Mi primer día en Austria lo pasé, cómo no, en Viena. Pero voy a condensar en esta entrada el primer y el último día porque combinados hacen un día completo de planes gratuitos o baratos.
Lo primero que me sorprendió fue el Cercanías que iba del aeropuerto al centro de la ciudad, todo un lujo. En la vuelta descubrí que, a lo tonto, me había metido en los vagones de primera clase. Los de tercera siguen siendo mejores que los de Madrid, pero no tanto.
Luego llegué a la estación de Viena Central y empecé a dar un paseo haciendo tiempo porque en el hotel no dejaban hacer check-in hasta las 3 de la tarde. Debo decir que, aunque no llegué a la parte más bonita de la ciudad, me pareció preciosa. Y la parte bonita desde luego es espectacular. Por cierto, me pilló un tiempo primaveral que no era normal, y yo que iba a base de camisetas de manga larga me he torrado.
Free tour por Viena
Tras dejar los bártulos en el hotel, me encaminé a la plaza donde estaba el punto de encuentro del free tour, que empezaba en la plaza Helmut Zilk-Platz. El guía era austriaco y no lo hacía demasiado bien, además, el grupo era demasiado grande y apenas se le podía oír. El recorrido tampoco siguió el plan que ponía en la descripción, pero al menos me sirvió para situarme.
Prácticamente lo que vimos fueron los alrededores del Hofburg, Palacio de Invierno de los Habsburgo (uno de los lugares que tenía intención de visitar por dentro), donde descubrimos que, en Viena, a Sissi en realidad no le tenían mucho cariño. También nos contó algo de historia de la ciudad, pero casi todo fueron explicaciones genéricas de lo que estábamos viendo.
Después subimos un poco por el Café Central y seguimos hasta la catedral de San Esteban, que me parece soberbia (una parte del interior se puede visitar gratis, por cierto). Allí finalizó el tour y, tras hacer el pago y la foto de rigor, me fui a tomar un helado antes de volver al hotel a descansar, porque me esperaba un madrugón para ir a Bratislava.
Después subimos un poco por el Café Central y seguimos hasta la catedral de San Esteban, que me parece soberbia (una parte del interior se puede visitar gratis, por cierto). Allí finalizó el tour y, tras hacer el pago y la foto de rigor, me fui a tomar un helado antes de volver al hotel a descansar, porque me esperaba un madrugón para ir a Bratislava.
Catedral de Viena, casa Hundertwasser, noria del Prater y parques Stadpark y Belvedere |
Prater: el parque de atracciones más antiguo del mundo
Después visité el Prater, el parque de atracciones más antiguo del mundo con la noria que se ha convertido en uno de los emblemas de la ciudad. No me van demasiado los parques de atracciones, pero tiene su gracia y está bien cuidado. Además, pronto por la mañana no hay ni demasiado ruido ni demasiada gente. Pero si realmente te gusta montarte en las atracciones te recomiendo que sea tu plan de tarde, aunque por supuesto te dejarás una pasta.De parque en parque
El mismo Prater está dentro de un parque, pero no es ni mucho menos el único, porque la ciudad está plagada. En mi camino de vuelta a la estación de tren, hice un buen rodeo para visitar unos cuantos: el del Hofburg; el Stadtpark, con una estatua de oro de Johann Strauss; y el maravilloso parque del palacio Belvedere, que casi consigue que pierda el tren al aeropuerto (aunque me habría dado igual, porque retrasaron el vuelo).*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
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