Este viaje a París era para mí muy especial porque es un homenaje a mis abuelos. Ellos siempre quisieron llevarnos a todos los nietos a Disneyland, pero nunca pudo ser. Así pues, cuando nuestros padres nos dieron una pequeña cantidad procedente de la herencia, tuve muy claro lo que hacer con el dinero: cumplir ese sueño, sin ellos presentes físicamente, pero sí en mi corazón.
La verdad sea dicha, aunque me gusta mucho Disney, odio ir a los parques de atracciones, así que cogí la entrada de un día y los dos parques. Ya os contaré qué tal. El caso es que el resto de los días los dediqué a visitar París.
Primer paseo por París
A pesar del madrugón, entre el avión, el transfer y la llegada al hotel, donde la habitación no estaba preparada, me dio la hora de comer. Me habían dicho que el barrio era chungo, y eso, unido a que el hotel era bastante cutre (ya hablo de eso más abajo), con una llave bastante mala, me dio mucha inseguridad.
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Primer paseo del viaje a París y dos puntos de interés del Barrio Latino |
Aun así, por la mañana no tiene por qué ser un mal barrio, así que me fui andando, dando un paseo bonito, hasta la
Catedral de Notre Dame. Bueno, antes pasé por la
Sainte Chapelle, pero había tanta cola y me quedaba tan poco para empezar el tour que no pude entrar. La cola de la catedral también era larga, así que, como quedaban apenas tres cuartos de hora y quería ver las cosas con calma (que no es precisamente barato subir a la azotea), me di una vuelta alrededor. Más adelante descubriría que la cola para entrar es larga pero no demora más de 10 minutos y que para subir arriba hay que hacerlo desde un lateral tras reservar hora en unos terminales que hay allí.
Cuando volví a la catedral, me encontré con la gente del free tour. Este era por el barrio latino, donde se establecieron los romanos, llamado así porque ahí estaba la Universidad de la Sorbona y se hablaba en latín. Vimos, entre otras cosas, la librería Shakespeare and Co, mítica porque en ella se vendían libros prohibidos en otros países, la fuente de Saint-Michel, el teatro Odeón, el museo de Cluny, que antes era la Abadía de Cluny y tiene al lado las termas romanas, varias iglesias... También vimos el Panteón de París y la Iglesia de San Etiene, que está enfrente y cuya historia es muy interesante. Lo que no pudimos ver por dentro fueron los Jardines de Luxemburgo, que desafortunadamente cierran ¡a las 16:30!
La verdad es que el tour me gustó bastante porque es un barrio con mucha historia además de bonito, así que os lo recomiendo.
París iluminado
Cuando acabó el free tour, mi idea era ir en
Batobus y ver las orillas del Sena de noche. Me habían dicho que era espectacular y que de día no merece la pena porque no luce nada. El problema es que el Batobus cierra pronto y el tour acabó tarde, con lo que no habría acabado el recorrido completo y a saber en qué estación me hubiera quedado tirada.
Por eso, finalmente renuncié a hacer el paseo en barco y decidí hacerlo a pie: me fui andando hasta la
Torre Eiffel, que es un largo paseo. De todos modos, hubiera visto lo mismo en el Batobus y así quemaba más calorías ^^. Además, ir andando me permitió ver las
pirámides del Louvre iluminadas. La verdad es que las orillas del Sena de noche son preciosas, pena que mi cámara sea tan mala en modo nocturno y las fotos que tiré no le hagan justicia. La
Torre Eiffel me gustó más de lo esperado, quizá por la iluminación, que le da un toque muy elegante. Al menos hasta que da la hora en punto y empieza un "briyi briyi" que queda bastante feo, como un árbol de Navidad al que le faltan luces parpadeantes.
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Viaje a París: nocturno: Pirámide del Louvre y Torre Eiffel iluminados |
Llegada a esta zona, google maps me avisó de que la línea de metro más cercana estaba cortada y tuve que dar un largo paseo hasta llegar a una estación desde la que poder volver al hotel. Como ya he dicho, me da mucha inseguridad el barrio y prefería no ir andando de noche (además, ya había caminado más que suficiente).
Consejos para viajar a París (1): los precios
París es cara. Más cara incluso que
Londres, hasta cuando comes de supermercado. Lo único relativamente barato (en comparación con otras ciudades) son los
souvenirs (y en según qué barrios: ni se te ocurra comprarlos frente a Notre Dame, un poco más allá, en el barrio Latino, tienen los mismos a mejor precio, también en Montmatre están más baratos o, si no te importa fomentar la economía sumergida, los manteros cercanos a la Torre Eiffel te los ofrecen aún más tirados de precio).
Las
entradas a monumentos son más caras que lo que dicen que valen las páginas oficiales si las compras presencial e individualmente (hay pases conjuntos a los museos y el transporte, como el Paris Pass, el Paris Visite o el París Passlib', pero todo está en valorar si compensa o no... yo solo con los tours ya tenía completos buena parte de los días y soy de las que prefiere ir andando a todas partes, así que no me merecía la pena).
Además,
cobran una tasa turística que no está incluida en el precio del hotel y que va por persona y día. Vamos que, si haces un presupuesto, lo incrementes un 20% para tener una estimación real de lo que vas a gastar.
Por cierto, para el que no sepa cómo funcionan los
free tours, aunque sean gratis lo suyo es darle al guía (especialmente si lo ha hecho bien) una
propina.
Por supuesto, puedes irte sin darles nada, pero esa gente se lo curra y
se merece una retribución, aunque sea simbólica si no puedes permitirte
mucho. Yo siempre les doy alrededor de 10€, en función de lo bien que
lo hagan (que casi siempre lo hacen bien) y de la duración del tour. Por
lo que veo, es más o menos lo que da todo el mundo, aunque algunos
llegan a 20€ o más.
(Si quieres leer más consejos para viajar a París, ¡estate atento a las próximas entradas!)
Sobre el Hotel Apollo Opera
Cuando te dicen que el hotel está en pleno centro, al lado del Moulin Rouge, piensas que es un chollo. Luego, cuando miras en internet y ves que está a 50 minutos andando del centro real, donde están los monumentos, te quedas un poco chafado. Pero lo peor es cuando la gente que conoces que ha visitado París te dice que es un barrio chungo. Y el chófer del tránsfer también. Recordemos que soy una mujer que viaja sola y al final acabé alojada en un barrio donde el 90% de los negocios son clubes de alterne, sexshops y locales de masajes eróticos.
Pero lo peor es el hotel en sí: un desastre. Desorganizado, a la entrada me hicieron esperar aunque ya era pasado el mediodía. Al recibir por fin mi llave, me encontré con una habitación que olía a matacucarachas (por suerte, con cucarachas no me topé) con tanta intensidad que tuve que abrir la ventana de par en par y dejarla abierta después de irme, aunque había pasado un tiempo en la habitación, porque el pestazo no se iba.
Eso tuvo una consecuencia y era que la habitación estaba congelada cuando volví. El aire acondicionado seguía siendo aire acondicionado, no calefacción, con lo que era casi imposible caldearla. Lo triste es que huele tanto a sótano y las tuberías del baño desprenden tal olor a cloaca que la única solución que tenía la de la limpieza para que no te tumbara el hedor al entrar era dejar la ventana abierta. Así que todos los días llegaba agotada de mi paseo por París y me encontraba en una habitación tan helada que ducharse era una invitación al refriado. Para colmo, la ducha apunta por encima de ti hacia la pared de enfrente, que está
fuera del plato, con lo cual la tienes que coger con la mano si quieres
que te dé el chorro... y no tiene término medio entre caliente y frío: o te abrasaba o salía helada. Por todo esto, tuve que lavarme por trozos, en el lavabo.
Además de ser pequeña, la habitación tiene una cerradura básica que se podría desencajar fácilmente con un empujón en la puerta. No olvidemos que está en un barrio chungo, motivo por el cual arrastré la pesada mesa y la nevera (que no funcionaba) para ponerlas delante de la puerta, por si acaso.
La limpieza tampoco era muy buena, había restos de pasta de dientes del inquilino anterior en el vaso. Y, cuando me fui, los restos de pasta seguían allí. Además, había ruido constante de cañerías.
Solo dos cosas no tan malas: la cama era vieja, aunque no estaba mal, y el desayuno era industrial pero, aunque solo tenía una cosa de cada, era bastante aceptable.
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