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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

jueves, 27 de julio de 2017

Relato breve romántico: El descanso de la comida (vcmr)

Este es el segundo relato corto de los que organicé con las palabras que recibí en el último Vuestras consignas, mi relato. Podéis leer los anteriores y descubrir qué relatos me faltan por hacer aquí. El relato que tengo que hacer hoy debe contener las palabras diario, trabajo y comida.

 El descanso de la comida

Para Raquel, el descanso de la comida era lo mejor del día. En esa escasa hora en la que interrumpían el trabajo para comer, todos los compañeros se juntaban en el comedor y charlaban mientras devoraban sus platos. Y, por algún milagro, Alex siempre se sentaba a su lado, lo que permitía que Raquel, cuando la conversación decaía, pudiera interrogarle para hacerse una idea más precisa de cómo era la vida de ese hombre que la volvía loca.
«Vendría a trabajar a diario solo por estos momentos en los que descubro algo más sobre él», pensaba siempre que sonsacaba un dato interesante a ese padre soltero tan cotizado por las mujeres de la oficina. No obstante, más allá de responder a sus preguntas, no parecía prestarle mucha  atención, ni correspondía a su interés.
Todo cambió el día en que tuvo que llevar a su hija al médico y, con las prisas, metió en su tartera el táper que había preparado a la niña para el almuerzo. Eso no debía ser un problema, porque la pequeña siempre comía lo mismo que su madre, pero desde hacía un tiempo se había apuntado a la moda de organizar la comida en forma de dibujitos y monigotes para hacerla más atractiva a los ojos de su hija. Cuando abrió el táper y se encontró con la escena de osos de peluche que había creado con tanto esmero para la niña, casi se le cayó la cara de vergüenza, tanto más al ver Álex la decoración y alzar una ceja, interrogante.
Azorada, comenzó a explicarle la confusión; que tenía que prepararle así la comida a su hija porque era de muy mal comer. No obstante, para su sorpresa, él la escuchó con atención y le explicó que su hijo tenía también problemas para comer algunos platos, como las verduras, y que la idea le parecía estupenda. Gracias a eso, Raquel pasó la hora de comer explicándole dónde encontraba las ideas y pequeños trucos para hacer las creaciones con mayor rapidez, e incluso se ofreció a enseñarle a preparar algunos de los platos más complicados.
Poco a poco, las ideas de decoración de platos se convirtieron en un tema habitual entre ellos, y no tardaron en empezar a hablar de sus hijos y de otros temas en común que iban descubriendo poco a poco. Y al fin, tras unos meses en los que fueron ahondando cada vez más en su relación, las horas de la comida dejaron de ser lo mejor del día, porque empezaron a vivir juntos y podían compartir muchos otros momentos... sin los compañeros alrededor.

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martes, 25 de julio de 2017

Pregunta lo que quieras: brújulas, mapas y redes sociales

¡Ahí va el último vídeo respondiendo a vuestras preguntas! ¿Tenéis alguna más? ¡Preguntad lo que queráis a través de cualquier medio!
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jueves, 20 de julio de 2017

Relato breve: Karma

Este es el primer relato corto de los que organicé la semana pasada con las palabras que me disteis. Os recuerdo que eran gominola, escarcha y repuesto.

Karma

El día empezó mal para Tom: se había quedado sin plaza de garaje por una pequeña inundación y el coche estaba a la intemperie, así que le tocó quitar la escarcha raspando el cristal. Como si no fuera ya lo bastante tarde, se le pinchó una rueda y no fue capaz de poner la de repuesto, así que tuvo que llamar al trabajo para decir que no llegaba a la reunión y que se retrasara un par de horas la firma del contrato. No obstante, le daba demasiada vergüenza decir que no podía estar a tiempo por no saber cambiar un neumático, así que puso una forzada excusa sobre una nueva documentación que había encontrado y podía afectar al contrato.
—Maldito karma —gruñó mientras buscaba el teléfono de un taxi.
Justo entonces, una buena samaritana, que llevaba a sus niños al colegio, se detuvo a ayudarle y la observó cambiar la rueda con eficiencia mientras los pequeños, que habían salido del coche, jugaban a lanzarse bolas de nieve. Una de ellas le dio en plena cara y, tras regañarles su madre, los niños se disculparon y le dieron una bolsa de chuches como compensación.
Cuando por fin pudo ponerse en marcha, tras agradecer con profusión a la mujer su ayuda, corrió al trabajo, preocupado por cómo reaccionaría su jefe por no haber estado para firmar el contrato con unos clientes tan importantes. Llegó con gran retraso y la cara inflamada, como si le hubieran dado un puñetazo, en el lugar donde le había dado la dichosa bola de nieve. No obstante, su jefe, en vez de echarle la bronca del siglo, le abrazó y le agradeció el retraso.
—¿Cómo diablos sabías que estaban al borde de la quiebra técnica? ¡Menos mal que lo has retrasado y que no hemos firmado con ellos, o nos habrían arrastrado al desastre!
Tom disimuló como pudo la sorpresa y fingió saber de lo que le estaba hablando. Poco a poco se fue enterando de todo: habían concertado la firma a primera hora porque hasta media mañana no se iba a dar la noticia de su mala situación económica, así que retrasar la reunión les había dado tiempo para enterarse y detener la operación a tiempo.
Un rato después, tras ser tratado como un héroe por todos sus compañeros (que pensaban que se había hecho el moratón en el ojo por meter las narices en los asuntos de los que les iban a estafar), se encerró en su despacho y suspiró aliviado. Luego, sacó una gominola de la bolsa que le había dado el niño y la saboreó mientras pensaba en el karma y  se prometía no dudar más de él.

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jueves, 13 de julio de 2017

Relato de fantasía: El adefesio

Otro de los relatos cortos con palabras olvidadas, esta vez adefesio (Persona o cosa ridícula, extravagante o muy fea) y alboroto (Vocerío o estrépito causado por una o varias personas).

El adefesio

palabras olvidadas: adefesio y alboroto
Palabras diseñadas por @robertusopo y @tabasri, y @amanero
Cuando el adefesio apareció en el pueblo, la primera reacción de sus habitantes fue de pánico y se montó un terrible alboroto. Luego, cuando vieron que era un tipo tranquilo e inocentón, se preguntaron cómo sacar partido a su monstruosa fealdad.
Decidieron utilizarle para luchar contra los bandidos que tenían su base en las montañas cercanas y, luego, para ahuyentar a los recaudadores de impuestos. Después de eso se dieron cuenta de que ya no les servía para nada y, como nadie quería trabajar con semejante engendro, pues su mera visión les repugnaba, le pidieron amablemente que se fuera.
Por desgracia para ellos, el adefesio había aprendido algo de su estancia en el pueblo: a luchar, a intimidar y a valerse de la fuerza para conseguir lo que quería. Así pues, cuando vio que no podría quedarse por las buenas y que todos eran unos desagradecidos, tomó lo que quiso por las malas.
Vivieron unos cuantos años bajo su yugo hasta que el rey, que se jactaba de ser un magnífico cazador, fue en busca del monstruo y le abatió. Luego, tras inflar su ego con los halagos de los pueblerinos, se marchó dejando atrás a los recaudadores: ya no tenían excusa para no pagar, y los liberados tenían años de impuestos atrasados que abonar.

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domingo, 9 de julio de 2017

Organizando el reto Vuestras consignas, mi relato

Ya sabéis que el otro día pedí palabras para el reto Vuestras consignas, mi relato. Pues bien, por facebook recibí tantísimas que no puedo meterlas todas en un relato. Recibí estas palabras:
Raquel: gominola
Ainnita: Escarcha
Judith: Repuesto y diario
Valeria: Comida , trabajo, casa
Fernando: Ornitorrinco
Dama: Viento, cactus, parabólica y pingüino.
María: Suave, águila , plumas
Emma: linóleo
Ester: Eclipse, Juego, amor, aventura.
Mimi: Corazón de plástico azul
Cris: Trashumancia.
Margarita: Espejo
Rossiel: Imperecedero.
Laura: Esplendoroso/a
Adilen: deseo
Son 26 palabras en total, muy alejado de las 3-4 que necesito para hacer un relato de una página como mucho... así que voy a hacer dos relatos con tres palabras cada uno y otros cinco con cuatro palabras. ¡Tengo mucho trabajo por delante! No me voy a complicar y la selección de palabras será en orden, así que lo haré así:
Me pondré con ello, ¡estad atentos!

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jueves, 6 de julio de 2017

El bribón reformado, un relato breve

Un nuevo relato corto con palabras olvidadas. En este caso usé tres: allende (Más allá de), bribón (Pícaro, bellaco) y carajo (Para expresar sorpresa, contrariedad).

El bribón reformado

palabras olvidadas allende, bribón, carajo
Palabras diseñadas por @brunospagnuolo, @jcantero y @dvijil
Hace mucho tiempo, allende los siete mares, vivía un bribón al que solo le importaba su propio beneficio. Tenía una casa fantástica, llena de tesoros, muchos de los cuales había adquirido de manera ilícita, pero se las había arreglado para que nadie pudiera probar que él era el culpable. No obstante, eran tantas sus víctimas y ostentaba tanto con los bienes de los que se había apropiado que al final el pueblo se unió para darle una lección.
Un día desafortunado, el hombre salió de su casa para hacer una de sus correrías, pero una sombra misteriosa parecía seguirle y, como no quería testigos, no se arriesgó a dar el golpe. Así pues, tras dar varias vueltas en un intento de librarse de su perseguidor sin éxito, regresó a su morada decepcionado.
-Qué carajo -dijo cuando entró. No había absolutamente nada dentro: ni siquiera quedaban las cortinas.
Preguntó a todo el mundo, pero todos estaban en el ajo y nadie afirmó haber visto nada, aunque el hombre sospechaba lo ocurrido. Afortunadamente, pensaba, tenía un montón de cosas, las más valiosas, escondidas fuera de la casa. Pero eso también estaba a punto de cambiar porque, como no tenía comida, tuvo que ir a la taberna, donde le sirvieron un delicioso estofado que habían aderezado con suero de la verdad, gracias a lo cual desveló más de lo que debía. Por supuesto, nada más decirlo quiso poner a salvo sus tesoros, pero un cachiporrazo por la espalda le dejó inconsciente el tiempo suficiente para que los vecinos corrieran al escondite y lo vaciaran.
Cuando despertó y se vio sin nada, lloró de impotencia y juró vengarse, pero entonces el alcalde publicó un impuesto especial de obligado cumplimiento. Como no tenía con qué pagarlo, tuvo que entregar su casa y, dado que había una ley que impedía la indigencia, le echaron del pueblo.
El bribón, derrotado por el momento, vagabundeó por el mundo y en cada pueblo encontró a alguien que le diera comida, o cobijo, o vestimentas, sin recibir nada a cambio. Así pues, poco a poco fue perdiendo su rabia: ¿cómo iba a vengarse de quienes solo habían recuperado lo que era suyo? ¿Y cómo compensar a los que le ayudaban cuando no le quedaba nada?
Años después, cuando volvió al pueblo, nadie le reconoció. Se construyó una pequeña casita y vivió de su trabajo, compartiendo todo cuanto tenía con sus vecinos. Solo cuando le enterraron y vieron su documentación supieron que era el bribón al que habían dado una lección tanto tiempo atrás, pero había hecho tanto bien a todos en sus últimos años que le perdonaron y le lloraron como al que más.

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