Ha sido curioso lo que me ha pasado con el Instagram. Nunca había querido abrirlo, pero al final tuve que hacerlo por una cuestión práctica: en el trabajo querían que yo utilizara esa red social y no hay mejor manera de aprender que trasteando. Mi idea era enfocarlo más a libros, después de todo, soy escritora y lectora, y a casi todos mis seguidores en otras redes en internet os interesa esa faceta mía. Pensé que eso, intercalando con fotos bonitas, estaría bien.
Pero entre las fotos bonitas había algunas de edificios de Madrid. Empecé a colgarlas sin información, hasta que alguien me preguntó dónde estaban tiradas. Algunas eran un poco viejas y no me acordaba (no ayuda que muchos de esos edificios los encontrara durante una de mis acostumbradas pérdidas de orientación), de otras tenía una ligera idea de la zona dónde las hice pero me tocó investigar hasta que di con el lugar exacto. Y, al investigar, encontré algunos datos interesantes con los que también aderecé el comentario de la foto.
Ahí empezó la locura. A la gente le gustaba lo que había descubierto y, lo que era más importante, a mí también. Pronto, los libros quedaron en un segundo plano (de vez en cuando recomiendo alguno, pero no son el tema principal) y empecé a fijarme más en los sitios de Madrid por donde pasaba, a la caza de edificios chulos. Es un ejercicio interesante que os recomiendo sin dudar: vamos tan ajetreados y tan centrados en los escaparates que no nos molestamos en mirar hacia arriba, cuando hay verdaderas joyas que ni siquiera percibimos aunque pasemos mil veces por delante.
Pero con ese ejercicio de fijarme en lo que hay a mi alrededor no solo he ganado una nueva visión de la ciudad, sino conocimiento sobre la misma. Y es que he descubierto que me gusta investigar y descubrir cosas interesantes de lo que miro. Algunas calles y edificios tienen historias y anécdotas interesantísimas, no salgo de mi asombro con muchas de ellas. ¿Cómo es posible haber vivido tanto en una ciudad con tantas historias y no conocer ninguna de ellas?
Cuando abrí la sección Aventuras para estimular la creatividad, os dije que esos viajes y experiencias me servían de inspiración, de nuevo enfoque, para escribir, y que por eso los compartía en este blog. Redescubrir Madrid como si viajara a ella por primera vez consigue lo mismo (y sale más barato). Así que seguiré con ello y compartiré con vosotros, a través de instagram, algunos de mis descubrimientos. Quién sabe, quizás con algunos de ellos salga algún escrito interesante...
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Aprovecho para compartir la nueva reseña de ¿Dónde está mi tiempo? del canal de María Orgaz Mi sueño en papel.