PINCHA PARA SABER DE QUÉ VAN. Para más información visita la Web oficial de Déborah.
Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

miércoles, 22 de marzo de 2023

Relato: Los dioses son los mismos

Este es mi segundo intento con las cartas Fatum, esta vez he cubierto solo los huecos del tapete y no me he liado a responder a las preguntas de las cartas hasta que me quedé sin ellas. El resultado es el siguiente:
El personaje es un bardo que proviene de una taberna y se dedica a la política. Es amante de un paladín y está aliada con un mago.
Le condicionó en su pasado el entrenamiento de un explorador para una deidad. Le motiva su deber hacia un cazador de sangre (un cazavampiros, vamos) cuya hermana es un demonio

Los dioses son los mismos

Autum despertó junto a su amante Clodin y sonrió al verle tan vulnerable entre las sábanas. Su entrenamiento, que había convertido a un simple explorador en un paladín de los dioses, le había curtido mucho. Había llegado a temer, incluso, que acabara cambiando, pero había superado la prueba sin renunciar a su esencia y ahora era uno de los hombres más poderosos que conocía. 
Unos golpes en el piso de abajo la sacaron de su ensimismamiento: tenía que irse ya. Se vistió a toda prisa, agarró su laúd y bajó corriendo las escaleras, con un grito de "Gracias por el aviso" a Klakas, el mago con el que se había aliado y que hacía las veces de socio en la taberna, el cual había implantado el sistema de dar escobazos al techo para que no llegara tarde a los sitios.
A veces, odiaba estar metida en política en vez de ser una música normal. Era una tarea que no le daba ninguna satisfacción y sí muchos quebraderos de cabeza. No obstante, se había convertido en algo así como la embajadora extraoficial de magos y cazavampiros, y de vez en cuando conseguía que reclamaran algún derecho o que, por lo menos, no les recortaran otros.
Esa tarde, tocaba para los políticos invitados a un cónclave extraordinario de la Unión Dielmanesa, que se reunía para tratar la situación de Diltania. Tras dos décadas gobernada por un nigromante, los rebeldes habían logrado derrocarlo. No obstante, lo habían hecho sin la ayuda de la Unión Dielmanesa, de la que nunca habían recibido más que buenas palabras a pesar de que supuestamente eran los defensores del bien en el mundo. La excusa había sido que el nigromante era un heredero al trono legítimo y que el pacto de No Agresión les impedía intervenir.
Lo que olía a chamusquina era que, ahora que el nigromante había sido derrotado y un rey bondadoso se había alzado con el trono, la Unión Dielmanesa sí que estuviera dispuesta a intervenir. Habían llegado a ofrecer al nuevo rey el grandísimo honor de convertirse en paladín sin entrenamiento previo. Y el rey, sin duda reacio a confiar en los dielmaneses tras dos décadas luchando en solitario para recuperar su país de manos de un nigromante, les estaba dando largas.
Lo que más escamaba a Klakas y Autum era que los clérigos dielmaneses hubieran llegado al extremo de mandar a agentes a Diltania para exaltar al pueblo y que los propios ciudadanos presionaran al rey para aceptar el honor cuanto antes. La misión de Autum ese día, además de entretener a los políticos con su música y seguir negociando en nombre de los cazavampiros y magos para que dejaran de discriminarles en algunos ámbitos, era averiguar por qué era tan importante obligar a un rey bondadoso a convertirse en paladín cuando no lo había sido tanto ayudar a la resistencia contra un nigromante.
El amuleto que le había dado Klakas afinaba su oído y, entre canción y canción, captó informaciones desconcertantes. Eran clérigos y paladines del más alto grado los que habían presionado para que no se ayudara a la resistencia contra el nigromante, como eran clérigos y paladines del más alto grado los que necesitaban tener al nuevo rey bien atado. Los motivos, no obstante, seguían sin decirse en voz alta y las explicaciones como mucho se limitaban a un "Los dioses así lo quieren".
El evento finalizó, para frustación de Autum, sin proporcionarle ninguna información. Sus tanteos a Clodin sobre el tema tampoco dieron frutos, ya que era un paladín del rango más bajo y, además, cuando quiso indagar por su cuenta, recibió la misma respuesta que los políticos y diplomáticos del cónclave: "Los dioses así lo quieren". Según pasaba el tiempo, Autum le veía cada vez más preocupado y, finalmente, el joven le confesó:
—Francamente, empiezo a pensar que habría sido mejor no pasar por ese entrenamiento y seguir siendo explorador. La conexión con los dioses está ahí, sí, pero es todo tan opaco que empiezo a pensar que los que hablan en nombre de ellos tienen algo que ocultar y que no me gustará nada cuando descubra lo que es.
La situación no hizo sino empeorar cuando, de pronto, los dielmaneses perdieron todo contacto con los clérigos enviados en secreto a Diltania. Los diplomáticos no podían preguntar por gente que, oficialmente, no estaba en el país, pero de todas formas no pudieron acceder al rey ni a su Consejo. Esta vez, sin embargo, tenían una buena excusa: una de las Consejeras de Diltania, precisamente la que se encargaba de la política exterior y la más predispuesta a negociar con ellos, se había suicidado de manera imprevista.
Un par de días después, cuando un preocupado Clodin y Autum estaban a punto de irse a la cama, apareció Feltrer. Clodin frunció el ceño; no se llevaba bien con el cazavampiros, a pesar de que le aceptaba porque conocía la deuda de sangre que tenía Autum con él. Así pues, hizo amago de irse a dormir para dejarle hablar a solas con Autum y Klakas, siendo detenido por el cazavampiros.
—Creo que será mejor que escuches esto, chico. Si es que aún no te han lavado el cerebro del todo.
En otro momento, Clodin habría protestado, pero en vista del ambiente que estaba encontrando en el templo decidió dejarlo pasar y seguirles hasta una sala privada donde tendrían intimidad. Feltrer no se andó por las ramas y sacó dos amuletos del bolsillo.
—¿Cómo has conseguido un amuleto de clérigo? —preguntó el paladín, algo indignado. El objeto era para los sacerdotes un gran honor, al igual que las espadas doradas lo eran para los paladines.
—Todos tenemos un pasado, chico. Antes de que mi hermana se convirtiera en un demonio, esto era mío. Nunca lo devolví y, aunque dejé de formar parte del clero, jamás dejó de funcionar. Pero, ¿no reconoces el otro colgajo? —Clodin negó con la cabeza, desconcertado—. Es el amuleto de un clérigo maligno al que maté hace unas semanas, que me contó cosas muy interesantes antes de morir. Si te fijas, está hecho del mismo material que el de los clérigos del bien y del mismo material que tu espada. Lo más sorprendente, no obstante, es que también funciona.
—No entiendo a dónde quieres ir a parar —dijo Clodin aunque, por su rostro horrorizado, sí que lo entendía. Los que no entendían nada eran Autum y Klakas, así que Feltrer se lo explicó:
—Los amuletos de los clérigos, y las espadas de los paladines, son un medio de conexión con nuestros dioses. Cuando meditamos o rezamos, esa conexión se abre y nos concede poder o una habilidad guerrera sobrenatural. Pero si meditas o rezas con un amuleto de los dioses del mal, consigues los mismos resultados. Exactamente los mismos, como me dijo el sacerdote del mal antes de que le abriera la garganta. Puestos a hacer pruebas, recé con mi amuleto del bien para pedir un conjuro maligno y se me entregó. Eso solo puede significar una cosa...
—Los dioses son los mismos —concluyó Clodin, blanco como la cera.
—Los dioses son los mismos, y, por alguna razón, quieren que Diltania pertenezca al mal. Lo cual explica todas las informaciones desconcertantes que habéis recibido —confirmó Feltrer.
Pasaron el resto de la noche hablando de las implicaciones de esa información, así como una manera de liberar a Clodin de sus obligaciones como paladín, ahora que sabían la verdad. No obstante, aunque abandonara la orden, había hecho un juramento de obedecer y defender a los dioses, al que estaba ligado de por vida. Un juramento que, a pesar de los años que llevaba sin ser oficialmente un clérigo, también ataba a Feltrer.
Sin sacar nada en claro, finalmente decidieron dejar la conversación y descansar un poco, aunque ninguno de ellos logró pegar ojo y en el desayuno siguieron por donde lo dejaron. Finalmente, acordaron que Autum siguiera pendiente de la situación política mientras Klakas investigaba entre los magos y Feltrer consultaba sus fuentes en los bajos fondos. Clodin, por su parte, debería seguir con su rutina habitual junto a los paladines hasta que supieran algo más. 
Se estaban preparando para salir cuando tanto Feltrer como Clodin dieron un bote de repente.
—La espada me está llamando —dijo Clodin, entre sorprendido y aterrado—. Debo ir cuanto antes con los paladines, no puedo llegar hasta donde quiere que vaya.
—¡De eso nada, no vas a ninguna parte! —exclamó Autum, sujetándole. Aunque se veía a las claras que Clodin no quería ir a ningún sitio, su cuerpo forcejeaba con Autum para salir de allí e ir con los suyos.
—No creo que tengamos, ni él ni yo, mucha opción de resistirnos. Demos gracias a no tener nivel suficiente para teletransportarnos —gruñó Felter—. A mí me llaman los dos amuletos y no creo que pueda aguantar mucho tiempo el impulso de buscar el primer templo y pedir a alguien que me mande hasta allí.
En ese momento, Clodin hizo una llave a Autum y se liberó de su abrazo, corriendo hacia la salida de la taberna. Klakas reaccionó justo a tiempo y dirigió un conjuro de sueño sobre él y Felter, que se desplomaron en el suelo de inmediato.
Autum y Klakas intercambiaron una mirada asustada, hasta que Autum se recompuso y tomó las riendas:
—Necesitamos saber qué está pasando. ¿Cuánto durará el hechizo?
—Solo unas horas —respondió Klakas—. Pero no me fiaría de que dure tanto, si los amuletos están interviniendo.
—De acuerdo. Cerramos la taberna por hoy, en cuanto vengan nuestros empleados les mandamos a casa. Tú quédate aquí y vigílalos. Si despiertan, lánzales algún otro hechizo que impida que vayan a donde quiera que los dioses quisieran mandarles. Yo iré a pedir a los demás magos que se reúnan aquí contigo y luego buscaré entre mis contactos a alguien que me diga qué está pasando. Os iré mandando mensajeros con lo que averigüe, mientras, necesito que os pongáis en contacto con todo aquel que pueda tener una pista sobre lo que está pasando.
Klakas no podía estar más de acuerdo con el plan y Autum se puso en marcha. Primero visitó a los otros dos magos de la ciudad y les explicó rápidamente la situación, tras lo cual se dirigió a los templos. Casi todos estaban vacíos, salvo por los acólitos con cara de pánico que no sabían decir dónde habían ido sus superiores. En uno de ellos encontró a un par de sacerdotes de bajo rango que habían llegado tarde a la llamada y no tenían modo de llegar hasta el punto, en algún lugar de Diltania, al que tenían que acudir. 
La sede de los paladines también estaba completamente vacía salvo por los sirvientes, que le contaron que todos habían llegado corriendo desde sus casas y un clérigo les había transportado a los dioses sabían dónde.
Finalmente, Autum acudió a la sede del gobierno, donde funcionarios y políticos se habían reunido sin saber qué hacer, totalmente perdidos por la ausencia de los que, en el fondo, manejaban todos los asuntos. Allí, se enteró de que la situación era la misma en todo el continente. Y allí se enteró también del momento en el que los pocos sacerdotes que habían sido incapaces de llegar hasta donde les pedían sus dioses habían enloquecido o habían empezado a afirmar, horrorizados, que los dioses les habían abandonado.
Fue entonces cuando Autum decidió volver a la taberna. Allí, encontró a los tres magos con el rostro grave y a Clodin y a Feltrer despiertos, aunque mareados por los hechizos que llevaban lanzándoles todo el día para que no se movieran.
—Se ha perdido la conexión —murmuró Clodin, medio en shock, en cuanto la vio.
—Ya no están. Ni en el amuleto del bien, ni en el del mal. Los objetos siguen teniendo poder, pero ya no están —confirmó Feltrer, agotado y aliviado.
Autum procedió a contar a todos lo que sabía, que coincidía por completo con lo que habían averiguado los magos y lo que decían el paladín y el cazavampiros.
—¿Y ahora qué? —preguntó al finalizar.
—Hemos intentado visualizar qué ocurre en el lugar al que intentaban ir, pero está completamente bloqueado. Lo que está claro es que, sea lo que sea, ni todos los clérigos y paladines de este mundo han sido suficientes como para detenerlo —respondió Klakas—. La cuestión es si siguen vivos o muertos. Si siguen vivos, no tardaremos en averiguar qué ha pasado. Si han muerto... costará más. En cualquier caso, la situación es grave. Toda la maldita política del continente se basa en el sacerdocio. Tanto si han perdido su conexión con los dioses como si han fallecido, el caos estallará.
—Entonces, es el momento de ponerse en marcha. No podemos arreglar todo Dielm, pero podemos hacer algo por este reino —comentó Autum, siempre optimista—. Los magos seguís teniendo poder. Sois pocos, pero sois los sustitutos naturales de los sacerdotes en muchas de sus funciones.
—La mayoría de nosotros solo queremos seguir nuestros estudios en paz, sin meternos en política —dijo uno de los magos amigos de Klakas.
—Pero vuestra orden tendrá que tomar posiciones en cualquier nuevo orden que se instaure. También deben prepararse las redes de cazavampiros, Feltrer. Si los dioses malignos son los mismos que los benignos y han desaparecido, es posible que los kulitíes también hayan perdido a sus clérigos, pero ellos tienen muchos brujos y nigromantes que aprovecharán la situación para aumentar su poder e intentar expandirse; ahora mismo somos muy vulnerables. En cuanto a los políticos y funcionarios, y al ejército regular, hay que empezar a organizarles. Es hora de que empiecen a asumir responsabilidades, ya no pueden permitirse el lujo de ser decorativos y hacer lo que les mandan los sacerdotes.
—Yo te respaldaré —le aseguró Clodin. Conforme asumía lo que había pasado, sentía cada vez mayor alivio por no haber conseguido salir de la taberna—. Si lo que has contado es cierto, soy el único paladín que queda en la ciudad. La orden era una farsa, pero me uní a ella porque creía que tenía unos valores y esos mismos valores los seguiré defendiendo con orden o sin ella, con dioses o sin ellos. Reuniré a los sacerdotes que hayan quedado, les explicaré la situación e intentaremos minimizar el caos.
—Contaba con ello —respondió ella con cariño—. Pongámosnos en marcha, pues. Me parece que, en las próximas semanas, poco vamos a dormir.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

miércoles, 15 de marzo de 2023

Escapada a Aragón: Ayerbe y Castillo de Loarre

 El viaje en días anteriores: Zaragoza

Todo este viaje tenía como foco el castillo de Loarre. Así que, cuando me anularon la excursión, me hicieron la puñeta. Pero no me iba a rendir tan fácilmente, así que, cuando descubrí que todos los proveedores con distintos precios eran en realidad la misma persona que me lo había anulado, busqué alternativas. 
Llamé al castillo y me dijeron que la mejor opción era ir hasta Ayerbe y coger un taxi. Tras hablar con la taxista local para preguntarle disponibilidad y precios, descubrí que me salía más o menos por el mismo dinero que lo que me habría costado la excursión, así que tiré para adelante. 
El único problema es que la frecuencia de trenes es bastante mala: había que pillar uno a las seis de la mañana y el de la vuelta hasta las siete y pico de la tarde no salía, lo que obligaba a hacer tiempo en el pueblo. Si hubiera hecho buen tiempo, no lo habría dudado (ni siquiera habría necesitado a la taxista, porque hay rutas de senderismo entre el castillo y Ayerbe), pero se levantó el viento del cierzo y encima empezó a caer aguanieve, así que al final, a la vuelta, cogí el taxi directamente hasta Huesca aunque me saliera un poco más caro. 

Ayerbe

Pero bueno empecemos por la visita a Ayerbe. Es un pueblo muy bonito, con palacios, iglesias y una preciosa torre del reloj. Aunque, claro, es bastante chico: llegué a eso de las ocho y media y para las 10 ya lo había visto todo. A esa hora abría la oficina de atención turística y en ella me metí porque además tiene un pequeño museo dedicado a Ramón y Cajal en el que echas un buen rato entre el audio guía y los vídeos. Está bastante interesante y además estás calentito, así que lo vi tranquilamente.
torre del reloj de Ayerbe y Castillo de Loarre

Castillo de Loarre

Luego llegó la taxista y me acercó al castillo de Loarre, justo a tiempo para la visita guiada. Empieza con un vídeo explicativo y luego ya salimos a verlo in situ. Descubrí que el castillo fue usado como monasterio, además del resto de su historia. Es una preciosidad de sitio, aunque hay que reconocer que casi todos los ángulos son mejores que el de la entrada para tirar las fotos.
La visita duró cosa de una hora y pico y estaba muy bien explicada. Además en la entrada te venía la posibilidad de entrar en la iglesia de Loarre y en otra basílica cercana, pero yendo en taxi tuve que renunciar a verlo porque de lo contrario me habría salido extremadamente caro. Por otra parte, estaban grabando una película en el castillo entre semana y había trastos y decorados por medio, una pena.

Al acabar la visita, di una vuelta por los alrededores, pero el tiempo no acompañaba, así que volví a llamar a la taxista y llegué a Huesca a mediodía, pero eso ya lo contaré en otro post
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

miércoles, 8 de marzo de 2023

Relato: El vuelo del pegaso

Gadais era la capitana de los jinetes de grifos y tenía una obsesión: capturar y domesticar a un pegaso para sustituir a su estúpida y poco elegante montura. No era solo que los pegasos fueran más rápidos (que indudablemente lo eran, dado lo difícil que era vislumbrarlos), sin duda, eran unos animales más nobles y su prestigio aumentaría enormemente por ser la primera en montar uno.
Así pues, dado que no había sido posible encontrar a las bestias de forma tradicional y que los magos no querían saber nada, reunió todos sus ahorros y se internó en los bajos fondos para encontrar a algún brujo que pudiera ayudarla.
Por tener tratos con un brujo se arriesgaría a la horca, pero, si no la descubrían y le salía bien la jugada, siempre podía inventarse cómo había llegado a hacerse con el pegaso. Además, no pasó demasiado tiempo con el hechicero oscuro: solo lo suficiente para que le diera una poción aceleradora y otra para transportarse sobre la grupa del animal.
Con eso, y con la equipación para domar caballos que había mangado a los jinetes terrestres, cuyos métodos había estudiado con detenimiento, se marchó con su grifo sin decir nada a nadie y se internó en la cordillera de Aliene.
Indicó a su montura que debía graznar cuando viera a un pegaso y, cuando este lo hizo, se tomó la poción de aceleración. Por fin pudo ver el vuelo del pegaso: aleatorio, pero sobre todo rápido. Tanto, que incluso con la poción de aceleración tenía dificultades para seguirlo. Entonces, la criatura la miró a los ojos y percibió una gran inteligencia. 
Esa mirada le transmitió que nunca lograría domar al pegaso y que todos sus esfuerzos habían sido en vano. Gadais frunció el ceño. Había escapado con su grifo convencida de que, a su vuelta con el pegaso, la tratarían como una heroína y olvidarían su pequeña falta. Si volvía con las manos vacías, lo mínimo que podía pasar era que la degradaran. 
Se negaba a aceptar la derrota, así que agarró el equipo de doma y se bebió la segunda poción. Duró menos de medio segundo sobre la grupa de la criatura, demasiado lejos para que su grifo pudiera rescatarla. Este, al ver a su jinete estampada contra las rocas, simplemente dio la vuelta y volvió a casa. Con suerte, le asignarían a otra humana que le apreciara más.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

miércoles, 1 de marzo de 2023

Escapada a Aragón: Zaragoza

Llegué a Zaragoza a eso de las nueve de la mañana y no podía hacer el check-in en el hotel hasta la una de la tarde. Tenía un free tour a las once y media y paseé hasta entonces por la ciudad, topándome con el Palacio de la Aljafería, al que no entré por el momento porque merecía dedicarle bastante tiempo.

Free tour por Zaragoza

El free tour nos llevaba por toda la zona centro viendo los vestigios de Caesaraugusta, la Zaragoza romana (teatro y termas, muralla), algunos edificios mudéjares, lo que quedaba de los edificios renacentistas prominentes y por supuesto la catedral del Salvador y la basílica del Pilar, sin que faltaran recomendaciones gastronómicas en El tubo. finalizando el recorrido enfrente del mercado central justo donde está la estatua a César Augusto. Nos contaron muchas curiosidades y datos interesantes de los sitios que íbamos viendo, se hizo muy ameno.

Palacio de la Aljafería

Por la tarde tuve que elegir entre entrar en el palacio de la Aljafería o entrar en la catedral del Salvador. Ya sabéis que normalmente, si tengo que elegir entre un edificio civil y uno religioso, suelo quedarme con el civil, en especial si tiene forma de castillo, así que hice reserva a las cuatro y media porque había visita guiada. 
La verdad es que los palacios (porque son tres en uno) son una pasada, en especial el palacio de recreo musulmán, aunque el cristiano y el más reciente creado por los Reyes católicos y no tenían desperdicio.
Además, el edificio tiene mucha historia porque ha tenido muchos usos, desde sede de la Inquisición hasta sede de las cortes de Aragón, como es ahora.

zaragoza - palacio de la aljafería y basílica del Pilar
Zaragoza - palacio de la Aljafería y basílica del Pilar
Basílica del Pilar

Después me fui a la basílica del Pilar pero no pude verla tranquilamente porque había misa y el altar mayor estaba cerrado al público. Tendría que esperar hasta la vuelta a Zaragoza para ver la basílica con calma pero ¡el altar estaba reformándose!
Pero vamos, la zona donde está la Pilarica sí que está abierta a los visitantes en todo momento, así que nadie se queda sin verla.

Free tour de los misterios y leyendas de Zaragoza

Para cuando salí de la basílica del Pilar ya casi era la hora del nuevo free tour, así que me comí unas castañas asadas y me senté en un banco a esperar. El tour de la tarde era de misterios y leyendas, también por la zona centro pero evidentemente contaban cosas distintas, como historias curiosas de la ciudad, el milagro de Calanda, la cabeza perdida de Goya... También se comentaron pequeños misterios y algún que otro fenómeno paranormal. 
 ***
Al acabar el freetour, me fui al hotel porque al día siguiente también tocaba madrugón y me quedé con ganas de ver más la ciudad, pero tendrá que ser en otra ocasión, porque continué el recorrido hacia otras ciudades.

El viaje los días siguientes:

*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

miércoles, 22 de febrero de 2023

Relato: Un héroe

Otro relato en base a los dados que lancé en este vídeo:

Un héroe

dados que inspiraron el relato Un héroe
De pequeño, soñaba con ser un caballero andante, enfrentándose a toda clase de peligros con una espada en mano para enamorar a su princesa. Ahora tenía un trabajo que consistía en estar pegado al teléfono todo el día para vender cosas que la gente no necesitaba y lo más parecido a una aventura fue cuando se escapó el perro en el parque y tuvo que correr tras él. 
-¡Qué vida más anodina! -suspiró mientras echaba unas habas en agua para que se ablandaran para el día siguiente. 
Luego, se puso las manoplas para sacar del horno el pan recien hecho. Lo bueno de pasarse el día teletrabajando y realizando largas llamadas de ventas era que le quedaban las manos libres. Así pues, podía limpiar la casa y cocinar durante sus horas de trabajo y desconectar de verdad cuando la jornada laboral finalizaba.
Así pues, cuando colgó por fin el teléfono y rellenó los últimos campos en la base de datos, se permitió el lujo de ponerse a leer un buen libro. Su mujer llegó un buen rato después y soltó un gritito de placer al inspirar el aroma del hogar.
-¡Has hecho pan casero! -exclamó, y entró en el salón con cara de felicidad-. Comida casera, la casa impoluta... De verdad, eres mi héroe.
Le estampó un beso y, por un largo rato, el libro quedó olvidado en favor de actividades más placenteras. ¿Quién necesitaba una brillante armadura? Realmente, la vida anodina también tenía sus recompensas.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural
Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

jueves, 16 de febrero de 2023

Viaje a Egipto: mezquita de Alabastro, museo de El Cairo, barrio copto, bazar

Un poco de todo en El Cairo

El último día en El Cairo era un refrito de cosas. Primero fuimos a ver la fortaleza de Mohamed Alí, con la mezquita de Alabastro. Es muy bonita, aunque he visto templos religiosos más impresionantes. Solo vimos la mezquita, aunque había más cosas que ver allí, seguramente no dio tiempo porque estuvimos una hora en el autobús esperando a nuestro guía.
Después fuimos al museo de El Cairo, donde vimos a toda velocidad las piezas más importantes, incluyendo el tesoro de Tutankamón, o al menos el que no se habían llevado al otro museo, que se inaugurará el año que viene. También faltaban allí algunas cosas como las momias más destacadas, y no tiene nada de organización ni carteles explicativos. Aun así, están la mayor parte de los tesoros y piezas destacadas.
mezquita de alabastro e Iglesia de San Sergio y San Baco
mezquita de alabastro e Iglesia de San Sergio y San Baco
La siguiente parada fue el barrio copto, donde vimos la preciosa Iglesia de San Sergio y San Baco, levantada sobre el lugar donde se refugiaron Jesús, María y José en su huída a Egipto. Es lo que más me gustó ese día, no solo porque la iglesia transmite unas vibraciones especiales, sino también porque tiene una arquitectura maravillosa. Del barrio poco más vimos, salvo una larga calle repleta de libros, porque nos fuimos a comer. 
Finalizamos el día en el bazar de Khan El Khalili, donde más miedo me daba. Quería comprar algunas cosas, pero, aunque no me disgusta el regateo, son tan agresivos e invasivos que no me apetecía nada. Por suerte, nuestro guía nos llevó hasta una tienda escondida donde hay precio fijo, Jordi, pero aún así está todo tirado de precio. Había una cola gigantesca allí, pero merecía la pena. 
A la vuelta, todos los comerciantes, al ver nuestras bolsas, gritaban indignados que ese comerciante es un cabrón, pero a lo mejor deberían aprender de él: yo desde luego habría comprado mucho más si no fueran tan agresivos y pesados
Y con esta visita finalizó la experiencia en El Cairo. Justo a tiempo, porque al día siguiente el resfriado y la gastroenteritis que había venido incubando desde Abu Simbel estallaron.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

miércoles, 8 de febrero de 2023

Relato: El primer cielo

Hoy había que cumplir con la consigna "Escribe un cuento en el que tu protagonista vea el cielo por primera vez". 

El primer cielo

Se decía, entre mi gente, que el primer cielo que vieras marcaría el resto de tu existencia. Por eso, los cuidadores esperaban a que hubiera un hermoso atardecer o amanecer, o a que el cielo estuviera despejado para sacar de las cavernas a los niños. 
Eso fue, claro, hasta que ofendimos a los dioses y nos maldijeron con una tormenta permanente. Ahora, nadie se atreve a sacar a la superficie a ningún infante para evitarle un destino tan funesto como el cielo que hay sobre nuestra tierra. La gente no entiende que el hecho de no ver ningún cielo en absoluto también nos marca. Y todos esperan que la maldición pase pronto, sin pensar en que, si no lo hace, cuando los adultos vayan envejeciendo, no quedará nadie con suficientes conocimientos como para subir a la superficie y conseguir los recursos que necesitamos tan desesperadamente para sobrevivir aquí abajo.
Por eso he decidido escaparme. Quince son muchos años de espera para ver el cielo. Es fácil escabullirse, porque los túneles que suben arriba no son muy frecuentados y solo se usan para las excursiones al exterior en busca de recursos.
Sé que estoy cerca cuando empiezo a ver, a lo lejos, paredes que se iluminan de pronto. Suenan también ruidos espantosos, a veces, todo vibra como si se fuera a derrumbar en cualquier momento. Hay agua por todas partes, y hace frío. Pero nada de eso me detiene y, por fin, veo mi primer cielo. 
Los adultos pueden decir lo que quieran, a mí me parece glorioso. Después de vivir tanto tiempo en la oscuridad, esos innumerables matices de gris puro me parecen fascinantes. Luego, un rayo rompe el cielo y siento una gran ira crecer en mi interior por todo lo que nos han arrebatado. Si este es un cielo horrible, ¿cómo serán esos atardeceres y amaneceres, cómo ese azul puro?
Decido que llegaré a verlos algún día, aunque tenga que enfrentarme a los mismos dioses para conseguirlo. Cada trueno y relámpago parecen darme fuerzas para emprender esa gesta. Con la decisión tomada, vuelvo a las cavernas para hacer el equipaje y marcharme de aquí para siempre. Quizás sea cierto que el primer cielo que ves marca el resto de tu existencia. Un error por parte de los dioses, porque mi primer cielo me ha dado la fuerza que necesito para rebelarme contra ellos.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

jueves, 2 de febrero de 2023

Viaje a Egipto: pirámides, esfinge, Menfis y Saqqara

Pirámides de Guiza y Esfinge

La primera mañana en El Cairo fue el de lo típico: las pirámides y la esfinge. No me hacía especial ilusión, pero me gustó bastante. 
Primero nos acercamos a las de Keops y Kefrén, donde teníamos la posibilidad de entrar. No lo hice, no obstante, porque sabía que dentro no hay más que cámaras claustrofóbicas. Hay que tener cuidado con los vendedores, eso sí. Son los más agresivos, mejor no cederles el teléfono por la tentación de una foto graciosa, hay que tener cuidado.
Después de esto, nos llevaron en el bus hasta un mirador donde se veían las tres pirámides. Allí, nuestro guía nos convenció para subirnos a un camello, experiencia que apenas duró unos minutos, pero que no estuvo nada mal. 
Desde ahí, cogimos el bus otra vez para ver de cerca la esfinge y el templo que hay al lado. No se podía ver en 360º, pero me gustó mucho. Como siempre, hubo poco tiempo.
Pirámides y esfinge de Guiza en Egipto

Menfis y Saqqara

Pirámide escalonada y tumba de Kagemni
Pirámide escalonada y tumba de Kagemni
Después de la esfinge, salimos a Menfis para ver la gran estatua de Ramsés II y la esfinge de Menfis, previa visita a una tienda carísima de pergaminos, que sobraba, como todas las visitas similares que nos obligaron a realizar. La gran estatua de Ramsés II es simplemente impresionante, le di varios rodeos aunque estaba lleno de gente. También había muchas más obras en el museo al aire libre, pero no nos dio tiempo.
Todavía no habíamos comido y teníamos que ver antes Saqqara, porque si no cerraba. Allí está la pirámide escalonada de Zoser, uno de los primeros faraones. Su tumba no tenía mayor misterio, se podía ver el sarcófago. Pero sin duda, la tumba más interesante fue la del visir Kagemni, que también se podía visitar, con todos los grabados de la vida cotidiana de los egipcios, con pintura y todo, que me pareció maravillosa y me habría gustado ver con más calma. 
Ya eran casi las 17 cuando llegamos al restaurante y nos lanzamos a la comida, aunque las raciones eran modestas y muchos se quedaron con hambre. Además, el del bus se debió de perder y finalmente no llegamos hasta las 20 y pico al hotel.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

miércoles, 25 de enero de 2023

Relato: Robar un pergamino

Esta era la primera vez que usaba el juego de cartas Fatum. Como era la primera vez, seguí las instrucciones al pie de la letra, lo que condujo a una monstruosidad que se iba haciendo más y más grande hasta que me quedé sin cartas de relación. No pasa nada, era el primer intento. Moraleja para el próximo: detenerme cuando se hayan respondido las preguntas más cercanas al personaje ^^.
Esta es la foto del resultado y la interpretación en texto de la misma: 
Mi personaje es una druida investigadora en un templo, secuaz de un bárbaro bandido que está aliado con una hechicera, tiene un objeto mágico y cuya hermana es vasalla de un pícaro.
La motivación de la druida es la bancarrota que tuvo su origen en un secreto sobre un monje marinero cuyo padre era luchador en una ciudad y murió en una mazmorra tras entrar a un lugar del paraíso.
Un evento del pasado de la druida que le marcó mucho fue un sacrificio desinteresado de un explorador, guardián del templo, que ejercía de maestro de un fantasma paladín amante de un mago de un baluarte.
La druida también tiene un hijo que es brujo, además de un héroe ingenuo.
Es una auténtica fumada: simplemente demasiada información para un relato. Por eso digo lo de que voy a tener que cortar la próxima vez que eche las cartas. Pero, ya que está hecho, vamos a ello:

Robar un pergamino

Ludla se despidió de su hijo con la preocupación en el rostro. Era un brujo poderoso, pero también un pobre ingenuo. Eso, sumado a su impulso desinteresado de ayudar a los demás, le traerían problemas más pronto que tarde. Tenía que encontrar una forma de endurecerle: ya había visto a alguien morir desinteresadamente por los demás, no necesitaba revivir la experiencia, y mucho menos con su hijo como protagonista.
Poco podía hacer, sin embargo, mientras permaneciera en ese estúpido templo fingiendo que investigaba. Tenía que encontrar pronto la forma de acceder al pergamino que quería el dichoso bárbaro que la había contratado. Por qué un bandido necesitaba un hechizo para abrir cerraduras era algo que se le escapaba, aunque se rumoreaba que estaba aliado con una hechicera y que alguien de su familia trabajaba para uno de los principales ladrones del país, así que podía tener sentido. 
En cualquier caso, no hacía preguntas: se limitaría a hacer el trabajo y a recibir a cambio la información que le permitiría liberarse de la bancarrota familiar. Ese monje marinero les había dejado en la ruina, pero no se daba por satisfecho y seguía acosando a la familia para que no fueran capaces de levantar cabeza. Todo porque su padre, en una borrachera, desveló un secreto insignificante sobre él a las personas equivocadas. Que su padre hubiera muerto hacía años no había aplacado para nada su resentimiento.
Seguía con estos pensamientos cuando entró en su lugar de trabajo y lo encontró todo revuelto. Había una gran ausencia entre sus papeles: nada menos que las notas que recogían las pistas que tenía sobre el pergamino que necesitaba. Imaginaba quién podía haberlo hecho y corrió hacia la biblioteca, pero era demasiado tarde: el bibliotecario mayor y el sumo sacerdote la estaban esperando junto al sonriente acólito que le había tenido manía desde que entró.
-Dime quién eres de verdad y para quién trabajas si quieres que seamos benévolos contigo -dijo el sacerdote.
-No sé de qué me hablas -se hizo la loca, con la esperanza de que la creyeran a ella antes que a ese imbécil.
-Una druida no tiene ninguna necesidad de esto -dijo el bibliotecario, agitando un pergamino achacoso que llevaba en la mano. De pronto, toda la atención de Ludla se enfocó en ese objeto y esbozó una media sonrisa que pasó desapercibida al enfurecido anciano-. Si es que eres en realidad una druida.
-Oh, ya lo creo que lo soy -respondió ella con dulzura. 
Lo primero que había hecho cuando llegó al templo fue prepararse para una posible huida, dejando caer, aquí y allá, semillas que se colaban entre las grietas del suelo. En apenas unos segundos, esas plantas germinaron a la vez y levantaron las baldosas, lo que hizo caer a los tres y le puso muy fácil a Ludla la tarea de atarles con sus enredaderas. Una vez inmovilizados, se acercó al bibliotecario y le quitó el pergamino, tras lo cual se marchó del templo con rapidez y acudió al punto de encuentro, donde el bárbaro le contó lo que necesitaba saber:
-El padre del monje no murió en una dimensión demoniaca, sino en una celestial. Y entró en la mazmorra no porque escuchara a tu padre desvelar el secreto de su hijo, sino porque estaba convencido de que allí encontraría un objeto mágico que quería regalar al monje. Ludward Worik fue quien le contó que el objeto estaba ahí porque quería deshacerse de él.
Ludla asintió y se marchó sin despedirse. Tenía un monje al que encontrar y al que contar la verdad sobre la muerte de su progenitor. No le diría quién había sido el que había ocasionado la incursión a las mazmorras que le había costado la vida, sin embargo. Al menos, no hasta que hubiera reparado todo el daño que había causado a su familia y esta volviera a tener las mismas riquezas que antaño. Entre tanto, ella sería libre, por fin, de vigilar más de cerca a su hijo y evitar que se metiera en líos desde las sombras. Un precio muy bajo por robar un pergamino.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

jueves, 19 de enero de 2023

Viaje a Egipto: Philae, pueblo nubio

Philae

Por desgracia, la tarde después de la visita de Abu Simbel no fue tan buena, y no solo por el contraste. Yo tenía una chorrada de excursión a la presa de Asuán que agradecí que me cambiaran a la del resto del grupo, en el templo de Philae. Es un templo erigido en la isla donde Isis se refugió para recomponer a Osiris, aunque no está en su ubicación original por la construcción de la presa de Asuán. Fue en su tiempo muy importante, ya que muchos pueblos peregrinaban hasta él, y fue de lo que más aguantó antes de que eliminaran definitivamente el culto.
Por desgracia, nuestro guía maniobró para que pagáramos todos 15€ más en el espectáculo nocturno inmersivo de luz y sonido. 
Pintaba bien, pero la ejecución era un desastre, como un vídeo documental para niños de primaria de los años 60 del año pasado. No tenían contenido suficiente para una hora y era infumable, además, tenían cuatro luces y apenas se podía hacer fotos, por no hablar de lo masificado que estaba. Entre el sueño que tenía por el madrugón y las ganas de cenar, estaba entre caerme de sueño o reír por lo cutre que era. 
Además, antes de la visita al templo nos colaron una visita a un centro donde hacían aromas, pura venta, donde el aire acondicionado estaba a tope y nos dieron un zumo que me sentó fatal, así que había salido de ahí descompuesta y resfriada. Desde ese día, más resfriada y con la tripa más revuelta cada día...

Interior del templo de Philae y pueblo nubio
Interior del templo de Philae y pueblo nubio
Visita al pueblo nubio

El último día en Asuán, en el programa, no ponía nada, ya que era todo traslados. Pero por supuesto había una excursión opcional antes de irnos al aeropuerto, que consistía en una visita a un pueblo nubio. 
Al principio, paseamos en una faluca (esto sí estaba incluido, aunque para el día anterior), donde vendían algunos productos típicos africanos y cantaron canciones tradicionales, haciéndome salir a bailar (qué vergüenza). 
Luego, pasamos a una motora y avanzamos hasta una playa donde mojé los pies en el Nilo (no llevaba bañador y, de todas formas, no quería ir mojada el resto de la excursión). 
Después, fuimos al pueblo, muy diferente de lo que habíamos visto hasta el momento. Entramos a una casa de una familia nubia, donde también vendían souvenirs y nos dieron pan típico con queso, miel de melaza y una especie de turrón, té de menta y agua. Además, hacían tatuajes de henna, aunque no me arriesgué porque tengo la piel delicada y no quería una reacción alérgica. 
Tras la visita a la casa, fuimos a una escuela, donde nos enseñaron el abecedario árabe y los números en árabe y nubio, además, escribieron nuestros nombres en la pizarra. 
Acabada la visita volvimos al barco a comer: eran las 12, pero nuestro autobús venía a las 12,30 en el aeropuerto. Al menos, esa era la teoría, se retrasó hasta las 14 y llegamos al aeropuerto con el tiempo justo para embarcar. En destino también hubo mucha confusión con los hoteles y fue una paliza.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural

miércoles, 11 de enero de 2023

Relato: Un poco de autocontrol

Otro lanzamiento de dados, aquí salgo en directo:

Un poco de autocontrol

Jairo no tenía ningún autocontrol, motivo por el cual su vida era un desastre. Matarse en el gimnasio no servía de nada, porque nada más salir pasaba por delante de la hamburguesería y se ponía ciego, así que su salud era cada vez peor. Le habían despedido de varios trabajos porque no era capaz de callarse lo que pensaba sobre su jefe, y todos sus problemas con sus parejas eran también por eso: por ser incapaz de callar, por no controlar sus arrebatos. 
Tampoco tenía muchos amigos debido a su excesiva espontaneidad, y los pocos que le quedaban casi no le invitaban a las fiestas porque, por muy comedidos que fueran los invitados, él se ponía a hablar, comer y beber como si no hubiera un mañana, incluso se ponía a bailar sin venir a cuento solo porque le gustaba una canción. Una vez, incluso rompió un jarrón con su desenfreno. 
Por eso era tan importante esa moneda que había encontrado: porque había decidido que iba a encaminar todos sus esfuerzos a controlar el impulso de gastarla antes de que acabara su pequeña excursión (otro impulso) a un pueblo perdido de la sierra. Lo consiguió en la gasolinera, pero solo porque en la línea de cajas no había nada que le llamara la atención. Lo consiguió cuando pasó por delante del pozo de los deseos, pero solo porque no creía en esas cosas. Y estaba a punto de conseguirlo en el restaurante, pero entonces salió por la zona del bar y escuchó el tentador sonido de esa máquina tragaperras. 
Antes de querer darse cuenta, la moneda estaba dentro de la máquina y se quedó a una fruta de hacer línea. Entonces sacó un billete de la cartera y lo metió, luego otro, y otro, obsesionado con el gran premio que siempre se le escapaba por poco. De vez en cuando recuperaba algo, pero luego lo volvía a gastar, hasta que se quedó sin dinero en la cartera y se marchó del restaurante con una frustración sin saciar.
Mientras volvía a casa, toda su fijación era encontrar otra máquina y conseguir vencerla. Internamente, sabía que no debía, que era ridículo, pero su autocontrol, ya hemos dicho, no era muy bueno. Incluso cuando consiguió el gran premio de una de las máquinas, se obsesionó con seguir jugando y recuperar todo lo que había perdido en ellas.
Cuando perdió lo poco que le quedaba, se lió a golpes con la máquina, maldiciendo el día en que encontró la moneda. Luego, cuando el camarero intentó detenerle, se lió a golpes con él, maldiciéndole por no detenerle. Cuando llegó la policía, huyó de allí hasta que quedó sin aliento y entonces, solo entonces, se dio cuenta de que el único culpable era él mismo y su nulo autocontrol. Así pues, cedió a su último impulso, se acercó al puente más cercano y saltó.
*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural
Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

domingo, 1 de enero de 2023

Retos literarios 2023

 Con este nuevo año, toca buscar nuevos retos literarios. Los del año pasado del reto 1, como había anticipado, porque había de sobra, no los acabé del todo. Así que seguiré con los que quedan este año. Hay unos cuantos, así que tengo margen, y más ahora, que publico un relato cada dos semanas en vez de cada dos. También complementaré con las portadas prediseñadas que me quedan, el reto de lanzamiento de datos y con un nuevo juego de retos literarios que os voy a mostrar ^^.

Reto 1 heredado del reto del año pasado

  1. Escribe un cuento en el que tu protagonista vea el cielo por primera vez. Resultado: El primer cielo
  2. -La personalidad de tu protagonista es la de un gato. Crea un relato sobre su vida en sociedad.
  3. -Un relato con transparente, sueño y melífluo
  4. -Inventa un cuento en primera persona sobre alguien que observa a otra persona. Intenta que sea lo más subjetivo posible.
  5. Utiliza las palabras «quebrar», «óleo» y «extinción» en tu relato.
  6. Inventa una historia de amor que, antes del primer beso, se ve interrumpida por el fin del mundo.
  7. Narra la batalla entre una maga que domina la electricidad y otra que invoca demonios.
  8. Relata una historia de amor a distancia.
  9. Un relato con nacer, epidemia y crear
  10. Mezcla en una misma narración a un duende volador, una medusa fantasma y un elemental de hielo y fuego.
  11. Plantea cómo sería una historia de amor que suceda dentro de un videojuego.
  12. Crea un relato protagonizado por una abuela con superpoderes.
  13. Un relato con aniversario, robot y barriga
  14. Escribe una historia protagonizada por una bandolera ligona.
  15. Escribe una historia en la que el protagonista es un cadáver que habla, pero no se puede mover.
  16. Un relato con buho, oscuridad y ahogarse 

Reto 2: Portadas prediseñadas

Hasta que me quede sin ellas, que ya no hay muchas. Es lo de siempre, basándome en la ilustración y el título que elegí en su momento, un relato.

 Resultados del reto 2

Portada del relato corto El vuelo del pegaso
Portada del relato corto El vuelo del pegaso
Portada para el relato La espada de runas
Portada para el relato El guerrero de las sombras
 

Reto 3: Lanzamientos de dados

Este tampoco podía faltar, dada mi ingente colección de dados... Lo de siempre, me grabaré en vídeo mientras los lanzo y luego haré un relato corto basado en lo que salga.

 Resultados del reto 3

(algunos lanzamientos de dados aparecerán antes de que el relato esté publicado, porque grabo los vídeos y los programo con bastante antelación)  

Dados para el relato Un poco de autocontrol
Dados del relato corto Un héroe
Portada para el relato Los buenos burócratas
Los buenos burócratas
Un modo de localizarla

 Reto 4: Cartas Fatum

Juego de cartas Fatum
En mi último cumpleaños, un amigo me regaló la baraja básica de Fatum junto con la expansión de seres mitológicos. Es un juego de cartas que te permite crear tus propios personajes, con todo su bagaje, motivaciones y relaciones. No suelo tener problemas para montar mis personajes, pero me encantan los retos.
Hay dos formas de usar las cartas:
  • Para montar los personajes
  • Para generar también hilos argumentales, así que son complemento perfecto a los retos literarios.

Intentaré usar una mezcla de todas para ver qué sale de todo eso. Hay un montón de expansiones guays (steampunk, ciencia ficción, caminos épicos, punk gótico y una baraja de mitos oscuros) y probablemente caiga la de ciencia ficción ^^.

Resultados del reto 4

*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*:–☆–:*
¿No quieres perderte más entradas como esta?
Entra en deborahfmunoz.com para leer más relatos, viajes y contenido cultural