La última vez que pedí palabras para el reto de
escritura creativa Vuestras consignas, mi relato, recibí 11 de Airin (Nieve), Dian (Vacío), Elisabet (frío), Fernando (diplodocus), Michelle (hambre), Alicia (leer), Ester (congelación), Pilar (libertad), Saggara (comida), Cristina (gracias) y María (café). Como son demasiadas para hacer un microrrelato, utilizaré las cuatro primeras (en orden) para un relato, las cuatro siguientes para otro y las otras cuatro para otro.
Así que el primer relato breve, con Nieve, Vacío, Frío y Diplodocus, es el siguiente:
Pequeños fósiles
Cuando empezó la carrera, lo hizo con la idea de que su trabajo consistiría en
desenterrar esqueletos de
diplodocus u otras grandes
criaturas extintas. No obstante, allí estaba, en medio de la nada, pasando
frío y haciendo agujeros en la
nieve para encontrar
pequeños fósiles que no le importaban a nadie. Se sentía
deprimido y aburrido, y ya no sabía qué hacer para llenar ese horrible
vacío de su existencia. Así pues, un día se rindió y
se dejó caer a uno de los agujeros abiertos: mejor no sentir que sentirse hueco.
Años después, un joven que no había empezado la carrera para buscar
pequeños fósiles, sino para desenterrar
grandes dinosaurios, estaba a punto de
morir de aburrimiento cuando encontró un
esqueleto humano. El descubrimiento, en vez de alterarle, le dio un poco de ánimo: por fin algo que
rompía la monotonía. Además, ahora que había descubierto algo grande, aunque no fuera lo esperado en un principio, quizás le encargaran tareas más interesantes.
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.