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viernes, 17 de mayo de 2013

Nunca tomes el pelo a un buen hacker - Relato inédito de Incursores de la noche

Como muchos sabéis, en mi blog de reseñas, escriboleeo, estoy haciendo el mes del ciberpunk. Y he pensado que no estaría de más que, además de reseñas de libros, estaría bien hacer algún relato del género. Y teniendo libros del género... era de esperar que me decantara por desarrollarlo en el mismo universo. Así que aquí tenéis un relato inédito de Incursores de la noche. ¡Que lo disfrutéis!

Nunca tomes el pelo a un buen hacker

PF se apartó un segundo de su ordenador para estirarse un poco y se frotó los ojos, cansados de estar tantas horas frente a la pantalla, en la que parpadeaba un mensaje de reto para que se apuntara a una plataforma de juego on-line.
El juego era de mecánica sencilla: había que hacer competir a varias compañías religiosas, similares a las reales. El jugador era asignado a una al azar y se encargaba de piratear los sistemas de sus competidores, espiarles, copiar sus patentes y a la vez defender a su propia empresa de dichos ataques. Sería divertido de no ser porque nunca le habían gustado las empresas religiosas y porque, aunque no se había logrado demostrar, muchos habían desaparecido de la red misteriosamente tras recibir la invitación, según los informes de numerosos hackers.
No obstante, un reto tan descarado, que además entrañaba un misterio digno de su atención, merecía una respuesta, aunque no iba a ser la que esperaban los organizadores del juego. Cogió uno de sus ordenadores viejos, que no usaba y había formateado hacía tiempo, creó una cuenta de correo falsa, haciéndole llegar la invitación (que inmediatamente después borró de su cuenta ordinaria), y pinchó en el link. 
Tal y como había imaginado, para jugar necesitaba instalar el programa en su ordenador y dar datos sobre su localización. Creó una IP falsa que hacía que pareciera que jugaba desde el otro lado del continente y comenzó el juego. La empresa que le habían asignado le resultaba sospechosamente familiar, aunque por supuesto no tenía ningún nombre reconocible.
Traqueteando con su otro ordenador mientras jugaba, confirmó sus sospechas rápidamente: todos los jugadores, aunque se suponía que competían, en realidad trabajaban para la misma empresa. Una empresa sospechosamente similar a Futurmat, que en los últimos meses había logrado duplicar sus activos y se vanagloriaba de tener el mejor sistema de protección informático de la Tierra, casualmente desde la misma época en que el juego había empezado a tener éxito. ¡Como que tenían a miles jugadores, hackers de baja categoría en su mayor parte, haciendo su trabajo sucio!
Tras contar sus sospechas al grupo y organizar Ares la defensa de la base, PF comenzó a sabotear a esos canallas desde dentro. Para cuando consiguieron darse cuenta de lo que pasaba, la hacker ya había tumbado casi todos sus antispyware y había comenzado a publicar todas las informaciones que encontraba en la matriz pública.
La respuesta de Futurmat no se hizo esperar: todos los jugadores comenzaron a rechazar el ataque al unísono. No obstante, PF lo había estado esperando y se había hecho fuerte con los recursos de la propia empresa a la que estaba hackeando. A la par, comenzó a difundir la triquiñuela de la compañía con su identidad habitual de internet.
Pocos minutos después sonó la alarma del recinto. Habían desenmascarado su IP verdadera y habían enviado un pequeño ejército. Lo que no esperaban era que su aparentemente sencilla misión de matar a un hacker con las manos en la masa iba a toparse con la bienvenida de un semielfo armado hasta los dientes, un enano con un centenar de artilugios letales, un sacerdote y un nigromante con unos cuantos no-muertos a su servicio, todos ellos protegidos por una poderosa mentalista. Ni siquiera pudieron informar de lo que iba mal antes de que acabaran con ellos.
Entre tanto, la noticia del verdadero propósito del juego se difundió a gran velocidad y poco a poco los propios jugadores se unieron a PF en su cruzada. Tres horas después, todos los secretos de Futurmat habían quedado al descubierto, a disposición de sus competidores, y los jugadores, por seguridad, se habían encargado de borrar todos los datos del juego. Sin embargo, los Incursores de la noche prefirieron ser previsores y, anticipándose al acto de venganza que la empresa intentaría llevar a cabo antes de ser absorbida, al acabar el día ya habían evacuado la base.
-Estarás contenta, hacker. Acabábamos de mudarnos -gruñó Roca, a mitad de camino de su nuevo refugio.
-Que se lo hubieran pensado antes de intentar tomarme el pelo. A saber a cuántos hackers han matado con su pequeño ejército solo porque descubrieron el pastel y no tenían amigos que les defendieran... Además, ¿hubieras preferido que esos canallas se salieran con la suya? -se limitó a preguntar PF. El enano soltó una carcajada y el resto del grupo sonrió.
-¿Lo ves, princesa? -susurró Ares a Kati al oído-. Nunca nos quedamos demasiado tiempo en la misma guarida.
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Este relato está ambientado en los personajes y el mundo de Incursores de la noche e Incursores del ocaso. ¿Quieres saber más sobre las novelas?
Portadas de los libros Incursores de la noche e Incursores del ocaso

1 comentario:

  1. Está muy bien el relato, me ha gustado mucho.
    PF es un buen personaje ^-^

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