El gandul que no lo era. Relato.

Nuevo relato con una palabra olvidada, en este caso elegí Gandul. Definición: Tunante, holgazán.

El gandul que no lo era

Palabra diseñada por @rodrigo.

La madre de Dakota le echó de casa por ser un gandul, harta de que se pasara las noches quién sabía dónde y los días durmiendo o en el gimnasio. Pasó una semana en las calles, sucio y sin poder pegar ojo, antes de volver a casa y pedir que se le diera la oportunidad de enmendarse. 

Ese mismo día, el ministerio de asuntos sobrenaturales recibió una carta de renuncia del único agente que tenían en una ciudad remota y las criaturas de la noche, enteradas por sus espías de la situación, acudieron en masa a ese lugar donde podían campar a sus anchas. No había ningún agente disponible que quisiera irse hasta allí, así que al final se abrió el mismo debate de siempre: que sí, que eran un ministerio oculto y que el Estado nunca les daba fondos, pero había que encontrar una forma de pagar a los funcionarios.

Esa misma semana, Dakota recibió un boleto de lotería que, gracias a la magia, saldría premiado esa noche. El joven suspiró aliviado: la ciudad estaba cada vez peor, pero su madre no le había quitado ojo y no estaba dispuesto a convertirse en un mendigo por el bien común. Pero todo se sabe y el resto de funcionarios exigió el mismo trato, así que al final el ministerio tuvo que amañar todo el sistema de loterías para pagar el sueldo a sus empleados. Desde entonces, los premios grandes siempre los gana algún pez gordo del ministerio, que los reparte de inmediato entre todos los agentes. Los premios pequeños tocan siempre a los boletos que envían a los empleados restantes días antes de que toquen.

Por eso debes jugar a la lotería: no por esperanza de que toque, sino para seguir financiando a la única esperanza de la humanidad de contener a los seres sobrenaturales.

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