(este relato lo he hecho para los ejercicios periódicos de adictos a la escritura, la consigna es cine... no me lo tengáis en cuenta, ya sé que es raro-muy raro- pero es lo que salió. Por cierto, todavía podéis participar en el concurso de escribolee!)
El director de cine
Quería ser director de cine, así que pensó ¿qué necesito? Pues… una cámara. Se gastó todo su dinero en una de segunda mano, porque no le llegaba para más.
Quería ser director de cine y ya tenía una cámara, así que pensó ¿qué más necesito? Pues… un guión. Una pena que no se le diera bien escribir pero, por suerte, tras mucho buscar, encontró un guionista no muy competente que le haría el guión gratis.
Quería ser director de cine y ya tenía cámara y guión, así que pensó ¿qué más necesito? Pues… actores. Por desgracia, ningún actor que se precie aceptaría hacer ese guión, con un director desconocido y encima sin recibir un sueldo… pero tuvo la suerte de que hubiera una reserva casi infinita de malos actores que no habían tenido la oportunidad de participar en una película.
Quería ser director de cine y ya tenía cámara, guión y actores, así que pensó ¿qué más necesito? Pues… un escenario. Consiguió por fin que le dejaran a buen precio un destartalado local donde rodar y se rompió la cabeza para hacer que ese lugar se pareciera al lujoso hotel en el que se desarrollaba la escena. Al final su falta de gusto estético le traicionó y creyó ver un lujoso decorado de hotel cuando en realidad parecía, a ojos de cualquier espectador, un motel cutre.
Quería ser director de cine y ya tenía cámara, guión, actores y escenario, así que pensó ¿qué más necesito? Pues… nada. Así que grabó su película y la editó con el programa de ordenador que venía cuando lo compró. Ya tenía su película. Y ya era director.
- ¿Pero qué basura es esta? –le preguntaron sus conocidos en el estreno que organizó en su casa. Los actores también habían venido y se les veía abochornados, y el guionista se había dormido con su propia historia. Cabreado, el director les increpó:
- Bah, no sé para qué me molesto en enseñaros nada. No entendéis de cine y yo soy un artista. Los directores de cine somos unos incomprendidos…
Hola:
ResponderEliminarLe faltó talento... o una buena súper campaña de promoción, que anunciase su película hasta en la sopa, como pasa últimamente con muchas cosas.
Gracias por compartirlo.