martes, 29 de junio de 2021

Relato de fantasía: La fiebre

La consigna de esta semana es hacer que el relato termine con “No había nada más que pudiéramos hacer”.

La Fiebre

Cuando llegamos al pueblo, la Fiebre se había extendido y más de la mitad de la población estaba a punto de cambiar. Les habíamos dicho repetidas veces lo que debían hacer si había algún infectado, pero ellos seguían fieles a sus creencias. 
En vez de quemar al desdichado antes de que contagiara a los demás y poner en cuarentena a los que tuvieron contacto con él, los habían aislado a todos juntos con la esperanza de que se curaran. Como si los pocos que hubieran quedado sanos no se fueran a contagiar al estar cerca de los enfermos. Como si alguien hubiera conseguido volver a ser él mismo después de la Fiebre. O como si cualquier pequeño bicho que se escapara de la habitación por cualquier rendija no pudiera transmitir la enfermedad.
Los pueblerinos no infectados nos suplicaron que salváramos a los suyos, pero no había salvación posible para ellos más allá de las llamas. Cuando entendieron eso, se rebelaron y nos atacaron con todo lo que tenían para defender a sus seres queridos. Fue una estupidez, ¿qué podían hacer un grupo de pueblerinos armados con hoces y guadañas contra los magos del Emperador? 
Los que sobrevivieron al primer asalto contra nosotros se reagruparon fuera del edificio en el que estaban los enfermos. Luego, cuando vieron que en el cuerpo a cuerpo no podían vencernos, se refugiaron en el interior e intentaron espantarnos a flechazos. 
Los muy idiotas ahora compartían aire con los infectados y no tardarían en convertirse también en uno de ellos, así que rodeamos el edificio y conjuramos las llamas purificadoras. Los gritos de dolor nos siguieron mientras abandonábamos el pueblo fantasma. Odiábamos tener que hacerlo, pero era la única forma de contener la enfermedad. No había nada más que pudiéramos hacer.

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martes, 22 de junio de 2021

Relato: Un mundo de agua

Era un mundo de agua, de modo que las naves boonlanas no tenían dónde aterrizar. Mandaron drones submarinos para sondear el planeta en busca de recursos, pero los pocos que consiguieron enviar algo de información y no fueron destruidos por las fuertes corrientes, o por las gigantescas criaturas marinas que campaban a sus anchas, no encontraron más que roca y metales comunes. No tardaron en decidir que el planeta no merecía la pena y se marcharon, dejando en sus mapas una nota que marcaba el planeta como no apto para la explotación comercial o la colonización.
Cuando se fueron, los nativos jajmahl asomaron las cabezas fuera del agua. Hacía siglos, sus antepasados habían huido de la feroz expansión de los boonlanos, que no tenían reparos en destruir civilizaciones enteras si habitaban un planeta de su interés y se negaban a cedérselo. Habían escogido el mundo acuático porque estaba muy alejado de los lugares donde se expandían los boonlanos y no parecía muy atractivo. No obstante, sabían que solo estarían a salvo de ellos por un tiempo y que, cuando agotaran los recursos que tenían más cerca, acabarían llegando.
Hacía muchos siglos de eso y los jajmahl habían evolucionado para adaptarse a su nuevo hogar. Con el tiempo, su verdadero origen se había convertido casi en una leyenda. No obstante, cuando vieron las naves, consultaron las viejas historias y siguieron las instrucciones de sus ancestros: no dejarse ver y destruir todas las máquinas que se acercaran a sus ciudades o a las minas subterráneas de piedras y metales preciosos. 
Eso les salvó, pero decidieron no bajar la guardia: si los boonlanos creaban mejores robots acuáticos, o mejores naves, quizás volvieran a intentarlo. Así pues, los jajmahl comenzaron a prepararse para la una posible vuelta de sus enemigos. Siglos después, eso también les salvaría. 

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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

martes, 15 de junio de 2021

Relato: Identidades

Las consignas que he usado para este relato son: Escribe un relato que contenga carretera, tacaño y calor y Escribe un relato sobre un personaje que ha cambiado de identidad y que añora su antigua vida.

Identidades

Su nueva identidad era un asco. La de antes no era especialmente feliz, pero al menos era real, no como la media vida que llevaba ahora. Lo más triste de todo era que entrar en el programa de protección de testigos le había parecido una oportunidad. Así podría dejar su trabajo de oficinista y cumplir su sueño de recorrer el país conduciendo. Por supuesto, no le habían permitido tal cosa: debía permanecer localizado en todo momento y tener contacto con el mínimo de gente posible. Pero, como había insistido tanto en lo de conducir, le habían buscado un trabajo repartiendo paquetes, como si fuera lo mismo. 
Así que ahí estaba, pasando largas horas en la carretera de una comarca olvidada, con una furgoneta sin aire acondicionado en la que pasaba demasiado calor en verano y demasiado frío en invierno. Hablaba lo mínimo con sus compañeros de trabajo, que debían pensar que era un tacaño porque nunca se quedaba a las cañas del final de la jornada. Pero no tenía nada en común con ellos y, ¿qué decir si le preguntaban por su pasado? Qué ganas de que llegara el juicio, pero este cada vez se retrasaba más.
Al final, la añoranza pudo más que él y fue de incógnito a los lugares que su antiguo yo frecuentaba. Todo para descubrir que todos habían seguido con su vida y que nadie parecía echarle de menos. Eso le deprimió tanto que casi deseó que la banda le localizara de una vez por todas. Y entonces, por fin, llegó el juicio y todos los que le amenazaban acabaron entre rejas. Le dieron entonces la oportunidad de recuperar su antigua vida o de quedarse con la nueva. Eligió deshacerse de ambas, cogió un coche y se echó a la carretera.  

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martes, 8 de junio de 2021

Relato: Deuda

Nuevo relato corto en base al lanzamiento de mis dados. Esta vez ha sido un microrrelato, no estaba muy inspirada, pero al final ha quedado bastante bien.

Deuda

Dados en los que me inspiré para el relato Deuda
Tenía que conseguir el dinero antes de las doce de esa noche o le harían algo horrible. Le aterrorizaba el castigo que elegiría la mafia por no pagar sus deudas, así que trazó un plan a la desesperada: consiguió una escalera y se coló en la primera mansión que encontró para robar todo lo que pudiera.
Ni siquiera llegó a atravesar el jardín: los perros se lanzaron sobre él y acabó en el hospital. Aun así, solo pudo sentir alivio. ¿Cómo iba la mafia a matarle en un lugar como ese, donde también había un policía para evitar que huyera?
No tuvo en cuenta que los brazos de la mafia llegan a todas partes, y que no podían dejar pasar el impago de una deuda tan importante. Fue, de hecho, muy fácil. El policía estaba comprado, como la enfermera que le administró la dosis letal de calmantes y el forense. Eso sí, en reconocimiento al esfuerzo que había hecho para intentar pagar, no se enteró de nada y murió sintiéndose seguro.

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sábado, 5 de junio de 2021

Viaje a Granada 1: Leyendas y misterios | Comida y Alojamiento

Llegué a Granada por la tarde, justo a tiempo para hacer el check-in en el hotel, dejar las cosas en la habitación y salir rumbo al primer tour del viaje. Ya sabéis que me encantan los de leyendas y misterios y en esta ocasión fue el primero que cogí.

Free tour de los misterios y leyendas de Granada 

El tour empezaba en la plaza de las Pasiegas y recorrimos el centro y parte del Albaicín parándonos en puntos con leyendas asociadas, como la del aguador. Las leyendas que predominan en Granada son las de fantasmas y las de tesoros ocultos, aunque resultaban bastante variadas y todas eran muy curiosas. Teníamos desde antiguos verdugos hasta amores imposibles y trágicos. Es increíble la cantidad de historias que se pueden encontrar en un espacio tan concentrado. 
Viaje a Granada: Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Casa de Castril, Alhambra desde el paseo de los Tristes
Viaje a Granada: Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Casa de Castril, Alhambra desde Paseo de los Tristes
También íbamos en busca de misterios y de lugares con presencia sobrenatural y fenómenos paranormales estudiados por parapsicólogos, como El Granero, un edificio público donde nadie quería quedarse... Incluso nos mencionaron un pequeño misterio en torno a Lorca, ya que se dice que un superviviente de las ejecuciones cuyo cerebro quedó dañado por los disparos, acogido por unas monjas, era en realidad el poeta... Viendo la foto, sin duda es posible.
Nuestra guía era muy simpática y además se las sabía todas. También aderezó con información relevante sobre algunos de los puntos en los que estábamos y nos aconsejó dónde comer y beber bien, así que, cuando acabé el tour en el Paseo de los Tristes (llamado así porque era el camino al cementerio), con una pedazo de luna y la Alhambra iluminada, estaba muy satisfecha y sentía que había aprendido muchos datos interesantes. 

martes, 1 de junio de 2021

Relato de fantasía: La cicatriz

Para este relato mezclo dos consignas: "Un personaje se despierta con una cicatriz enorme y no sabe cómo se la ha hecho. Haz que recupere sus recuerdos durante el relato hasta que al final descubra la verdad". Y "Tu protagonista es una guerrera entrenada desde pequeña, pero ha descubierto que quiere cambiar de vida".

La cicatriz

Despertó con una resaca de campeonato y una dolorosa cicatriz en el brazo. La resaca no le extrañaba, porque últimamente se pasaba mucho con la bebida cuando estaba de permiso: es lo que tiene darte cuenta de que llevas desde pequeña entrenando para ser una gran guerrera y que, cuando por fin consigues un puesto fijo en el ejército, te das cuenta de que no hay enemigos con los que luchar desde hace décadas y de que odias la aburrida vida castrense tanto que hasta envidias a las civiles. 
Pero la cicatriz era otra historia: la había hecho una hoja afilada, lo cual quería decir que se había peleado con alguien. Pero no había hecho ninguna muesca en su cinturón, lo que quería decir que no había matado a nadie, sino que había hecho huir a su adversario. Frunció el ceño. En esa ciudad, era muy peligroso no saber con quién tenías cuentas pendientes.
Como todavía tenía otro día de permiso, decidió volver a la taberna para tomar algunas cervezas que hicieran bajar su dolor de cabeza y una lagartija tomando el sol en la pared le hizo recordar algo. Cuando había empezado a beber la noche anterior, unos dracónidos habían entrado en el local. Esos humanoides reptilianos la ponían de los nervios y bien podía haber peleado con ellos. No eran peligrosos en el combate cuerpo a cuerpo, pero tenían fama de vengarse de las afrentas de maneras muy retorcidas.
-Maldita sea, ahora tendré que andar con mil ojos -gruñó, para sí misma. Pero no, luego cayó en que se habían marchado poco después y ella había seguido bebiendo sola hasta que el tabernero la echó porque quería cerrar ya el local. ¿Dónde se había hecho la cicatriz, pues?
-Menos mal que te encuentro -dijo entonces una voz a su espalda-. ¿Te has decidido ya?
-Que si me he decidido... -repitió, girándose hacia su interlocutor. De pronto, la visión de ese petimetre sonriente le hizo recordar el resto de su noche. De vuelta al cuartel, se había topado con un trío de ladrones asaltándole y había tenido la loca idea de ayudarle enfrentándose a los tres. A pesar de la borrachera, casi como de milagro, les había ahuyentado recibiendo solo una cicatriz por su insensatez. Motivo por el cual el petimetre, que en realidad era detective privado, le había propuesto que se convirtiera en su escolta personal
-¿Cómo diablos has conseguido seguir vivo haciendo esa clase de trabajo? -se le escapó la pregunta tras mirarle de nuevo de arriba a abajo.
-Eso mismo me preguntaste ayer y, como te dije, tenía un buen escolta que decidió que su carácter y el mío son incompatibles y me dejó tirado en medio del caso -respondió el petimetre con paciencia-. Así que, ¿aceptas? El sueldo es mucho mejor que el que ganarás como soldado y, aunque es un trabajo peligroso, sin duda es más divertido que ver la vida pasar en el cuartel haciendo instrucción y desfilando sin que haya guerras a la vista.
Ella alzó una ceja: el tipo no era tan tonto como parecía porque la había calado a la primera. Era, además, una oportunidad para cambiar de vida, aunque tampoco era tan tonta como para aceptar sin más.
-Háblame un poco más de ese trabajo -le dijo. Negociaría, averiguaría más cosas sobre él para no lanzarse a lo loco y tomaría una decisión. Sería un riesgo en cualquier caso; aunque con sueldo bajo, los soldados tenían un trabajo de por vida. Pero ella era una gran guerrera y no soportaba la vida castrense así que, ¿por qué no?

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