martes, 30 de enero de 2024

Viaje al norte de Portugal: Aveiro y Costa Nova

El viaje en días anteriores:
El tercer día también tenía una excursión, esta vez a Aveiro y Costa Nova. Era sólo medio día y una hora a la ida y una hora a la vuelta se iban en transporte. 

Costa Nova

Primero fuimos a Costa Nova, un pueblecito con una línea de casas pintorescas, pero que no tiene mucho más que ver. A la hora que lo visitamos, ni las cafeterías ni las tiendas estaban abiertas, así que en cuarto de hora ya estábamos otra vez en camino. 
Casas de Costa Nova, Casas de Aveiro y barco, Museo de Art Nouveau de Aveiro
Casas de Costa Nova, Casas de Aveiro y barco, Museo de Art Nouveau de Aveiro

Aveiro

Luego fuimos a Aveiro y lo primero fue hacer un crucero por la ría. Totalmente prescindible, no hay nada que ver desde el barco, ya que casi todo lo que se ve en el recorrido es nuevo y lo que no (por ejemplo, el museo de Art Nouveau) se puede ver dando un paseo. Y suerte que justo no estaba lloviendo porque está totalmente descubierto y si nos hubiera pillado en el barco no habría habido manera de evitar mojarse. 
No llegamos a pasear con el guía por el centro histórico, sino que nos dieron tres cuartos de hora de tiempo libre. Pensé que sobraría tiempo porque el casco histórico es solo una calle con la iglesia de la Vera Cruz. Al menos la parte que nos indicó nuestro guía. La catedral estaba muy lejos para ir y volver en ese corto espacio temporal.
Además, del lado que el guía ni mencionó, cruzando en busca de un supermercado a la otra calle, me encontré con que había un precioso edificio de Ayuntamiento y una bonita iglesia (la de la Misericordia) con cerámicas, que al parecer también son puntos de interés aunque se le olvidara decirlo. Vamos que el pueblo no está mal pero tampoco es que sea para hacer una excursión larga allí. 

El resto del viaje:

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miércoles, 24 de enero de 2024

Relato: Magos nobles, magos plebeyos

La consigna de esta semana era Un relato con nacer, epidemia y crear.

Magos nobles, magos plebeyos

Nacer durante una epidemia les había puesto en una posición impensable para las generaciones anteriores. Los magos tenían que ser nobles para poder entrar a la academia, pero habían muerto tantos que se habían visto obligados a crear una nueva academia especial para los plebeyos que pudieran realizar algunos hechizos sencillos, pero imprescindibles para el buen funcionamiento del reino y para que funcionaran algunos lujos en las mansiones.
Lamentablemente, lo que habían pensado que era una oportunidad única se había convertido en una prisión. Los magos nobles no consideraban que estuvieran a su mismo nivel, y los graduados en esa nueva academia para plebeyos habían aceptado cualquier cosa con tal de integrarse y aprender a dominar la magia.
Demasiado tarde descubrieron que no aprenderían más que lo justo y necesario para realizar esos trabajos menores, y que el precio había sido su libertad. A cambio de esos conocimientos, habían firmado que los utilizarían a favor del reino, pero había tanta necesidad que tenían que dedicar todas las horas que estaban despiertos a hacer que tanta magia siguiera funcionando.
Cuando la crisis de población pasó y los magos nobles empezaron a recuperar sus filas, sin embargo, no cerraron la academia para plebeyos. Que estos se dedicaran a quitarles de encima esos hechizos tediosos pero necesarios les permitía dedicar su tiempo a propósitos más elevados. 
Así pues, mantuvieron la academia para plebeyos abierta, y esta siempre tenía nuevos alumnos ilusos que se convertían en esclavos de un conocimiento que ansiaban aunque no valiera gran cosa. Los magos nobles, entre tanto, dejaron de aprender cómo mantener la magia del reino viva y siguieron aumentando su magia y su poder, despreocupados.
No habían anticipado, claro, que esos magos plebeyos pudieran amotinarse. Sus conocimientos de la magia eran rudimentarios, pero eran demasiados y podían hacer mucho daño. Además, pronto se hicieron con el apoyo del pueblo sin habilidades mágicas y empezaron a rodar cabezas de nobles, fueran o no magos.
Cuando todo acabó, quedaban pocos magos nobles y muchos menos nobles incapaces de hacer magia. Ahora que ya no había que mantener las comodidades mágicas de los poderosos, había muchas menos cosas que hacer y los magos plebeyos se sintieron liberados. 
Unos cuantos dedicaron su nuevo tiempo libre a obligar a los magos nobles que quedaban a enseñarles su magia avanzada. Pronto se dieron cuenta de que con esa magia podían vivir con muchos lujos y reactivaron viejos hechizos en los palacios abandonados. Pero esos hechizos consumían mucho de su tiempo y energía, así que empezaron a reclutar plebeyos para enseñarles a hacer ese trabajo y poder dedicarse a cosas más elevadas. La rueda volvía a ponerse en marcha.
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miércoles, 17 de enero de 2024

Viaje al norte de Portugal: Braga y Guimarães

 El viaje el día anterior: tours en Oporto
El segundo día en el norte de Portugal fue una excursión a Braga y Guimarães. Como el día anterior, estaba claro que íbamos a mojarnos, pero íbamos todos bien pertrechados. 

Braga

La excursión empezó en el santuario del Bom Jesús, un lugar de peregrinación. Está en lo alto de una montaña y hay una larga escalera plagada de estaciones de peregrinación con grandes esculturas y fuentes. Pero por supuesto nosotros no subimos todas, nos llevaron arriba del todo y nos dieron tiempo libre, así que solo pude bajar hasta la penúltima estación antes de volver arriba, entrar a la iglesia corriendo para verla y regresar al autobús.
Después fuimos a Braga y, con la excusa de la lluvia, en vez de pasear por la ciudad nos lo contaron todo dentro de un cenador y pasamos más tiempo del necesario dentro de la catedral. Por suerte no tenía contratada la comida con ellos y pude aprovechar en ese rato para visitar la ciudad, que tiene bastante encanto, mientras los demás se quedaban en el restaurante. Además de ver el centro histórico, me comí un bacalao típico de Braga en un restaurante plagado de aficionados al fútbol porque en ese día coincidía con el partido de la Champions.
Santuario del Bom Jesús, Catedral de Braga, letras de Braga
Santuario del Bom Jesús, Catedral de Braga, letras de Braga

Guimarães

La última parada fue Guimarães, y comencé a mosquearme cuando intentó contarnos todo lo que veíamos desde el autobús, como si fuera un tour panorámico. Por suerte, cuando llegamos al castillo había escampado y pudimos bajarnos y verlo. No obstante, en vez de bajar andando por el parque del castillo hasta el centro como estaba previsto, nuevamente con la excusa de la lluvia nos saltamos la parte del parque. Bajamos de nuevo frente al Palacio de los duques de Braganza y ahí comenzó a llover otra vez. Entonces quisieron que nos metiéramos en el autobús y dar otra vuelta panorámica en vez de entrar en el casco histórico, que es para lo que se va a Guimarães. Dije que si alguien no quería mojarse se metiera en el autobús, pero que nos dejaran entrar en el casco histórico a los que no nos importara un poco de agua. La respuesta fue negativa y nos obligaron a meternos en el autobús hasta que amenacé con poner un libro de reclamaciones. En ese momento, rectificaron y decidieron dejarnos bajar a los que quisiéramos para ver el casco histórico. Quince minutos no es que sea mucho, pero por lo menos pudimos ver esa maravilla Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y entonces, aunque de mala gana, sí que accedí a que nos metiéramos en el autobús para irnos, aunque no habíamos tenido todo el tiempo libre que nos prometían en el tour y acabamos una hora antes de lo previsto. 
Castillo y centro histórico de Guimarães
Castillo y centro histórico de Guimarães 

El resto del viaje

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miércoles, 10 de enero de 2024

Relato: El portal

portada del relato El portal
El planeta Tierra ya no podía crecer más. Hacía siglos que había llegado al límite natural, e incluso el impulso que podía darle la tecnología a los recursos se había estancado. Simplemente no había más materias primas. El espacio era una oportunidad, pero los viajes eran lentos y los beneficios no resultaban inmediatos. 
Entonces descubrieron la ciencia de los portales, cómo abrirlos y aprovechar algunos resquicios existentes para acceder a los valiosos recursos de otros mundos. El problema era que abrir esos portales requería muchísima energía y el planeta ya no podía generar más.
Todo cambió cuando un portal se abrió cerca de una de las burbujas. No era por iniciativa de las cientos de empresas que colaboraban para crear nuevos accesos a otros mundos, sino que alguien de otro mundo, por casualidad, les abrió la puerta. El problema era que ese otro planeta estaba formado de antimateria y el choque cuando se abrió la puerta estuvo a punto de llevarse ambos mundos por delante. De la burbuja cercana, de hecho, no quedó ni rastro.
Y sin embargo... Sin embargo toda esa energía era muy golosa. El resquicio que había dejado el portal generaba un flujo inmenso y constante, capaz de eliminar por completo la crisis energética y de permitirles abrir otros portales seguros a mundos repletos de recursos. Una nueva era de prosperidad había llegado. Si es que conseguían mantener el resquicio abierto.
De inmediato, todos los científicos más brillantes de las empresas del planeta se pusieron a trabajar en el problema. Pero para mantener el resquicio abierto necesitaban la colaboración del otro lado del portal. Por suerte, el choque de plano y antiplano había generado un nuevo tipo de materia metálica que parecía conectar ambos mundos, y el grupo de magos que había abierto por error el portal en el antiplano había conservado ese metal como reliquia, ya que era capaz de almacenar energía e información.
Los terrícolas solo tuvieron que averiguar cómo utilizar esa conexión para hablarles y hacerles creer que eran dioses. Una vez convencidos esos poderosos magos, y extraída toda la información posible de esos ingenuos, se encargaron de que se distribuyera esa materia como amuletos sacerdotales de un nuevo culto entre la gente poderosa de ese mundo. Cuanta más gente recibía el amuleto, más conexiones se generaban y más lentamente se cerraba el resquicio, así que colaboraron con los magos-sacerdotes para imbuir de poderes condicionados esos amuletos, para que la tentación de ser sacerdote fuera grande.
Aun así, no era suficiente. Necesitaban conexiones más fuertes y también que alguien protegiera el portal para que su energía solo la aprovecharan desde su lado. Convencieron, pues, a los magos-sacerdotes de que tenían que aislar el territorio donde estaba el portal y crear una serie de custodios mágicos, vivos, con cierta inteligencia pero programados, y por cuya sangre fluyera el material que unía ambos mundos. Fue el mayor éxito de ingeniería genética y tecnología de la historia. Pena que no pudieran ver el resultado en vivo, que tuvieran que depender de las descripciones de sus magos-sacerdotes sobre los dragones, unicornios y pegasos que habían creado.
Pero aun así, tarde o temprano, el portal empezaría a cerrarse. Y fue entonces cuando surgió el conflicto entre los terrícolas. La mayoría quería reabrirlo y cerrarlo de inmediato para volver a la situación de inicio. Otros, liderados por una potente empresa llamada Imhaolum, querían abrirlo por completo y, con equipos especiales, internarse en ese nuevo mundo para crear una conexión más profunda que les ofreciera una fuente de energía nunca vista. 
Ganó la primera opción porque eran más y temían que la propuesta de Imhaolum pudiera destruir ambos mundos. Pero estos no iban a darse por vencidos y amenazaron con llevar a cabo su propuesta igualmente. Así pues, se prepararon para evitar, tanto en su mundo como en el antiplano, que eso ocurriera. Por suerte, la tecnología para abrir portales a antiplanos estaba fuera de su alcance, y ellos no podían hacer magia, así que ese portal era la única opción que tenían para llevar a cabo sus planes.
Casi acabó en catástrofe porque Imhaolum superó sus barreras en el último momento con varios robots de alta tecnología, pero los consiguieron detener y dejaron abierto un resquicio estable que duraría varios años. 
Atados todos los cabos, y con nuevas conexiones entre los dos mundos en marcha, por fin pudieron centrarse en lo importante: aprovechar toda esa energía abriendo portales a planetas seguros.
En el otro mundo, por supuesto, todo siguió evolucionando. La religión creció, las criaturas mágicas se volvieron más autónomas. Pero las IAs que habían puesto a supervisarlo todo no detectaban ninguna amenaza en esta evolución natural y las empresas implicadas se desentendieron del tema. Abrir portales a otros mundos tenía otros problemas que solucionar, e incluso fueron invadidos por los habitantes de uno de los mundos que habían destruido en busca de nuevas materias primas. 
Con ese panorama, casi nadie prestó atención al antiplano hasta que el resquicio empezó a dar señales de estar en las últimas. Pusieron en marcha su plan y, aunque la sacerdotisa escogida para reabrir el portal era reacia a acatar órdenes, la magia del amuleto que portaba la obligaba a hacerlo. Lo dispusieron todo para que Imhaolum no volviera a hacer de las suyas y prepararon las barreras de contención a la espera de que llegara el día en que se reabriera el portal. No obstante, por alguna razón que desconocían, cuando llegó el gran día, el portal no se reabrió. Lo que era peor: el resquicio empezó a cerrarse de forma artificial desde el otro lado.
Entraron en pánico, pero no pudieron hacer nada para evitarlo. Solo cuando investigaron a fondo todos sus datos se dieron cuenta de su exceso de confianza, pero ya era demasiado tarde. Acababa de empezar una nueva crisis energética y de recursos y no tenían ninguna conexión con el otro lado para conseguir que alguien les ayudara a crear un nuevo portal. Así pues, tenían que centrarse en lo importante: controlar al máximo los escasos recursos disponibles, aun a costa de las otras empresas. Una nueva guerra estaba en ciernes.
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