martes, 14 de junio de 2022

Relato: La mantis

Hoy tocaba escribir un relato con la consigna "Haz una historia en la que la antagonista sea una mantis religiosa." No tenía muy claro cómo plantearlo, pero documentándome un poco me encontré con que esos bichos pueden comer desde ranas, lagartos, tritones y salamandras hasta musarañas, ratones, serpientes, tortugas de caparazón blando e incluso algún murciélago pequeño. 

 La mantis

Los habitantes del estanque estaban aterrorizados. La mantis religiosa había empezado matando un colibrí, lo que a nadie le preocupó especialmente, porque era bastante tonto. Pero luego apareció un largarto muerto, después una tortuga y finalmente devoró el cerebro de un ratón. Todo eso indicaba que la mantis no solo estaba descontrolada, sino que no le hacía ascos a ninguna especie, lo que significaba que nadie estaba a salvo.
Tras hablarlo en asamblea, los animales del estanque decidieron pedir ayuda a los murciélagos, que mandaron a uno de los suyos a comerse a la mantis. No obstante, aunque pareciera increíble, ella pareció detectarle y cambió su trayectoria de vuelo en el último momento. Luego, se las arregló para colarse entre los murciélagos mientras dormían para devorar a uno de los más pequeños como venganza.
Entonces los murciélagos también se tomaron en serio la amenaza y se pusieron en pie de guerra. No obstante, como no podían enfrentarse a ella solos, porque parecía tener un sexto sentido para detectarles, pidieron la colaboración del resto del estanque. 
La mantis, acostumbrada a sembrar el caos y el terror entre los animales pequeños, no supo muy bien cómo reaccionar cuando un grupo numeroso fue a por ella buscando venganza. Entonces, entró en pánico y salió huyendo, momento que aprovecharon los murciélagos para atacar: estaba demasiado distraída con los que la asediaban desde el suelo para mirar hacia arriba. 
Los habitantes del estanque celebraron durante días esa victoria y, desde ese momento, se unieron siempre para enfrentarse con las amenazas que llegaran a su hogar. Pero entonces llegó el hombre y esa extraña colaboración entre animales tan distintos para expulsarle no solo no logró espantarle, sino que despertó su curiosidad. Y la vida del estanque cambió para siempre.

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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

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