PINCHA PARA SABER DE QUÉ VAN. Para más información visita la Web oficial de Déborah.
Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

miércoles, 26 de octubre de 2022

Relato de ciencia ficción: A la antigua

Hoy tocaba hacer un relato de ciencia ficción rural.

A la antigua

Estaban acabados. Un virus informático había hecho que todos los androides que trabajaban la tierra dejaran de funcionar justo antes de la cosecha. Si los frutos quedaban sin cosechar, se pudrirían ahí mismo y sería su ruina. 
No era ningún consuelo que Gatlok, el terrateniente responsable de infectar los robots de sus competidores, ya hubiera sido linchado. Eran demasiados los afectados; ni siquiera dejando que los androides de Gatlok hicieran su cosecha (usarlos en campos ajenos a su programación estaba descartado) y repartiéndosela entre todos lograrían suficiente dinero para compensar las pérdidas. También iban a vender el resto de bienes del terrateniente, pero no era que hubiera mucho que repartir: el muy desgraciado se había endeudado para conseguir el virus informático que les había condenado.
Estaban todos hundidos hasta que el hijo de uno de los vecinos, que volvió de la universidad para intentar ayudar, propuso que hicieran la cosecha a la antigua. No había suficientes humanos para cosechar todos los campos, pero al menos una parte recuperarían. Además, hacer las cosas a la antigua estaba poniéndose de moda: si movían la acción en el metaverso y a la gente le hacía gracia, lo mismo lograban ayuda o, por lo menos, algo de publicidad.
Así pues, por primera vez en más de cien años, los frutos los cosecharon a mano tanto los propietarios del terreno como los grupos de domingueros que pagaron por participar en la experiencia y llevarse a casa el fruto que habían cogido directamente de los árboles. Solo con lo que sacaron por la venta de entradas cubrieron pérdidas y no quedó un solo árbol sin cosechar. Y el resto de frutos se vendió por mucho más de lo esperado, ya que haber sido recogidos a mano era un valor añadido.
Los propietarios arreglaron sus androides y pudieron seguir como hasta entonces, pero la siguiente cosecha volvieron a hacerla a la antigua. En el fondo, Gatlok les había hecho un favor.

https://deborahfmunoz.com/mis-obras/ 

jueves, 20 de octubre de 2022

Viaje a Holanda: La Haya y Ámsterdam

La Haya

La Haya es una ciudad muy europea, sin nada que la haga famosa más allá del Tribunal Internacional de la Haya, albergado en el Palacio de la Paz, un edificio ecléctico con componentes donados por varios países, que resulta muy bonito y merece la pena ver.
No obstante, aunque no tiene mucha fama más allá de eso, me gustó mucho la ciudad. Hay muchas embajadas en antiguas mansiones y el parlamento es una buena vista, además de tener una galería comercial de las que me gustan, que en este caso estaba decorada con sombreros de todo tipo colgando sobre las cabezas. 
Así que fue un paseo bonito durante el rato de tiempo libre que nos dejaron mientras el resto del grupo iba a una excursión que no me interesaba, el Madurodam, una exposición de maquetas. 

Qué vergüenza...

Y ahora la anécdota vergonzosa del viaje. Me entraron ganas de ir al baño, pero todo estaba cerrado. Encontré un baño público de esos modernos que van todos automáticamente. Pero no se debió cerrar bien la puerta y justo cuando ya lo tenía todo bajado se abrió la puerta de golpe. Menos mal que no había mucha gente por ahí, menudo espectáculo. 😳 

Ámsterdam

Tras la visita a La Haya, viajamos hasta Ámsterdam, donde empezamos con un tour panorámico en el autobús, ya que parece ser que no permiten los tours a pie con guías. Vimos sobre todo la calle principal y ya desde el primer momento me dio la sensación de que es una ciudad bonita para pasear, pero sin nada que me pareciera especial (aparte de los museos, que no daría tiempo a visitar).
Luego fuimos a comer al restaurante de la estación, que es bastante lujoso y con buenas vistas, tras lo cual tuvimos un poco de tiempo libre antes de subirnos al barco para el paseo con los canales, que aprovechamos para visitar la preciosa Basílica de San Nicolás, con una mezcla de estilos muy interesante. 
El tour en barco por los canales estaba bien, tenía guía en todos los idiomas y el conductor también hacía sus aportaciones en inglés. Se ven las partes más importantes de forma rápida, aunque no del todo cómoda si quieres hacer fotos. 
Interior de San Nicolás, Edificio de la estación, Casas en un canal de Ámsterdam

Luego tuvimos algo más de tiempo libre, así que fuimos al Barrio Rojo, una decepción porque parece un barrio normal, aunque allí me compré un chupa-chups de marihuana, por probar. Quizás de noche el Barrio Rojo sea otra cosa, pero a media tarde solo encontré muchos turistas y poco ambiente. 
Seguimos hasta la plaza Dam, con iglesia Nieuwe Kerk, el Palacio Real y el Monumento Nacional. Aun así, quise seguir un poco más y llegué hasta la Munttoren antes de tener que dar la vuelta porque nos llevaban al hotel, en la otra punta de la ciudad. 
Me pareció una estupidez, la verdad. Podrían habernos dado la llave y dejar las maletas en consigna para que nos gestionáramos como quisiéramos. Y más si tenemos en cuenta que tuvimos un rato para dejar bártulos antes de pillar el bus para cenar, otra vez en el mismo sitio. Vamos que, entre ir y venir, perdimos una preciosa hora que podríamos haber dedicado a visitar la ciudad. 
Del centro de Ámsterdam ya no vi nada más, porque al día siguiente nos dejaron muy tarde en el hotel y estaba demasiado cansada como para pegarme una paliza en tranvía para volver al centro y estar apenas una hora antes de tener que volver para el hotel. Así que paseé por la zona, residencial y repleta de canales, pero sin historia. Una pena. Habrá que volver, aunque solo sea por los museos.

El viaje el día siguiente:

*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

jueves, 13 de octubre de 2022

Viaje a Bélgica y Holanda: Amberes, Delft, Rotterdam

El viaje a Bélgica en días anteriores... 

Viaje a Bélgica: Bruselas   

Amberes

Otro madrugón más para salir pronto hacia Amberes, la última capital belga del tour. Es una ciudad de gran importancia histórica, aunque salvo por algunos puntos muy concretos no tiene demasiado interés y desluce cuando la comparamos con los otros puntos visitados. Primero vimos el castillo de Steen, totalmente remodelado; después fuimos a la Gran Plaza del Mercado, con sus edificios gremiales y la Fuente de Brabo, que rinde homenaje al fundador de la ciudad. Al lado está la catedral de Nuestra Señora, a la que hay que pagar para entrar, aunque puedes ver un pequeño trozo de forma gratuita si accedes a la tienda. Un poco apartada queda la preciosa Iglesia de San Carlos Borromeo, a la que sí puedes entrar gratis; y también vimos el Callejón Vlaeykensgang, un pequeño trozo de ciudad medieval con casas tradicionales del siglo XVI.
Buena parte del tiempo libre lo dediqué a visitar una curiosidad oculta: unas escaleras mecánicas antiguas, hechas completamente con madera, que siguen en uso.
Plaza del Mercado de Amberes y las escaleras mecánicas completamente de madera
Plaza del Mercado de Amberes y las escaleras mecánicas completamente de madera

Delft y Rotterdam

La primera parada de Holanda fue Delf, una bonita ciudad con canales y dos iglesias principales con grandes torres. También tiene bastante historia y es famosa por sus cerámicas. Lo más destacable es la plaza del Mercado, con el Ayuntamiento y la Iglesia Nueva, sin que la Iglesia Vieja esté muy lejos.
Iglesia Vieja e Iglesia Nueva de Delft, El Lápiz y Casas Cubo, puente Erasmusbrug con edificio De Rotterdam
Iglesia Vieja e Iglesia Nueva de Delft, El Lápiz y Casas Cubo, puente Erasmusbrug con edificio De Rotterdam
No había mucho que hacer en el poco tiempo libre que nos dejaron (de haber tenido más, habríamos paseado por el pueblo tranquilamente) antes de ir a Rotterdam y hacer una panorámica de la ciudad. Todo el centro fue destruido en la II Guerra Mundial, quedando solo en pie el ayuntamiento y poco más, así que es todo moderno. 
Sí que tiene una arquitectura inusual en algunos edificios, como en El Lápiz o las Casas Cubo, aunque la arquitectura moderna no es lo mío, por eso fue una putada que nos soltaran en el centro y nos dijeran que teníamos una hora y media hasta la cena. La alternativa era gastarme 30€ para subir al Euromast, así que dimos un largo paseo y vimos algunos edificios curiosos más antes de irnos por fin al hotel.

El viaje a Bélgica y Holanda los días siguientes

Vídeos resumen:

*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

miércoles, 5 de octubre de 2022

Relato: El unicornio

Portada para el relato corto El unicornio
Kili odiaba a todo el mundo. A sus padres, que le contaban batallitas de cuando estaban en el grupo rebelde pero que se habían alegrado cuando la rechazaron en el ejército. A Lina, a quien sí habían admitido. A Arled, que no se sentía atraído por ella. A ese mago estúpido que le había confirmado que había algo especial en ella, pero que era demasiado débil y que probablemente no merecería la pena despertarlo. Les odiaba a todos.
Necesitaba perderles de vista, así que se internó en el bosque. Los rebeldes habían vivido en él durante más de dos décadas, pero los aldeanos seguían teniendo miedo al lugar y la miraban como si fuera una bruja cuando se internaba entre los árboles.
-Malditos ignorantes idiotas -murmuró para sí-. No les soporto, ¡ojalá se murieran todos!
Entonces apareció el unicornio. Era la criatura más hermosa y sobrenatural que hubiera visto nunca, y su mera visión hizo que su cuerpo vibrara, de pronto repleto de... algo. ¿Sería verdad que los unicornios tenían la habilidad de conceder el Don de la Magia? No era de extrañar que los dioses hubieran sido desterrados de su mundo; esas criaturas eran divinas en sí mismas y solo deseaba arrodillarse y hacer lo que deseara.
Pero la criatura no deseó nada. Se limitó a marcharse, altanera. Kili intentó seguirla, pero fue inútil. Desconcertada, y con su cuerpo aún vibrando, se quedó allí un buen rato, soñando con lo que podría hacer con el poder que posiblemente le acababa de ser concedido. Les daría una lección a todos. Se convertiría en una cazadora de pegasos y dragones. Mararía al rey, a su Consejero de Magia y a esa horrible chica con tanto poder.
Kili frunció el ceño ante esos últimos pensamientos. El rey era un buen tipo, hasta a ella le caía bien. Del Consejero de Magia apenas sabía nada, y esa chica... ¿quién era esa chica? Además, ¿qué ganaba matando pegasos y dragones? ¿Y realmente había pensado en hacerle daño a su gente? 
Preocupada, corrió fuera del bosque, decidida a buscar al mago y a contarle lo que había pasado. El unicornio la observó marchar, frustrado por no poder matarla. No podían hacer daño a los humanos, habían hecho un juramento. Pero nada les impedía entregarles un gran poder y manipularles para que se hicieran daño a sí mismos o mutuamente o, lo que era mejor, dañaran a sus enemigos principales.
Estaban bien atentos para buscar a humanos repletos de odio que pudieran servir a sus fines para entregarles el don de la magia y dirigirles en la dirección correcta. No obstante, por alguna razón, los tres o cuatro que habían captado se asustaban de sus propios pensamientos y pedían ayuda, precisamente, a aquellos con los que los unicornios querían acabar. Lo cual acababa engrosando las filas enemigas con magos de primer nivel. 
No es que fueran peligrosos para los unicornios, después de todo, ellos les habían dado el Don. Pero este había sido su último fracaso, tendrían que cambiar de táctica. Tenían tiempo, y paciencia. Encontrarían la forma y, entre tanto, seguirían haciéndose más y más poderosos. Tarde o temprano, sustituirían a los dioses que habían sido desterrados y el mundo sería suyo, sin interferencias de otras razas.

https://deborahfmunoz.com/mis-obras/