Este relato lo hice por la consigna del grupo de facebook de Adictos a la escritura (para no perder la costumbre). Casi no me da tiempo a acabarlo, últimamente no doy más de mí. Tiene que tener que ver con un secreto.
Papá tiene un secreto
—¿Dónde fue tu padre?
—preguntó Darla a su hija.
—No puedo decírtelo.
Es un secreto.
Por más que insistió,
sobornó y amenazó a su niña no hubo forma de sacarle nada más
sobre el secreto, salvo que se lo guardaba desde hacía ya algún
tiempo. Así que empezó a darle vueltas y, para cuando su esposo
volvió, una hora después, ya estaba convencida de que el muy
traidor la engañaba.
La cosa no iba a quedar
así, no obstante. La próxima vez que desapareció, el mismo día de
la semana y a la misma hora, dejó a la pequeña con la vecina, cogió
el otro coche y le siguió a una prudente distancia, sólo para verle
al rato, a través de una ventana, bailando con una desconocida. Una
oleada de rabia la inundó, hasta que vio que su pareja era una
viejecita. Luego otra pareja de baile, y después otra, pasaron
también por delante de la ventana. Y finalmente apareció la
profesora, una cincuentona entrada en carnes.
Darla suspiró,
enternecida. Siempre se había quejado por la torpeza de su marido en
la pista de baile, y ahí estaba él, aprendiendo mientras ella
renegaba y le maldecía porque le creía con otra. Cuando volvió a
casa, pidió a su vecina que se hiciera cargo de la niña hasta las
diez y comenzó a preparar una cana especial para ambos, en parte
porque se sentía culpable, en parte porque, tras varios meses de
rutina y falta de chispa por falta de ambos, sentía la necesidad de
recuperarla de inmediato.
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Oh, que bonitooo... el pobre estaba aprendiendo a bailar para darla una sorpresa. Muy buen relato ^-^
ResponderEliminarMe parece buen secreto, y sobre todo la sorpresa. Un abrazo
ResponderEliminarHola, mi querida Déborah.
ResponderEliminar¡Vaya! Que emoción lo de tu secreto, aunque a falta de información, mejor centrémonos en tu relato de hoy...
Qué decirte si eres estupenda. Relato es breve pero conciso y con un lindo mensaje (a mi pobre juicio); únicamente debo decirte que has tenido un error de dedo, pues en lugar de "cena", has escrito "cana".
Por lo demás, yo espero que ese marido esté aprendiendo a bailar para irse con otra jajaja XD (ok, sólo era una terrible sugerencia).
¡Un fuerte abrazo!
Qué buena historia! breve, con la pequeña como cuidadora de un secreto cuya madre descubre solo por celos y enojo...
ResponderEliminarAhora, si yo fuera él me enfadaría mucho por la falta de confianza de ella.
Buen giro de situación!
Besote!
Como la vida misma. Pues yo si fuera él aprovecharía la buena disposición de la dama...porque pequeños tropiezos como esos se le volverán a dar pero...¿y tan maravillosos recibimientos?. Muy bueno.
ResponderEliminarDeborah: Mi hija se casó con un aleman, guapo, pero parece que tiene dos pies izquierdos.
ResponderEliminarDos muestras de amor de parte de él, fueron: estudiar español y tomar clases de baile
Ahora habla el español con mucha fluidéz, pero NUNCA pudo aprender a bailar. "El que lo trae, lo trae y él que no, ni aunque estudie con el mejor maestro"
Muy bueno tu relato y una indiscutible muestra de amor: Doña Ku
¡Que bonito secreto! Me encanta, y la pobre señora tan mal pensada...
ResponderEliminarEs un relato breve pero que se deja leer desde el principio. Los secretos, a veces, pueden resultar malvados pero, este en particular, le ofrece la chispa que carecía su matrimonio. Por cierto, el hijo de la pareja de mayor yo le auguro un trabajo en el Servicio Secreto de su país, ni con torturas le sacaban las palabras. Enhorabuena por el relato.
ResponderEliminarMe ha gustado. Es muy tierno y cariñoso, como me gustan a mí. Me recuerda a una película que vi hace mucho tiempo que no recuerdo como se llamaba, pero que me gustó.
ResponderEliminar¡Me ha encantado! Aunque yo esperaba que al final ella le sorprendiese apareciendo en la escuela de baile, pero así también me ha gustado.
¡Un besazo!