Un baile bajo la luna llena, relato corto histórico ilustrado

Otro de los relatos cortos hecho con las portadas que prediseñé. Esta vez quise alejarme de lo romántico, aunque la portada casi pedía a gritos un romance ^^.

Un baile bajo la luna llena

Coincidieron en un cenador del jardín donde se celebraba el baile. Elsie había huido de la fiesta, muerta de vergüenza, cuando oyó a dos solteros malintencionados comentar que nunca encontraría marido porque no era ni lo bastante bella, ni lo bastante rica, como para tentar a nadie. Julien, porque el asedio de las debutantes, cuyas madres habían decidido que era el soltero más apetecible de la temporada, le agobiaba demasiado.

Elsie nunca supo por qué, cuando Julien le preguntó qué le ocurría, se lo contó todo. Quizás era por el hecho de que sospechaba que a él no le gustaban en realidad las mujeres, sino los hombres. Quizás, simplemente, porque era el único que no la había mirado de arriba a abajo evaluando su potencial como yegua de cría y ama de casa eficiente. La cuestión, en cualquier caso, era que le habló de la presión, cada vez mayor, que sufría por seguir soltera, aunque para ella era la situación ideal, porque le agradaba su libertad y sabía que la perdería con el matrimonio.

—El caso es que ya ni siquiera espero que el supuesto milagro suceda. Ellos no se fijarán en mí habiendo presas más jóvenes y apetecibles. Ya ni siquiera vendría a estos bailes si no fuera porque me gusta bailar... pero mi cuaderno de baile está más vacío a cada fiesta que pasa —finalizó la joven con un suspiro.
Julien la entendía muy bien, porque el baile era también lo único que motivaba su asistencia a esas estúpidas fiestas. Como bien había intuido Elsie, la clase de persona con la que le gustaría emparejarse estaba prohibida para él... al menos en público. Así pues, como en el jardín se oía levemente el eco de la orquesta, le hizo una reverencia y le tendió la mano. Ella la cogió por instinto y comenzaron a bailar bajo la luna llena, en silencio, simplemente disfrutando del momento. Solo se detuvieron cuando oyeron pasos en el jardín y ella se alejó, para no comprometerle. Julien, sin embargo, la observó alejarse pensativo y tomó una decisión.
Días después, la alta sociedad no pudo sino sorprenderse cuando el soltero más codiciado pidió la mano de la soltera que, según todas las apuestas, seguiría siéndolo toda su vida. El matrimonio, por supuesto, fue una farsa desde el primer momento: él seguía con sus aventuras con otros hombres y ella, agradecida de que la dejara a su aire, no solo no decía nada al respecto, sino que le encubría y le ayudaba a ocultar sus inclinaciones. Y, por supuesto, bailaban juntos siempre que podían, aunque no hubiera música en la sala.  

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