Nuevo relato con palabras olvidadas, en este caso, Hogaño (significado: En la época actual) y Antaño (significado: En un tiempo pasado).
Todos sus amigos se habían hecho un tatuaje relacionado con cosas orientales y Kevin no quería ser menos, así que suplicó, y suplicó, hasta que su abuela se dio por vencida:
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De hogaño a antaño
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| Palabras diseñadas por @josep.tb y @brunospagnuolo |
-¡Pero solo uno pequeño y solo si lo pagas tú! -dijo tras aceptar-. No pienso gastar dinero en estropearte la piel, y menos por algo que va a pasar de hogaño a antaño en menos de un suspiro.
Kevin ahorró con paciencia y se hizo un kanji en el brazo una semana antes de que su amigo Pablo apareciera con una realista calavera en el brazo, lo cual puso de moda las calaveras tatuadas.
De nuevo, Kevin suplicó y suplicó a su abuela para que le dejara tatuarse una pequeña calavera encima del kanji, que ya no le gustaba tanto, hasta conseguir una respuesta similar a la de la otra vez.
Así pues, el chico ahorró con paciencia y se hizo una calavera cuyo ojo negro tapaba el kanji.
Pudo fardar de ella apenas un mes, ya que entonces apareció Juanjo con una serpiente alada tatuada. Pronto, todos sus amigos comenzaron a aparecer con animales fantásticos cada vez más espectaculares tatuados y Kevin, tras volver a pasar por el proceso de convencer a su abuela, comenzó a ahorrar para imitarles. Sin embargo, cuando vio su brazo cubierto por el esbozo previo del tatuador, con un horrible dragón encima de la calavera que tapaba el kanji, Kevin pensó en lo poco que le gustaban los dragones, y las calaveras, así que pidió perdón por las molestias, abandonó la tienda de tatuajes y comenzó a ahorrar... para quitarse con láser ese estúpido tatuaje, prometiéndose a sí mismo que no volvería a seguir una absurda moda de sus amigos.
Kevin ahorró con paciencia y se hizo un kanji en el brazo una semana antes de que su amigo Pablo apareciera con una realista calavera en el brazo, lo cual puso de moda las calaveras tatuadas.
De nuevo, Kevin suplicó y suplicó a su abuela para que le dejara tatuarse una pequeña calavera encima del kanji, que ya no le gustaba tanto, hasta conseguir una respuesta similar a la de la otra vez.
Así pues, el chico ahorró con paciencia y se hizo una calavera cuyo ojo negro tapaba el kanji.
Pudo fardar de ella apenas un mes, ya que entonces apareció Juanjo con una serpiente alada tatuada. Pronto, todos sus amigos comenzaron a aparecer con animales fantásticos cada vez más espectaculares tatuados y Kevin, tras volver a pasar por el proceso de convencer a su abuela, comenzó a ahorrar para imitarles. Sin embargo, cuando vio su brazo cubierto por el esbozo previo del tatuador, con un horrible dragón encima de la calavera que tapaba el kanji, Kevin pensó en lo poco que le gustaban los dragones, y las calaveras, así que pidió perdón por las molestias, abandonó la tienda de tatuajes y comenzó a ahorrar... para quitarse con láser ese estúpido tatuaje, prometiéndose a sí mismo que no volvería a seguir una absurda moda de sus amigos.
Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
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