domingo, 2 de abril de 2017

No todo son relatos: ahora me ha dado por tejer

bufandas
Pues sí, en los (pocos) momentos en los que no me apetece mucho escribir ni leer o cuando estoy viendo una peli a la que quiero prestar la mayor parte de mi atención, me ha dado por tejer con el telar que me regaló mi hermano hace un par de Navidades. Parece una bobada, pero relaja un montón y estimula la creatividad que da gusto. Eso sí, sale como cuatro veces más caro que comprarse la bufanda directamente aunque, para qué engañarnos, así de suavecitas y únicas no las encuentras en ningún lado, ¿a que no?
La de la derecha es la primera que hice: cometí dos errores. El primero, no comprar suficiente lana y pillarla de esa que pica. Lo solucioné comprando lana suave para la zona del cuello y no quedó mal el arreglo. El segundo error fue que cada lado me salió de un largo.
Con la bufanda número dos aprendí de dichos errores y directamente compré suficiente lana de la suave, es una delicia llevarla.
Y, como soy muy de gorros, mi próximo reto es crear un telar circular para hacerlos. Sé cómo funciona la mecánica porque acabo de terminar un gato de lana (ya os lo enseñaré), pero no tengo un telar tan grande, así que he comprado una tabla redonda y unos clavos de madera para hacer el apaño y no gastarme un dineral en uno prefabricado. Ya os iré contando...


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