PINCHA PARA SABER DE QUÉ VAN. Para más información visita la Web oficial de Déborah.
Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Viaje a Turquía: la Capadocia

Igual que Meteora me sorprendió en el viaje a Grecia, la Capadocia me ha sorprendido muy gratamente en Turquía, aunque no esperaba gran cosa. Son formaciones rocosas muy extrañas formadas por la lava arrojada por los volcanes Erciyes y Hasan hace 3 millones de años. En ese entorno, la gente excavaba cuevas para vivir. Actualmente, por supuesto, ya nadie vive en ellas y son todas tiendas o restaurantes, además, han construido pueblos a su alrededor que afean un poco el paisaje, pero aún así es espectacular. 
Empezamos el día yendo a un mirador en la terraza de una tienda de souvenirs. Luego, fuimos a uno de los pueblos más típicos, el pueblo troglodita de Uçhisar, y lo vimos desde abajo del todo y subiendo hasta arriba en el autobús. Hubo tiempo libre y es casi un milagro que siga entera, porque hay que hacer un poco la cabra para llegar a ciertos sitios, y yo no me arriesgué demasiado, pero más de una vez me temí acabar en el suelo. 

Ciudad subterránea

Luego, visitamos una ciudad subterránea creada por los cristianos para refugiarse de los que amenazaban su religión. Hay varias en la zona, pero el guía no nos precisó a cuál nos estaba llevando. Era muy chula, pero intuyo que era la más barata y cutre porque he visto fotos de las dos más importantes y no era ninguna de ellas. En fin. A pesar del rateo del guía, la que vimos tiene varios pisos y pasillos muy angostos (no apto para claustrofóbicos), con dependencias separadas para establos, habitaciones, cocina… simplemente espectacular. 
Acabamos la mañana en una aburrida visita a una joyería en la que una de las empleadas me persiguió literalmente por toda la tienda. Será que tengo pinta de criminal. 
Pueblo troglodita y Valle de Göreme
Pueblo troglodita de Uçhisar y monasterios e iglesias del Valle de Göreme

Valle de Göreme

Después fuimos a comer y retomamos la ruta para ir a los monasterios y capillas del valle de Göreme. Nuestro guía nos explicó detalladamente las más destacadas (hay una muy curiosa con una mujer con barba, y varias con frescos en las paredes bastante interesantes), pero tuvimos tiempo libre para verlo todo. 
Acabamos el día visitando el pueblo de al lado del hotel, Avanos, famoso por su cerámica, pero sin nada que destacar salvo un puente colgante que se agita como un barco en medio de una tempestad, que era la única forma de atravesar el río. 

En globo sobre la Capadocia

Al día siguiente, el madrugón fue criminal (solo superado por el día que fuimos a Abu Simbel en Egipto, pero venía una carísima (pero que merece la pena) excursión opcional que es imprescindible si visitas Capadocia: el vuelo en globo. Primero nos dieron un pequeño desayuno para coger fuerzas y después salimos de la furgoneta para ver cómo se hinchan los globos. Cuando ya estuvo el nuestro, subimos a la cesta y nuestra piloto dio las instrucciones por si el aterrizaje era un poco brusco (al final no solo no lo fue, como en Segovia, que volcó la cesta y todo, sino que tenía tanta pericia que aterrizó en el remolque de la furgoneta). 
Luego despegamos y empezó la magia. Hay decenas de globos en el cielo, el paisaje es de cuento y el amanecer le da un toque aún más especial. Una experiencia maravillosa. Además, subimos muy alto y también nos bajaron casi a ras del suelo en alguno de los valles, pudiendo ver todas las formaciones rocosas de la zona. 
Al finalizar, brindamos con la especie de zumo de frutas y nos fuimos al hotel a desayunar de verdad. Luego partimos de Capadocia, rumbo a otros lugares que comentaré en próximas entradas...
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Relato: Vigilancia

La consigna para escribir el relato de hoy es: Inventa un cuento en primera persona sobre alguien que observa a otra persona. Intenta que sea lo más subjetivo posible.

 Vigilancia

Mírale, el muy cerdo, se le van los ojos cada vez que pasa una chica mona. Lleva demasiado tiempo en el parque y el chucho ya ha hecho lo que tenía que hacer, pero sigue dando vueltas. Seguro que tiene al perro para ligar cuando se le acerquen para acariciarlo. Me estoy congelando. Vale, parece que ya se va, ¡en marcha!
Está tardando demasiado en cambiarse para ir a trabajar. Mal asunto si es de los que llegan tarde a los sitios. Anda, antes lo pienso, antes sale de casa. La verdad es que tiene buena planta, el muchacho. Y ha agarrado una bici para ir al trabajo, es un chico sano, pero ¿ahora cómo le persigo? ¡Taxi!
Caray, he llegado por los pelos a la tienda en la que trabaja, a ver cómo se comporta. Bueno, no, mejor que no me vea, me meto en la cafetería de enfrente.
El camarero me mira mal por estar tanto tiempo con un mísero café y de todas formas no hay mucho más que ver. Un dependiente normal y corriente, hay demasiado trajín en la tienda como para que haga algo amoral. ¿Qué sentido tiene vigilarle? Mejor vuelvo a la hora de comer.
Justo a tiempo, está echando el cierre para irse a comer. Que entre en una panadería de las buenas y salga con una barra natural y una caja de pasteles le daría bastantes puntos si no fuera porque no tiene con qué acompañarla. ¿Qué piensa hacer, irse hasta su casa para comer a toda prisa? ¿Es que no puede permitirse comer fuera? Por favor, que no entre en la charcutería para hacerse un bocata y comérselo en plena calle...
Oh, mierda. Se mete en el portal de mi hija. Será posible... Hace que cocine para él y solo lleva el pan, menudo gorrón, con lo caro que está todo. Ups, ella se ha asomado y creo que me ha visto, voy a retirarme antes de que me...
-¡Mamá! -me grita desde el portal. Me hago la encontradiza, pero no cuela. Creo que él ha debido percatarse de mi vigilancia también, porque salen los dos juntos y ella está muy, muy enfadada-. Ni se te ocurra volver a seguirle, ¿me entiendes? ¡Qué bochorno! No puedes espiar a todos mis novios para buscarles defectos, ¿No te das cuenta de que eso no es normal? ¡Estás para encerrarte!
-Pero hija, es que...
-Ni es que, ni nada. Estoy harta de ti.
-Bueno, vamos a calmarnos -interviene él, para mi sorpresa, y se dirige a mí-. ¿Qué le parece si comemos todos juntos? Así podrá usted someterme al tercer grado y así se queda más tranquila.
Mi hija le mira con adoración y yo busco una excusa para irme a casa. Hacer preguntas no sirve de nada, es muy fácil mentir de palabra; los actos son los que nos delatan. En su favor hay que decir que ha manejado muy bien que le estuviera vigilando y que es educado pero ¡invitar a alguien a comer en casa ajena! No sé si me convence...
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural
Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Escapada en el Tren de los Molinos

La verdad, me encanta el concepto de los trenes turísticos. Son ecológicos, y te permiten explorar lugares interesantes con un guía. ¡Hasta te amenizan el trayecto! Mi primera prueba con estos trenes fue la visita al interesante paisaje del Campo de Criptana con el Tren de los Molinos.
El viaje cuesta 50€ y los trenes salen de Atocha o Chamartín. Durante el trayecto de ida, de unas dos horas, tienes una pequeña dramatización de Cervantes comentando sobre el Quijote y los molinos, y también te reparten una guía con el orden de las excursiones y los restaurantes en los que puedes comer entre ellas.
Lo primero que visitó mi grupo fue la Sierra de los Molinos. Hay muchos, pero solo los de tejado negro son los históricos originales. De los demás, uno lo hizo el ayuntamiento y el resto diferentes embajadas sudamericanas. La idea era hacer un minimuseo de sus países dentro de cada uno, pero hoy en día cada molino tiene temáticas propias.
Panorámica de la Sierra de los Molinos desde el Autobús
Panorámica de la Sierra de los Molinos desde el Autobús
Nosotros entramos en uno de los molinos tradicionales, donde aprendimos los mecanismos para rotar el molino para que agarre vientos favorables, pararlo, moler... Es increíble la complejidad que tenían y el nivel de sofisticación mecánica que alcanzaron.
Luego, entramos en otro molino dedicado a la gran Sara Montiel, donde nos hablaron de su vida y pudimos ver algunos de sus vestidos, objetos y carteles de sus películas...
Acabadas las visitas a los molinos, entramos al centro de interpretación, donde ahondamos en la historia de los molinos y su funcionamiento, cuánto ganaba un molinero y otras curiosidades. También había una pequeña exposición de arte.
Después teníamos tiempo libre, que aprovechamos para visitar el molino dedicado a la historia del vino, que en la planta baja tiene una recreación de una taberna romana y según subes empiezas a conocer la historia y características del vino manchego. 
Pozo de nieve e iglesia del pueblo
Pozo de nieve e iglesia del pueblo
Llegó entonces la hora de comer y, como íbamos de bocata, elegimos una de las paradas en el centro histórico para visitar el barrio de Albaicín y ver la iglesia, el ayuntamiento y el pueblo en general. Había tiempo más que de sobra para verlo todo antes de que se reanudara la excursión.
La primera parada de la tarde fue el Pozo de Nieve, donde esta se compactaba para crear hielo para todo el año. Es una visita curiosa, y al lado hay una iglesia donde se encontró una virgen románica, pero como esta no está ahí, sino en el pueblo, el templo no tiene demasiado interés.
Luego, visitamos las Bodegas Castiblanque, donde nos contaron su historia y nos explicaron y mostraron los procesos que llevan a cabo para fabricar el vino, con una gran inversión en tecnología. Finalizó la visita con una cata de tres vinos distintos, acompañada de maridajes de productos típicos de la zona (a mí, como no bebo vino, me dieron un mosto). La verdad es que estaba delicioso.
Con esto, acabó el día y regresamos en el autobús al tren. Debo decir que me encantó, y sin duda iré a más excursiones en trenes temáticos.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

miércoles, 6 de septiembre de 2023

Relato: Un modo de localizarla

Un nuevo relato en el que escribo basándome en lo que sacaron los dados...

Un modo de localizarla

Dados del relato
Había pasado una gran tarde con Elise. Sus manos no se habían soltado ni por un segundo, y ella parecía muy interesada en lo que le decía. Así pues, después de acompañarla a su casa y de hacer un largo camino de vuelta hasta la estación de tren, que solo logró localizar gracias al navegador gps del teléfono, se puso a dibujar la tarde que habían pasado juntos, soñador.
Tan concentrado estaba que no se percató de que le estaban robando su maletín, donde llevaba sus dibujos y, lo más importante, su teléfono. 
El aparato no estaba localizable, pero decidió no borrar en remoto sus datos con la esperanza de que el ladrón lo encendiera en una zona wifi y se sincronizaran los datos con su nube; así podría recuperar el número de teléfono de Elise. Poco le importaba todo lo demás, salvo la forma de contactar con ella: se habían conocido en una exposición de una zona de la ciudad que ninguno solía frecuentar y no era probable que volviera a encontrarse con ella para pedírselo de nuevo. 
No hubo suerte, pero luego cayó en que sí que sabía una cosa: dónde vivía. Así que lo primero que hizo a la mañana siguiente fue tomar el tren e intentar localizarla en su casa. 
Se perdió varias veces; ya era difícil llegar con la ayuda del smartphone, pero esta vez no lo tenía y tampoco había estado especialmente pendiente del camino el día anterior. No obstante, horas después, agotado y hambriento, llegó hasta la casa y llamó al timbre.
Le abrió una señora entrada en años, que le comunicó que allí no vivía ninguna Elise. Seguro de que esa era la casa, insistió, desesperado, hasta que la anciana le dio con la puerta en las narices y gritó que llamaría a la policía cuando siguió en el umbral, suplicando.
Se alejó de la casa, desconcertado. Era una fachada inconfundible, pero por si acaso dio vueltas por el vecindario, no fuera que encontrara otra igual, e incluso llamó a varias puertas para preguntar. No se rindió hasta bien entrada la tarde, pero finalmente tuvo que aceptar que no volvería a localizar a esa chica tan especial.
Cuando por fin se largó del pueblo, Elise, escondida en el segundo piso de la casa de su abuela, la misma mujer que había negado conocerla, suspiró aliviada. 
Había pasado una tarde estupenda con él, pero esa misma mañana, había empezado a mandarle mensajes obscenos y luego se presentaba en su casa, desarreglado y comportándose como un desquiciado. Definitivamente, no volvería a dar su número de teléfono a alguien al que conociera tan poco, y mucho menos dejaría que la acompañara a casa, por mucho que sintiera de nuevo esa conexión tan especial.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural
Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia