domingo, 27 de mayo de 2018

Mi accidentado viaje a Londres: Día 2 (Londres esencial)

El segundo día tenía contratado un tour básico andando por Londres. Era a las 10, así que decidí bajar dando un paseo, y así aprovechaba para ver la zona de teatros y Picadilly, que es el equivalente londinense a la Gran Vía de Madrid. 
Viaje a Londres: Picadilly, Arco de Wellington, Palacio de Buckingham
Viaje a Londres: Picadilly, Arco de Wellington, Palacio de Buckingham
El tour lo hice con Paseando por Europa. Empezó en la esquina inferior derecha de Hyde Park y bajamos primero hasta el Palacio de Buckingham pasando por el monumento a Wellington (Arco de Wellington). No estaba la reina, así que no había cambio de guardia, pero nos indicaron el mejor sitio para verlo y vimos el cambio de la Guardia montada. 
Viaje a Londres: Abadía de Westminster, Parlamento y Big Ben (lo que se veía)
Viaje a Londres: Abadía de Westminster, Parlamento y Big Ben (lo que se veía)
Luego vimos varios parques y palacios donde nos contaron la truculenta historia de la familia Real británica. Los datos que nos dieron eran interesantes y nuestro guía, Damián, era fantástico, así que estuvo genial. Finalmente, tras un breve descanso (no olvidéis llevar monedas de 20 sueltas, ¡todos los baños con de pago!), salimos de la zona "real" y vimos la Abadía de Westminster, el Parlamento (lo están reformando y está totalmente andamiado, del Big Ben solo se veía el reloj en uno de los lados, ¡qué decepción!), una plaza repleta de estatuas de gente ilustre (incluyendo una sufragista) y otros edificios de interés hasta llegar a Trafalgar Square, donde acabó la visita. 

Para entonces ya estaba lloviendo y, a pesar del chubasquero y el paraguas, ya estaba calada, pero no iba a dejar que eso me detuviera. Mi primer destino era encontrar el punto de encuentro del día siguiente, un largo paseo que se hizo más largo porque me perdí, aunque eso me permitió toparme con cosas chulas. Tras llegar y preguntar un par de cosas, encontré el souvenir que me habían pedido en el sitio más inesperado y me fui a la torre de Londres. ¿Y dónde estaba? En la otra punta, cómo no.
El paseo por el río, con todos sus puentes y monumentos, es bonito. Aunque calada, con los pies mojados y doloridos (al estar mojada la zapatilla se hincharon y salieron ampollas) y los pesados souvenirs a cuestas no molaba tanto. En algún momento se cortó el camino (medio Londres está en obras) y tuve que dar un rodeo en que volví a perderme, aunque fue cosa buena porque me topé con la catedral de St. Paul. Luego, vi los puentes de Londres y de la Torre y la Torre de Londres, a la que no llegué a entrar. Para entonces era tarde y decidí volver al hotel en metro, momento que elegí para torcerme el tobillo, aunque eso tampoco iba a detenerme...


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