Crónica del segundo día del viaje a Rumanía (Bucarest)
Sobre el tercer día del viaje a Rumanía (Sibiu, Sibiel, Sighișoara)
Sobre el tercer día del viaje a Rumanía (Sibiu, Sibiel, Sighișoara)
Visita al museo y la torre del reloj de Sighișoara
Comenzamos la jornada con una visita al pequeño museo de armas medievales (tiene muy pocas salas) y a la Torre del Reloj, que también tiene un pequeño museo con varias cosas variadas: desde instrumentos médicos a ajuares de novia. Además de poder ver los muñecos de cerca, las vistas desde arriba eran todo un espectáculo, aunque las escaleras de subida no eran nada buenas.
Al margen de eso, el paisaje es tan bonito que, aunque el trayecto en autobús es agotador, merece la pena solo por verlo. La región de Bucovina está llena de bosques, carreteras que parecen pasillos de árboles interminables y montañas espectaculares.
Este hotel era un poco cutre comparado con los otros, pero al menos no era ruidoso. Eso sí, el wifi era malísimo y no paraba de cortarse. Y el desayuno era exactamente igual de malo que en el hotel anterior.
Región de Bucovina:
Tras ese pequeño respiro, ya fue todo autobús hasta una parada que tuve que obligarles a hacer porque me estaba haciendo pis. Estaba tan desesperada que llegué a plantearme (y llevar a la práctica sin éxito) la posibilidad de mear en una botella. Se debería parar cada dos horas y ya llevábamos mucho más, así que nada más abrirse las puertas del bus salimos corriendo unos cuantos. Aun así, más de una vez, a lo largo del viaje, tuve que pedir que por favor se hiciera una parada técnica, con lo que me convertí en la meona oficial del grupo, aunque, como ya digo, unos cuantos se beneficiaron de mis peticiones y no era la única que salía disparada.Un consejo para viajar (en general) en un tour: si te estás meando, no te calles por miedo a interrumpir o a quedar mal. Aguantarse no es bueno para la salud (puede generar infecciones, disfunciones del sistema urinario...) y te aseguro que muchos más están pensando lo mismo que tú. Más vergonzoso que pedir una parada es mearse encima. Y encima lo pasas fatal. Ahí lo dejo.
Panorámica de Sighișoara, torre del reloj, vistas desde el Hotel Drácula y entrada del monasterio Moldovita |
Consejo para viajar a Rumanía (8): si tienes tendencia a marearte en los trayectos en coche, te recomiendo que hagas acopio de pastillas para el mareo, porque las curvas y los cambios de altitud son lo predominante en las carreteras de la zona.
Restaurante La corona de oro
Famoso por ser el hotel de la película de Coppola, es en realidad un restaurante bastante normalillo que se ha aprovechado de la película para atraer turistas (tiene cuadros de vampiros y un trono con capas para hacerse fotos). Aun así, la comida es buena, tomamos tortilla de patatas y verduras, menestra con chuleta de cerdo y sandía.Monasterio Moldovita
Tras otro largo trayecto en bus con una pausa en el hotel Drácula para fotografiar el paisaje, llegamos al Monasterio Moldovita. Solo tengo fotos de la entrada porque te cobran por hacer fotos al exterior (al interior no dejan ni pagando). Allí, la monja Tatiana nos explicó en italiano con palabras en español y alguna ayuda de nuestra guía, todas las preciosas pinturas de la iglesia (tiene frescos tanto dentro como fuera, aunque en una parte de la iglesia, la que está más expuesta, apenas se ven ya) y muchísimas cosas sobre la religión ortodoxa y el relato bíblico. Tenía una gran pasión e iba a todo trapo, me encantó. También nos regaló a todos una estampita con una oración detrás. Después de eso, ya nos fuimos al hotel.Sobre el hotel The gerald’s.
La cena era tipo bufé libre, no muy variado, así que probé un poco de todo: ensalada, sopa de tomate, empanada de espinacas, rollo de carne y patatas y tiramisú. Estaba bastante rico.Este hotel era un poco cutre comparado con los otros, pero al menos no era ruidoso. Eso sí, el wifi era malísimo y no paraba de cortarse. Y el desayuno era exactamente igual de malo que en el hotel anterior.