Nuevo lanzamiento de dados para escribir un relato corto, ha salido algo un poco raro...
Todo es por culpa de Iris
La lluvia les iba a chafar la excursión, pero no la diversión. En cuanto empezaron a verse las primeras nubes, Lena propuso un cambio de planes sorpresa y llevó a Iris a su sitio favorito. La bolera tenía unas hamburguesas estupendas y pasaron un día fantástico jugando a los bolos y en la sala de gaming retro. Lena rió como nunca y disfrutó como una enana. Era una pena que Iris acabara tan agotada y no pudieran cerrar la jornada con una noche de sexo memorable.
Iris, por su parte, no veía el día de la misma forma. Había cambiado una ruta por un pueblo histórico y una comida tradicional por encerrarse en un local maloliente y ruidoso donde solo servían comida grasienta. Aun así, el día había servido igualmente para los fines de una primera cita: averiguar si conectaba con aquella por la que sentía una atracción emergente.
Después de un día entero aguantando a una mujer desconsiderada que no soportaba perder en nada e ignoraba por completo sus deseos, que solo hablaba de sí misma, que se reía de sus propios chistes sin gracia y que, tras beber varios litros de cerveza, se había comido sin preguntar los restos de la hamburguesa asquerosa que ella no había querido terminar, ya tenía su respuesta. Toda la atracción que había sentido había desaparecido de un plumazo.
Al día siguiente, la bloqueó en la app de citas y pronto se olvidó de ella. Lena, sin embargo, nunca pudo entender cómo la mujer con la que había pasado el día más maravilloso de su vida no quería saber nada de ella. Intentó replicar la jornada decenas de veces con distintas chicas, pero nunca alcanzaba a ese punto de perfección y, además, siempre acababa igual: con las otras bloqueándola sin piedad.
Estaba tan desconcertada que incluso acudió a una psicóloga online para intentar averiguar qué les pasaba a esas chicas, pero la muy zorra le sugirió que quizás no eran ellas el problema, sino Lena, su bolera y sus hamburguesas.
Era la gota que colmaba el vaso. Iba a vengarse de todas, incluyendo la psicóloga. Y empezaría por Iris. No obstante, no sabía cómo localizarla. Aunque se hizo un perfil falso en la app de citas, ella ya no tenía cuenta allí. Tampoco recordaba absolutamente nada que le permitiera dar con ella. A la psicóloga tampoco era fácil rastrearla porque solo pasaba consulta por videollamada.
A la mierda, ya se vengaría de las demás. A partir de la siguiente. Así que, cuando su nueva cita empezó a darle largas para no pasar la noche con ella, se le lanzó al cuello. Los empleados de la bolera la detuvieron antes de que le hiciera demasiado daño. Acabó en comisaría y con una advertencia por parte de los dueños de su lugar favorito en el mundo de que no podía volver. Así que, cuando salió de comisaría, se emborrachó y decidió quemar la bolera.
Compró unos cuantos químicos e intentó fabricar una bomba casera sin dejar de tragarse todas las bebidas alcohólicas que tenía a mano. En algún momento, mezcló lo que no debía y pasó lo que tenía que pasar. Sus últimos pensamientos fueron: "Todo es por culpa de Iris".
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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia