Días anteriores del viaje a Japón
Día 1: Vuelos y OsakaDía 2: Osaka, Nara y Kioto
Día 3: Kioto y maico plan
Día 4: Kioto y Gion Corner
El tren bala
Tocó madrugar porque teníamos que coger el tren bala, que requiere
muchísima organización porque apenas se queda en la estación un minuto y
poco, y tiene que entrar muchísima gente. Se disculparon hace un tiempo
porque su media de retrasos era de unos 30 segundos, con eso lo digo
todo (tomen nota, responsables del transporte público madrileño).
Fue un trayecto cortito y la sensación es como de estar en un tren normal, solo que todo pasa algo más rápido.
Fue un trayecto cortito y la sensación es como de estar en un tren normal, solo que todo pasa algo más rápido.
Magome y Tsumago
Magome |
Tras el trayecto en tren bala, nos metimos en el bus (muchas horas de bus, por suerte nuestro genial
guía nos entretuvo hablando de la geografía de Japón, los terremotos y
tsunamis, el sistema escolar nipón...) y nos encaminamos hasta los
pueblos feudales, antiguas zonas de paso de los samuráis que tenían
obligación de ir a servir al shogun año sí, año no.
La primera parada fue Magome, un pueblo con un paisaje espectacular y una larga cuesta que descendimos hasta donde nos esperaba el autobús.
Luego fuimos a Tsumago, que es más auténtico y donde, además de visitar su calle más emblemática, pudimos ver un antiguo anexo a una posada japonesa (waki honjin Okuya). Estuvo genial porque está conservada tal cual pues, al ser un anexo de la taberna y dedicarse también al sake, sobrevivieron cuando se acabó la época de los samuráis. Dentro nos contaron cómo vivían y muchas cosas más.
La primera parada fue Magome, un pueblo con un paisaje espectacular y una larga cuesta que descendimos hasta donde nos esperaba el autobús.
Luego fuimos a Tsumago, que es más auténtico y donde, además de visitar su calle más emblemática, pudimos ver un antiguo anexo a una posada japonesa (waki honjin Okuya). Estuvo genial porque está conservada tal cual pues, al ser un anexo de la taberna y dedicarse también al sake, sobrevivieron cuando se acabó la época de los samuráis. Dentro nos contaron cómo vivían y muchas cosas más.
De camino al autobús nos compramos un oyaki, bollito relleno de crema de nueces (había varios rellenos pero este nos lo recomendó el de la tienda), y estaba bastante rico.
De compras en Takayama
Takayama |
Además, como las yukatas estaban bastante baratas, decidí comprarla allí (también cayó un gorro) junto con su obi, lo que fue todo un acierto porque luego, cuando nos fuimos a cenar, era obligatorio llevarlo y no teníamos que ponernos el del hotel, que era bastante soso.
Experiencia en el Onsen y cena japonesa
Con mi yukata |
La cena japonesa fue todo un espectáculo; tenían un poco de todo, incluso algunas cosas como bambú o sopa de miso que nunca había probado pero que me han encantado. Algunos alimentos se cocinaban directamente en el plato. Además, el hecho de ir todos vestidos con yukatas le daba un ambiente bastante interesante.
Espectáculo kabuki
Escena del espectáculo kabuki |
Días siguientes del viaje a Japón
Día 6: ShirakawagoDía 7: Monte Fugi y Tokio
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