El viaje en días anteriores:
Praga: castillo y ayuntamiento El clementinum
Como ya comenté en mi última entrada sobre Praga, ese día también visité el Clementinum, aunque como se estaba alargando la entrada os hablo de este maravilloso lugar ahora.
Pagar esa entrada sí que merece la pena. Va con visita guiada, solo en inglés o en checo, pero resulta muy interesante hacerla aunque no conozcas ninguno de esos idiomas, así que no dudes en reservar con antelación (con mucha antelación) porque las plazas se agotan en seguida, incluso en temporada baja.
La visita al clementinum me fascinó no solo por la maravillosa biblioteca (la más bonita que he visto, aunque no te dejan pasar y solo la puedes mirar desde la entrada), sino también por las curiosidades astronómicas, los instrumentos de medición y la panorámica desde la torre. Hay que tener en cuenta que ese lugar se utilizó como medida del tiempo y del cielo durante siglos, y que tiene muchas curiosidades. Una visita que no puede fallar.
Pagar esa entrada sí que merece la pena. Va con visita guiada, solo en inglés o en checo, pero resulta muy interesante hacerla aunque no conozcas ninguno de esos idiomas, así que no dudes en reservar con antelación (con mucha antelación) porque las plazas se agotan en seguida, incluso en temporada baja.
La visita al clementinum me fascinó no solo por la maravillosa biblioteca (la más bonita que he visto, aunque no te dejan pasar y solo la puedes mirar desde la entrada), sino también por las curiosidades astronómicas, los instrumentos de medición y la panorámica desde la torre. Hay que tener en cuenta que ese lugar se utilizó como medida del tiempo y del cielo durante siglos, y que tiene muchas curiosidades. Una visita que no puede fallar.
Praga: Biblioteca del Clementinum y Barrio Judío |
Ciudad Vieja y Barrio Judío
Mi última mañana en Praga la dediqué a hacer el que debería haber sido el primer tour, que abarcaba toda la ciudad vieja, con la plaza del reloj astronómico y muchos puntos de interés del centro, algunos de los cuales no había visitado todavía porque no están en el camino principal entre la plaza, el Puente de Carlos y mi hotel: el Teatro Estatal, la universidad carolina, algunas iglesias. De hecho, cerca de la Torre de la Pólvora hay algunos interesantes edificios modernistas, utilitaristas y hasta cubistas en los que no me había fijado.
Finalizamos el tour en el barrio judío. De este último hay poco que lleve a pensar que es judío, ya que en su momento se demolió entero (bonitos edificios, por cierto) y se expulsó a los judíos de él. No obstante, ahora hay bastantes sinagogas y el cementerio judío, que tiene doce metros de profundidad.
La chica del tour lo hizo muy bien e incluso se pasó de hora, pero aún así iba bien para llegar al aeropuerto en hora. Estuve una buena media hora esperando el autobús, solo para descubrir en el último segundo que no se cogía ahí y tener que echarme una carrera para llegar a tiempo. Luego tocó una larga espera en el aeropuerto que se hizo más larga por culpa de Ryanair, ya que no embarcamos en hora.Pero al margen de ese pequeño contratiempo, quedé muy satisfecha por mi visita a la República Checa.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Aparte de mi web, puedes apuntarte a la newsletter o seguirme en Twitter, Facebook, Instagram, LinkedIn o Tiktok