completamente atónita por
el cambio. Ni siquiera sabía cómo había reconocido en él al
muchacho escuálido y debilucho con el que había jugado en la sala
de control de su edificio cuando eran pequeños. Ahora era un hombre
fuerte, gracias, en parte, a los ciberimplantes, aunque quedaba claro
que estaba en forma. Su sonrisa, entre triste y sarcástica, era la
misma.
—Vaya.
Realmente tienen que irte bien las cosas, si bebes productos
naturales —dijo Sou, señalando el zumo.
—No me va
nada mal, no. ¿Y qué ha sido de ti en todos estos años?
—Buena
forma de no decir nada. ¿Por qué tengo que empezar yo?
—No fui yo
la que desapareció sin dejar rastro después de que su padrastro y
sus hermanastros fueran salvajemente asesinados.
—No. Tú
fuiste la que se quedó de niña de los recados en un burdel que fue
borrado del mapa por las fuerzas del orden de la burbuja. —Carela
soltó una carcajada, pero se quedó callada, mirándole fijamente—.
Oh, está bien. Di cobijo a uno de sus enemigos en el almacén donde
me obligaban a trabajar. Me regaló un arma como agradecimiento y,
cuando descubrieron mi supuesta traición e intentaron matarme a
palos, la usé para defenderme. Luego puede que me ensañara un poco
con sus cadáveres. El tipo lo vio todo y se hizo cargo de mí. Te
toca.
—Aguanté
fingiendo sumisión para que no me ataran el día de mi ascenso a
puta, rajé la garganta al primer cabrón que me alquiló y utilicé
su pda para dar aviso a las fuerzas del orden de la burbuja —explicó Carela, escuetamente.
—Así que
ahora eres una de sus soplonas —dijo él con tono acusador.
—¿Qué te
hace pensar eso?
—Vives
demasiado bien para ser una simple ciudadana sin corporación, y no
llevas el logo de ninguna empresa religiosa —apuntó Sou.
—Vale,
sigues siendo observador. Aunque siento decirte que te has
equivocado. No soy una soplona de las fuerzas del orden. —Carela jugueteó con el vaso y puso una sonrisa traviesa—. Soy una de
ellos.
—¿Y me lo
dices así, sin más?
—No soy
una de las que van de incógnito. Puedes consultar mi historial en la
base de datos pública —dijo orgullosa. No era para menos.
Generalmente, las fuerzas del orden las formaba gente de las
corporaciones religiosas, y solo unos pocos ciudadanos sin amparo
corporativo. De ese cuerpo de élite, solo unos pocos eran la cara
visible de esas fuerzas y se encargaban de las misiones más duras—.
¿Y tú? ¿Sigues con ese tipo?
—Bonita
forma indirecta de preguntarme si soy un criminal.
—Simple
curiosidad. Mis objetivos son siempre públicos y conocidos, por no
hablar de que no estoy de servicio y por tanto no tengo por qué
informar de nada, de modo que no tienes que preocuparte —le aseguró.
—Digamos
simplemente que no estoy en el sistema y que no suelo seguir sus
reglas.
—Entonces,
mientras no hagas algo tan gordo como para que te señalen como
objetivo mío, todo irá bien —sonrió, y Sou soltó una carcajada.
—No has
cambiado ni pizca.
—Tú
tampoco.
Ambos se
miraron fijamente un rato y luego continuaron hablando, como si nada.
No obstante, ninguno de ellos volvió a decir palabra sobre
criminales o fuerzas del orden, sabiendo que mientras no tocaran esos
temas podrían retomar su amistad donde la dejaron.
***
Días
después, Sou entrenaba en el gimnasio cuando su mentor irrumpió en
la sala.
—¿Qué
ocurre?
—Jargas ha
metido la pata y viene hacia aquí. Un agente público de las fuerzas
del orden le sigue. Yo me marcho, encárgate de todo.
—El muy
imbécil —gruñó Sou, dirigiéndose hacia sus hombres para
organizar la destrucción de todo cuanto pudiera ocasionarles
problemas. Para cuando Jargas apareció, disparando a lo loco y
abriéndose paso hasta el búnker antes de que pudieran
interceptarle, ya no quedaba nada que pudiera comprometerles. Poco
después apareció el agente en su aeromoto. Sou maldijo entre
dientes cuando se quitó el casco y reconoció a su amiga.
—A ti sí
que no te esperaba —gruñó ella, frunciendo el ceño.
—Ídem.
—Imagino
que sabrás cómo funciona esto... —suspiró Carela.
—Tendrás
nuestra completa colaboración, por supuesto. Aunque se ha encerrado
en el búnker y tendrás que tener paciencia —Sou señaló hacia la
puerta blindada, encogiéndose de hombros.
—¿Cuánto
tardaréis en abrirlo?
—Unos tres
cuartos de hora.
—De
acuerdo. Entre tanto, estoy obligada a hacer un registro rápido de
la propiedad.
—Lo sé.
Permíteme que te acompañe. —Ella asintió y Sou la condujo a la
primera puerta mientras daba las últimas órdenes—. Muchachos, ya
sabéis qué tenéis que hacer.
Ambos
recorrieron las dos primeras plantas la propiedad, las que legalmente
les pertenecían, y Carela liberó dos robots espía para que
recorrieran el resto de los ciento cincuenta pisos y avisaran si
notaban algo sospechoso. Quedaba claro que alguien se había dedicado
a eliminar todas las pruebas, pero ella solo tenía permiso para dar
caza a los objetivos públicos, no para interrogar o investigar, y lo
único que podía hacer era añadir en su informe ese tipo de
detalles.
—Ya he
visto todo lo que tenía que ver —dijo, algo molesta.
—¿Ya? Aún
tenemos un cuarto de hora largo hasta que abran el búnker.
—¿Para
que tengáis tiempo de llegar hasta mi presa antes que yo? No te
ofendas, pero no me parece buena idea.
—No somos
tan idiotas.
—No cuela.
—Bajaron de nuevo a la planta baja y observaron cómo los hombres
acababan de abrir el búnker. No obstante, el humo verde que salía
de la sala acorazada le indicó a Carela que no iba a conseguir a su
presa viva—. Maldita sea, Sou. Ahora recibiré un veinte por ciento
menos de la comisión.
—¿Por qué
me lo dices a mí? Yo he estado todo el rato contigo.
—Dile a tu
jefe que accionar las defensas contra intrusos sabiendo que son
prófugos y que un agente les persigue es un asesinato con el mayor
de los agravantes —le ignoró ella, cubriéndose adecuadamente y
tomando una muestra en un recipiente especial que en seguida confirmó
lo que sospechaba: el veneno estaba diseñado para ser letal, salvo
para tres ADN registrados.
—Es
posible que se haya activado automáticamente.
—Aun así,
todos esos mecanismos, a parte de ser ilegales, tienen sus códigos
de desactivación. Más os vale estar fuera de la ciudad antes de que
pasen tres horas.
—¿Nos?
—A no ser
que quieras quedarte para que te interroguen...
—No tengo
nada que ocultar —Sou se encogió de hombros con una sonrisilla—,
aunque los interrogatorios son desagradables. Mejor me voy hasta que
se demuestre la inocencia de mi jefe.
—Hasta que
unte los bolsillos de la gente apropiada, más bien.
—Lo que
sea. La cuestión es que ya no será asunto tuyo.
—No.
Aunque, como vuelva a hacerme perder parte de mi comisión, me cabrearé
de verdad y me lo tomaré como algo personal —respondió ella
secamente, mientras desplegaba un robot para que se encargara del
cadáver. Sou consideró la posibilidad de hacerle llegar el
equivalente de lo que había perdido, pero de inmediato supo que se
lo tomaría como una ofensa y lo dejó correr. Ya encontraría la
forma de compensarle la pérdida... cuando se volvieran a encontrar.
--------------------------------------------------------------------------------- Este relato está inspirado en el mundo donde se desarrollan Incursores de la noche e Incursores del ocaso. ¿Quieres saber más sobre las novelas?
¡Fiu! Un texto bastante sustancioso, con mucho detrás, por supuesto, yo espero que si te animes a escribir la novela corta después.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, siempre es un placer leerte.
Saludos :)
:D Sí que lo acabaré por hacer... dentro de mucho. De momento tengo muchos proyectos previos que no me gustaría dejar ^^
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