
Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia
viernes, 31 de mayo de 2013
miércoles, 29 de mayo de 2013
Relato: Reencuentro
Aprovechando que seguimos en el mes del ciberpunk, he hecho otro relato. En este caso, está ambientado en el mismo universo que Incursores de la noche, pero no tiene nada que ver con la historia en sí, ni con sus personajes.
Creo que el relato bien valdría para algo más largo, como una novela corta, pero me temo que de momento se va a quedar en este formato (es lo que tiene la falta de tiempo y tener muchos proyectos pendientes...).
Creo que el relato bien valdría para algo más largo, como una novela corta, pero me temo que de momento se va a quedar en este formato (es lo que tiene la falta de tiempo y tener muchos proyectos pendientes...).
Reencuentro
Carela
esperó a Sou tomando la mejor marca de zumo de frutas natural del
mercado. Después de años sin saber de su amigo de la infancia,
pensando que estaba muerto, se habían cruzado por casualidad el día
anterior. Sonrió cuando le vio aparecer, completamente atónita por
el cambio. Ni siquiera sabía cómo había reconocido en él al
muchacho escuálido y debilucho con el que había jugado en la sala
de control de su edificio cuando eran pequeños. Ahora era un hombre
fuerte, gracias, en parte, a los ciberimplantes, aunque quedaba claro
que estaba en forma. Su sonrisa, entre triste y sarcástica, era la
misma.
—Vaya.
Realmente tienen que irte bien las cosas, si bebes productos
naturales —dijo Sou, señalando el zumo.
—No me va
nada mal, no. ¿Y qué ha sido de ti en todos estos años?
—Buena
forma de no decir nada. ¿Por qué tengo que empezar yo?
—No fui yo
la que desapareció sin dejar rastro después de que su padrastro y
sus hermanastros fueran salvajemente asesinados.
—No. Tú
fuiste la que se quedó de niña de los recados en un burdel que fue
borrado del mapa por las fuerzas del orden de la burbuja. —Carela
soltó una carcajada, pero se quedó callada, mirándole fijamente—.
Oh, está bien. Di cobijo a uno de sus enemigos en el almacén donde
me obligaban a trabajar. Me regaló un arma como agradecimiento y,
cuando descubrieron mi supuesta traición e intentaron matarme a
palos, la usé para defenderme. Luego puede que me ensañara un poco
con sus cadáveres. El tipo lo vio todo y se hizo cargo de mí. Te
toca.
—Aguanté
fingiendo sumisión para que no me ataran el día de mi ascenso a
puta, rajé la garganta al primer cabrón que me alquiló y utilicé
su pda para dar aviso a las fuerzas del orden de la burbuja —explicó Carela, escuetamente.
—Así que
ahora eres una de sus soplonas —dijo él con tono acusador.
—¿Qué te
hace pensar eso?
—Vives
demasiado bien para ser una simple ciudadana sin corporación, y no
llevas el logo de ninguna empresa religiosa —apuntó Sou.
—Vale,
sigues siendo observador. Aunque siento decirte que te has
equivocado. No soy una soplona de las fuerzas del orden. —Carela jugueteó con el vaso y puso una sonrisa traviesa—. Soy una de
ellos.
—¿Y me lo
dices así, sin más?
—No soy
una de las que van de incógnito. Puedes consultar mi historial en la
base de datos pública —dijo orgullosa. No era para menos.
Generalmente, las fuerzas del orden las formaba gente de las
corporaciones religiosas, y solo unos pocos ciudadanos sin amparo
corporativo. De ese cuerpo de élite, solo unos pocos eran la cara
visible de esas fuerzas y se encargaban de las misiones más duras—.
¿Y tú? ¿Sigues con ese tipo?
—Bonita
forma indirecta de preguntarme si soy un criminal.
—Simple
curiosidad. Mis objetivos son siempre públicos y conocidos, por no
hablar de que no estoy de servicio y por tanto no tengo por qué
informar de nada, de modo que no tienes que preocuparte —le aseguró.
—Digamos
simplemente que no estoy en el sistema y que no suelo seguir sus
reglas.
—Entonces,
mientras no hagas algo tan gordo como para que te señalen como
objetivo mío, todo irá bien —sonrió, y Sou soltó una carcajada.
—No has
cambiado ni pizca.
—Tú
tampoco.
Ambos se
miraron fijamente un rato y luego continuaron hablando, como si nada.
No obstante, ninguno de ellos volvió a decir palabra sobre
criminales o fuerzas del orden, sabiendo que mientras no tocaran esos
temas podrían retomar su amistad donde la dejaron.
***
Días
después, Sou entrenaba en el gimnasio cuando su mentor irrumpió en
la sala.
—¿Qué
ocurre?
—Jargas ha
metido la pata y viene hacia aquí. Un agente público de las fuerzas
del orden le sigue. Yo me marcho, encárgate de todo.
—El muy
imbécil —gruñó Sou, dirigiéndose hacia sus hombres para
organizar la destrucción de todo cuanto pudiera ocasionarles
problemas. Para cuando Jargas apareció, disparando a lo loco y
abriéndose paso hasta el búnker antes de que pudieran
interceptarle, ya no quedaba nada que pudiera comprometerles. Poco
después apareció el agente en su aeromoto. Sou maldijo entre
dientes cuando se quitó el casco y reconoció a su amiga.
—A ti sí
que no te esperaba —gruñó ella, frunciendo el ceño.
—Ídem.
—Imagino
que sabrás cómo funciona esto... —suspiró Carela.
—Tendrás
nuestra completa colaboración, por supuesto. Aunque se ha encerrado
en el búnker y tendrás que tener paciencia —Sou señaló hacia la
puerta blindada, encogiéndose de hombros.
—¿Cuánto
tardaréis en abrirlo?
—Unos tres
cuartos de hora.
—De
acuerdo. Entre tanto, estoy obligada a hacer un registro rápido de
la propiedad.
—Lo sé.
Permíteme que te acompañe. —Ella asintió y Sou la condujo a la
primera puerta mientras daba las últimas órdenes—. Muchachos, ya
sabéis qué tenéis que hacer.
Ambos
recorrieron las dos primeras plantas la propiedad, las que legalmente
les pertenecían, y Carela liberó dos robots espía para que
recorrieran el resto de los ciento cincuenta pisos y avisaran si
notaban algo sospechoso. Quedaba claro que alguien se había dedicado
a eliminar todas las pruebas, pero ella solo tenía permiso para dar
caza a los objetivos públicos, no para interrogar o investigar, y lo
único que podía hacer era añadir en su informe ese tipo de
detalles.
—Ya he
visto todo lo que tenía que ver —dijo, algo molesta.
—¿Ya? Aún
tenemos un cuarto de hora largo hasta que abran el búnker.
—¿Para
que tengáis tiempo de llegar hasta mi presa antes que yo? No te
ofendas, pero no me parece buena idea.
—No somos
tan idiotas.
—No cuela.
—Bajaron de nuevo a la planta baja y observaron cómo los hombres
acababan de abrir el búnker. No obstante, el humo verde que salía
de la sala acorazada le indicó a Carela que no iba a conseguir a su
presa viva—. Maldita sea, Sou. Ahora recibiré un veinte por ciento
menos de la comisión.
—¿Por qué
me lo dices a mí? Yo he estado todo el rato contigo.
—Dile a tu
jefe que accionar las defensas contra intrusos sabiendo que son
prófugos y que un agente les persigue es un asesinato con el mayor
de los agravantes —le ignoró ella, cubriéndose adecuadamente y
tomando una muestra en un recipiente especial que en seguida confirmó
lo que sospechaba: el veneno estaba diseñado para ser letal, salvo
para tres ADN registrados.
—Es
posible que se haya activado automáticamente.
—Aun así,
todos esos mecanismos, a parte de ser ilegales, tienen sus códigos
de desactivación. Más os vale estar fuera de la ciudad antes de que
pasen tres horas.
—¿Nos?
—A no ser
que quieras quedarte para que te interroguen...
—No tengo
nada que ocultar —Sou se encogió de hombros con una sonrisilla—,
aunque los interrogatorios son desagradables. Mejor me voy hasta que
se demuestre la inocencia de mi jefe.
—Hasta que
unte los bolsillos de la gente apropiada, más bien.
—Lo que
sea. La cuestión es que ya no será asunto tuyo.
—No.
Aunque, como vuelva a hacerme perder parte de mi comisión, me cabrearé
de verdad y me lo tomaré como algo personal —respondió ella
secamente, mientras desplegaba un robot para que se encargara del
cadáver. Sou consideró la posibilidad de hacerle llegar el
equivalente de lo que había perdido, pero de inmediato supo que se
lo tomaría como una ofensa y lo dejó correr. Ya encontraría la
forma de compensarle la pérdida... cuando se volvieran a encontrar.
--------------------------------------------------------------------------------- Este relato está inspirado en el mundo donde se desarrollan Incursores de la noche e Incursores del ocaso. ¿Quieres saber más sobre las novelas?
sábado, 25 de mayo de 2013
Relato: En el muelle de san Blas
¿Por qué he puesto como título de esta entrada una canción de maná? Pues básicamente porque en eso consiste el proyecto de este mes en adictos a la escritura, en hacer un relato inspirado en una canción. Sí, ya sé que no es nuevo y que ya hicimos lo mismo hace tiempo (mi relato, Carretera solitaria, estaba basado en Boulevard of broken dreams, de Green Day) pero ya sabéis que el grupo oficial está cerrado, que todo es a través de facebook y que de eso hace tanto que la mayoría de los adictos de ahora no estaban en el grupo por entonces ^^.
Nada más. Sólo decir que lo suyo es que si no la conocéis escuchéis la canción antes del relato, más que nada porque si no, no entenderéis de qué va el tema.
En el muelle de san Blas
Nada más. Sólo decir que lo suyo es que si no la conocéis escuchéis la canción antes del relato, más que nada porque si no, no entenderéis de qué va el tema.
En el muelle de san Blas
Me levanto un día más,
un día igual que todos, y me digo que hoy por fin estarás aquí.
Una letanía que he repetido incontables días a lo largo de décadas,
cada día más desesperanzada que el anterior. No puedo hacer otra
cosa, no obstante, aunque bien sé que el peso de los años y la
soledad me han cambiado tanto que no sabrías reconocerme si mi deseo
se cumpliera y regresaras.
Muevo mis
huesos viejos y doloridos al muelle. El mismo sitio de siempre, la
misma pose de siempre, el mismo vestido de siempre. Odio estar aquí
tanto como temo no poder levantarme un día para cumplir con mi
ritual. O que la próxima vez que intenten encerrarme tengan éxito.
Porque prometí esperar, y de todos modos tampoco sé hacer otra
cosa.
Y ahí espero, como
siempre. Hace mucho que dejé de notar el frío o la lluvia y tampoco
me importan ahora. Pero mi cuerpo ya no es tan fuerte como mi
espíritu y noto cómo hoy se va apagando lentamente. Lo siento, pero
ya no puedo esperar más.
***
La transición es tan
suave que apenas la noto, pero a la vez repentina. De pronto ya no
duelen los huesos, ya no hace frío. Abro los ojos y todo parece más
brillante y hermoso. Tú estás frente a mí.
—Te esperé —te digo,
acusadora.
—Hubiera deseado que no
cumplieras tu promesa.
—Yo hubiera deseado que
cumplieras la tuya. O que no te hubieras embarcado.
—Volví. Sólo que no
podías verme —me mira intensamente, y veo en sus ojos cómo ha
esperado pacientemente a mi lado, todos estos años, observando con
impotencia cómo me consumía lentamente.
No puedo dejar de
perdonarle, porque todo da igual ya. Por fin estamos juntos, de modo
que nos damos de la mano y nos alejamos de este odioso muelle. No
creo que volvamos nunca.
Sigue a @DeborahFMu
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
miércoles, 22 de mayo de 2013
Mis firmas en la Feria del libro de Madrid
Sí, digo firmas, porque hay más de una... lo cual me hace mucha ilusión, porque cuando empezó el año ni siquiera había perspectivas de llegar a algo tan grande como la Feria del libro de Madrid...
La primera será la firma de 150 rosas el viernes 7 de 18:30 a 21 horas, Caseta 271, Alfaomega. Estaré con más autoras de la antología (os iré dando más detalles en cuanto los tenga... me acaban de llamar para confirmarlo).
La segunda me hace aún más ilusión, porque es sólo de mis libros: Atrapada en otra dimensión, Incursores de la noche y, posiblemente, Viajera interdimensional. Será el miércoles 12, de 18:30 a 20:30 horas, Caseta 87, Kirikú y la bruja.
La primera será la firma de 150 rosas el viernes 7 de 18:30 a 21 horas, Caseta 271, Alfaomega. Estaré con más autoras de la antología (os iré dando más detalles en cuanto los tenga... me acaban de llamar para confirmarlo).
La segunda me hace aún más ilusión, porque es sólo de mis libros: Atrapada en otra dimensión, Incursores de la noche y, posiblemente, Viajera interdimensional. Será el miércoles 12, de 18:30 a 20:30 horas, Caseta 87, Kirikú y la bruja.
No veáis el subidón que me ha dado cuando lo he visto en la web oficial... Para los que os lo estéis preguntando... sí. F. viene de Fernández :D |
martes, 21 de mayo de 2013
Cómo fue la presentación de Historias del dragón (parte de escritora)
(Para ver la crónica completa de la presentación y el concierto de Duendeliriun, podéis visitar este enlace en escriboleeo)
Allí estaba yo, en la cola de los autores, sin libro y sin acordarme muy bien de mi relato (yo soy así). Se respiraba muy buen rollo, lo cual me tranquilizó un poco, especialmente cuando alguien me prestó su libro para ver dónde estaba mi relato y por fin recordé cuál había mandado (es que... mando tantos... a tantos sitios distintos...).
Había que leer en voz alta (¿he dicho ya lo mal que se me da eso? Mi mente lee más rápido de lo que hablo y parezco una niña pequeña ¡a veces hasta digo palabras que no están!) y estaba un poquito nerviosa, pero al final todo salió más o menos bien (aunque me trabé y me confundí unas cuantas veces) y pude respirar tranquila.
Después me compré el libro y comenzamos a firmar los ejemplares. Fue un poco caótico y llegamos a un punto en que no sabíamos cuál era de quién, y una autora se fue sin firmarme. Además, habiendo leído el relato en voz alta no puedes recurrir al típico "Espero que te guste" (no se me da bien dedicar, tampoco)... por suerte, tengo a mi dragoncito.
Y hasta ahí la parte que incumbe a mi faceta de escritora. Podéis leer la crónica completa en este enlace.
viernes, 17 de mayo de 2013
Nunca tomes el pelo a un buen hacker - Relato inédito de Incursores de la noche
Como muchos sabéis, en mi blog de reseñas, escriboleeo, estoy haciendo el mes del ciberpunk. Y he pensado que no estaría de más que, además de reseñas de libros, estaría bien hacer algún relato del género. Y teniendo libros del género... era de esperar que me decantara por desarrollarlo en el mismo universo. Así que aquí tenéis un relato inédito de Incursores de la noche. ¡Que lo disfrutéis!
Nunca tomes el pelo a un buen hacker
PF se apartó un segundo
de su ordenador para estirarse un poco y se frotó los ojos, cansados
de estar tantas horas frente a la pantalla, en la que parpadeaba un
mensaje de reto para que se apuntara a una plataforma de juego
on-line.
El juego era de mecánica
sencilla: había que hacer competir a varias compañías religiosas,
similares a las reales. El jugador era asignado a una al azar y se
encargaba de piratear los sistemas de sus competidores, espiarles,
copiar sus patentes y a la vez defender a su propia empresa de dichos
ataques. Sería divertido de no ser porque nunca le habían gustado
las empresas religiosas y porque, aunque no se había logrado
demostrar, muchos habían desaparecido de la red misteriosamente tras
recibir la invitación, según los informes de numerosos hackers.
No obstante, un reto tan
descarado, que además entrañaba un misterio digno de su atención,
merecía una respuesta, aunque no iba a ser la que esperaban los
organizadores del juego. Cogió uno de sus ordenadores viejos, que
no usaba y había formateado hacía tiempo, creó una cuenta de
correo falsa, haciéndole llegar la invitación (que inmediatamente
después borró de su cuenta ordinaria), y pinchó en el link.
Tal y
como había imaginado, para jugar necesitaba instalar el programa en
su ordenador y dar datos sobre su localización. Creó una IP falsa
que hacía que pareciera que jugaba desde el otro lado del
continente y comenzó el juego. La empresa que le habían asignado le
resultaba sospechosamente familiar, aunque por supuesto no tenía
ningún nombre reconocible.
Traqueteando con su otro
ordenador mientras jugaba, confirmó sus sospechas rápidamente:
todos los jugadores, aunque se suponía que competían, en realidad
trabajaban para la misma empresa. Una empresa sospechosamente similar
a Futurmat, que en los últimos meses había logrado duplicar sus
activos y se vanagloriaba de tener el mejor sistema de protección
informático de la Tierra, casualmente desde la misma época en que
el juego había empezado a tener éxito. ¡Como que tenían a miles
jugadores, hackers de baja categoría en su mayor parte, haciendo su
trabajo sucio!
Tras contar sus sospechas
al grupo y organizar Ares la defensa de la base, PF comenzó a
sabotear a esos canallas desde dentro. Para cuando consiguieron darse
cuenta de lo que pasaba, la hacker ya había tumbado casi todos sus
antispyware y había comenzado a publicar todas las informaciones que
encontraba en la matriz pública.
La respuesta de Futurmat
no se hizo esperar: todos los jugadores comenzaron a rechazar el
ataque al unísono. No obstante, PF lo había estado esperando y se
había hecho fuerte con los recursos de la propia empresa a la que
estaba hackeando. A la par, comenzó a difundir la triquiñuela de la
compañía con su identidad habitual de internet.
Pocos minutos después
sonó la alarma del recinto. Habían desenmascarado su IP verdadera y
habían enviado un pequeño ejército. Lo que no esperaban era que su
aparentemente sencilla misión de matar a un hacker con las manos en
la masa iba a toparse con la bienvenida de un semielfo armado hasta
los dientes, un enano con un centenar de artilugios letales, un
sacerdote y un nigromante con unos cuantos no-muertos a su servicio,
todos ellos protegidos por una poderosa mentalista. Ni siquiera
pudieron informar de lo que iba mal antes de que acabaran con ellos.
Entre tanto, la noticia
del verdadero propósito del juego se difundió a gran velocidad y
poco a poco los propios jugadores se unieron a PF en su cruzada. Tres
horas después, todos los secretos de Futurmat habían quedado al
descubierto, a disposición de sus competidores, y los jugadores, por
seguridad, se habían encargado de borrar todos los datos del juego.
Sin embargo, los Incursores de la noche prefirieron ser previsores y,
anticipándose al acto de venganza que la empresa intentaría llevar
a cabo antes de ser absorbida, al acabar el día ya habían evacuado
la base.
-Estarás contenta,
hacker. Acabábamos de mudarnos -gruñó Roca, a mitad de camino de
su nuevo refugio.
-Que se lo hubieran
pensado antes de intentar tomarme el pelo. A saber a cuántos hackers
han matado con su pequeño ejército solo porque descubrieron el
pastel y no tenían amigos que les defendieran... Además, ¿hubieras
preferido que esos canallas se salieran con la suya? -se limitó a
preguntar PF. El enano soltó una carcajada y el resto del grupo
sonrió.
-¿Lo ves, princesa?
-susurró Ares a Kati al oído-. Nunca nos quedamos demasiado tiempo
en la misma guarida.
*********************Este relato está ambientado en los personajes y el mundo de Incursores de la noche e Incursores del ocaso. ¿Quieres saber más sobre las novelas?
martes, 14 de mayo de 2013
Cosas que motivan
Como ya sabéis, últimamente no hago más que publicar buenas noticias en el blog. Y es que poco a poco (pero sin pausa) parece que las cosas están avanzando. Pues bien, hoy hay otra buena noticia y es que ¡150 rosas se ha colado en el top 10 de romántica de la fnac! Que una antología en la que participas consiga ese puesto motiva un montón... Espero que las cosas sigan así de bien :D
EDITO: hoy (día 15) está en el puesto 8 :D
EDITO (2): Hoy, día 16, está en el puesto 7 ^^
Por cierto, este viernes es la presentación de Historias del dragón. Estoy impaciente por tener el libro en mis manos :)
EDITO (2): Hoy, día 16, está en el puesto 7 ^^
Por cierto, este viernes es la presentación de Historias del dragón. Estoy impaciente por tener el libro en mis manos :)
PD: ¿Habéis visto el booktrailer de Viajera interdimensional? ¿Qué os parece?
domingo, 12 de mayo de 2013
Viajera interdimensional ya tiene booktrailer
Ayer encontré una horita libre y me puse a hacerlo. Ha quedado bien (dentro de los límites de Movie maker), o al menos eso creo yo, pero, dado que no soy imparcial, me gustaría que me digáis si os ha gustado...
viernes, 10 de mayo de 2013
Relato: Amante prohibido
Sí, lo sé, hace mucho que no os traigo un relato, pero tengo mi último examen de la carrera la semana que viene y son como 160 páginas... Todo esquemas. Así que ando un tanto liadilla... y más con el lanzamiento de Viajera interdimensional (por cierto, llevan verificando los archivos de mi libro de prueba 3 días en la imprenta... y no puedo hacer el pedido hasta tenerlo en mis manos y ver si está todo correcto... de modo que para variar estoy en el aire...).
Pero bueno, recientemente se falló un concurso de relatos románticos y no hubo suerte, pero como me encantó cómo quedó mi relato os lo comparto. Esun poco mucho más largo de lo habitual (así compensa la carencia de relatos que ha habido últimamente... y la que posiblemente habrá con un motivo más alegre: la feria del libro de Madrid y el lanzamiento definitivo de Viajera interdimensional ^^).
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Pero bueno, recientemente se falló un concurso de relatos románticos y no hubo suerte, pero como me encantó cómo quedó mi relato os lo comparto. Es
Amante prohibido
Desde que ese ídolo
adolescente de pacotilla había manifestado públicamente que estaba
locamente enamorado de ella, la vida de Lara se había convertido en
un culebrón de esos que detestaba tanto. Por desgracia, al contrario
que lo que ocurría en la tele, no podía cambiar de canal.
El cantante/actor en
cuestión, de nombre Cameron, ni siquiera le gustaba. No es que fuera
feo, de hecho era la clase de tipo que conseguía enloquecer sus
hormonas cuando era adolescente. No obstante, ahora, con esa etapa de
su vida ampliamente superada, lo único que podía pensar de él era
que, a pesar de ser de su edad, tenía cara de yogurín.
Lo de yogurín, por otra
parte, no se limitaba a su rostro. Era uno de esos tíos que, por más
que lo intenten y se maten a hacer pesas, no pueden calificarse de
otra forma que escuchimizados. Sí, ni un gramo de grasa, pero los
músculos brillaban por su ausencia. Tampoco era de esas mujeres que
se pirran por los chulitos de gimnasio, eso era pasarse, pero ¡donde
estuviera una tableta de chocolate bien marcada, que se quitara el
palillo ese!
Además, si a la cara de
niño y el cuerpo enclenque le sumabas su indumentaria, propia de los
chiquillos que le seguían, y su incapacidad de hablar con nadie sin
meter una muletilla cutre e intentar encaminar la conversación a los
dos únicos temas de conversación que dominaba, es decir, él mismo
y sus propiedades, era comprensible que Lara pensara seriamente en
clavarle algo cada vez que le veía. Desde su famosa declaración, en
medio de un concierto televisado mundialmente, pensaba que el
apuñalamiento era una muerte demasiado piadosa para ese zoquete.
Había acudido allí sólo
porque, en un momento de poca lucidez, había regalado las entradas
con el pase al backstage (que a su vez le habían sido regaladas por
su jefe, el representante de Cameron) a su sobrina y su mejor amiga.
En ningún momento pensó que a su hermana no le daría la gana ir y
le tocaría acompañar a las dos mocosas al "día más
alucinante de su vida". Y alucinaron en colores cuando su ídolo
hizo subir a su aburrida acompañante al escenario para declararle su
amor con la que sin duda era la canción más pastelosa de la
historia de la música.
Lo único que impidió
que le rompiera su nariz de niño en medio del escenario fue que
estuvo en estado de shock. Sólo se liberó de la estupefacción
cuando pretendieron que le diera una respuesta ahí mismo. En ese
momento, sus mecanismos de supervivencia discotequeros, algo
oxidados, se pusieron en marcha y dijo:
—Lo siento, pero tengo
novio.
Por supuesto, si hubiera
estado más espabilada hubiera puesto otra excusa, como que era
lesbiana. Tanto el idiota del cantante como los medios de
comunicación consideraron que ningún novio estaba a la altura del
famoso del momento y que sólo se había negado por deferencia al
pobre infeliz, para romper con él oficialmente antes de empezar el
idilio con el hombre con que "toda chica sueña".
Desde ese día su vida se
había convertido en un circo. Al acoso del famoso memo y de los
medios de comunicación se había sumado una oleada de llamadas de
conocidos de los que apenas se acordaba y con los que nunca mantuvo
el contacto. Su sobrina la odiaba por quitarle sus esperanzas con el
cantante, pero intentaba por todos los medios pasar más tiempo con
ella con la esperanza de volver a coincidir con él. Y todo el mundo
preguntaba una y otra vez por el misterioso novio, que por supuesto
no existía más que en su imaginación.
La mitad de los hombres
que conocía habían pasado de ignorarla a asediarla, y había sido
atacada un par de veces por fans histéricas. Para colmo, su jefe,
que estaba al tanto de lo poco que le gustaba Cameron, había
insinuado veladamente que cualquier manifestación pública de su
disgusto provocaría su despido. Sin embargo, y era lo único bueno
de todo el asunto, su sueldo había aumentado sustancialmente, y la
habían hecho por fin fija. Claro que era un chantaje para que no
acudiera a los medios con historias, pero no se iba a quejar de eso.
Alguna compensación necesitaba. Por supuesto, no dijo a nadie que en
su vida iba a caer tan bajo de ir a la prensa rosa para nada. Ya les
odiaba antes de que todo el asunto estallara, pero ahora le daban
escalofríos cada vez que pensaba en ellos. Y cuando aparecían mejor
ni hablar.
Lo que más rabia le daba
era que sus esperanzas de salir con el hombre que realmente le
gustaba se habían quedado en nada. Porque ese hombre, el sexy
mánager de Cameron, no iba a arriesgar su carrera. De modo que todas
sus esperanzas de tener una noche de sexo apasionado con ese semental
se habían ido al garete. Meses de coqueteo tirados a la basura.
Sabía que le había
tenido en el bote (su erección no dejaba lugar a dudas) cuando se
puso su minifalda y comenzó a provocarle junto a la máquina de café
el día que se pasó por la oficina para ultimar algunos detalles con
su jefe. Por desgracia, sólo unas horas después empezó el infierno
y desde entonces, por más que intentaba captar su atención, él
fingía no darse cuenta de sus provocaciones y la rehuía.
Frustrada tras su última
intentona, se repantingó en su silla y lanzó por la ventana el
nuevo ramo de flores de su mesa, sin siquiera mirar la tarjeta. Poco
importaba que fuera del cantantucho o de otro de los imbéciles: las
flores no le gustaban y, para colmo, le daban alergia. Pero claro,
los chalados obsesivos no se molestan en comprobar esos detalles.
—¿Acabas de lanzar el
ramo por la ventana? Era el más caro, no sé por qué no te gusta.
Lara se encogió de
rabia, pero al instante se dio cuenta de que era la oportunidad de
poner al bobo en su sitio. No era un secreto en el trabajo que no le
soportaba, y no estaban los medios cerca para hacer público su
desplante.
—A ver, anormal.
¿Cuándo te va a entrar en la cabeza que ni todos los regalos
ridículos del mundo van a conseguir que me interese por ti?
—Ah, sabía que dirías
eso —el ídolo sonrió como en las portadas de sus discos y sacó
su guitarra—, por eso he venido preparado.
—¡Ni se te ocurra! Tu
mierda de música lo único que hará será empeorarlo. ¡Si yo soy
de rock duro, por el amor de Dios! Mi novio te da mil vueltas en
todo, ¿cómo te lo hago entender? Ni aunque fueras el último hombre
sobre la faz de la Tierra me gustarías. ¡Y tus putas flores me dan
alergia, joder, no paro de moquear desde que dijiste esa gilipollez
en el concierto porque me asedian con plantas a cada sitio que voy!
Déjame en paz de una santa vez, que tengo trabajo.
—Escucha, Cameron —dijo
entonces su mánager. Era gracioso, pero ni siquiera sabía su
nombre. Tenía mucho más morbo así. Lara se sintió excitada sólo
con su voz grave y se giró para apreciar mejor a ese dios entre los
hombres. Para cualquier otra mujer no era más que un hombre del
montón, pero a ella le encantaba su rudeza apenas contenida y su
nariz algo torcida. Sí, sin duda uno de los mayores motivos para
odiar al cantantucho era que la hubiera privado de las mieles de
saborear ese cuerpo de arriba a abajo—. ¿Por qué no te vas a casa
mientras yo cierro los acuerdos? —bajando la voz, pero no lo
suficiente para que Lara no lo escuchara—. A veces, con las mujeres
lo mejor es replantearse la estrategia, antes que insistir en lo
mismo.
—Cierto... Dime ¿crees
que le gustarán los bombones?
—No si los mandas tú.
Y déjame en paz de una maldita vez.
Por suerte, el cansino
tuvo el sentido común de marcharse y se quedó frente a frente con
el mánager cañón.
—Sería más fácil si
estuvieras loca por él. Se cansaría de ti en seguida, como siempre.
—Pero no le aguanto.
Así que más te vale encontrar otra forma de que me deje tranquila.
—¿Crees que me voy a
arriesgar a ponerme a malas con mi cliente sólo porque no le
aguantas? Lo siento, querida.
—No creo que tengas
elección —se enfadó ella—. Hoy mismo recibirá una notificación
amistosa de mi abogado pidiéndole amablemente que me deje tranquila.
Con notarios de por medio y todo. Si no para, no me quedará más
remedio que ponerle una demanda. Menuda imagen para el dulce y
encantador ídolo adolescente, obligar a la mujer de la que
supuestamente está enamorado a recurrir a esos extremos.
—No serás capaz. Tu
jefe no tardaría en despedirte.
—¿En serio? ¿Justo
después de interponer una demanda contra uno de sus clientes, que
seguro que gano porque todas las pruebas están a mi favor, y al poco
de hacerme fija? Quedaría como un proxeneta.
—Veo que lo tienes todo
calculado.
—No podréis decir,
ninguno de vosotros, que no lo he hecho por las buenas antes de
recurrir a medidas más extremas. No te haces una idea de lo infernal
que es mi vida desde lo del concierto.
—Veré qué puedo
hacer.
—No has llegado a tu
posición viendo qué puedes hacer. Hazlo.
Él soltó una carcajada
y entró en el despacho de su jefe, que llevaba esperando ya un rato.
***
Una semana después, su
situación había mejorado un poco, ya que aunque no se podía hacer
nada con los medios de comunicación, las fans, los cotillas y los
interesados, al menos no tenía que soportar al causante de todos sus
males. No obstante, el hecho de que alguien como él, incapaz de ir
al retrete sin tuitearlo, no hubiera publicado en ningún sitio que
iba a desistir en sus intentos de conquistarla era preocupante.
Sus sospechas se vieron
confirmadas cuando, acabada la jornada laboral, el mánager la
interceptó antes de que entrara en el ascensor.
—Te parecerá bonito
—dijo simplemente.
—Como no me des más
detalles... te aseguro que no tengo ni idea de qué me parecerá
bonito.
—Cameron, el ídolo pop
juvenil, lleva la última semana intentando componer rock duro para
complacerte.
Lara no pudo evitar
reírse a carcajadas al imaginarlo.
—Apuesto a que es mil
veces peor que componiendo esas ñoñerías. ¿Te le imaginas
intentando rocanrrolear en el escenario, con su carita de niño
bueno?
—Sí, me lo imagino
perfectamente. Y no me gusta en lo más mínimo —frunció el ceño—.
Escucha, acepta una cita con él. Inventaremos una historia o alguna
cosa para que no tengas ni que besarle y para predisponerle en tu
contra. Te aseguro que en cuanto vea que muestras interés se echará
para atrás.
—No.
—Puedo hablar con tu
novio. Te aseguro que llegaré a un acuerdo con él para que no se
sienta avergonzado si los medios os graban juntos.
—En primer lugar, no
tengo novio. En segundo lugar, aunque lo tuviera no tendría que
pedirle permiso para salir con quien me diera la gana. La cuestión
es que no me da la gana.
—¿Que no tienes novio?
—preguntó él pausadamente, en un tono difícil de interpretar.
—¿Algún problema con
eso? —él rodeó su cintura repentinamente y la atrajo hacia sí
para besarla. Atónita, Lara no pudo sino reaccionar devolviéndoselo,
aprovechando para recorrer su cuerpo y comprobar que era tan duro
como parecía—. ¿Y eso a qué ha venido?
—He pasado las últimas
semanas huyendo de ti porque pensaba que tenías pareja y que me
habías tomado el pelo con tu coqueteo. Estoy recuperando el tiempo
perdido.
—¿Y tu cliente?
—A la mierda con él.
Ella, completamente de
acuerdo, le besó con pasión, algo preocupada por si les veían. Por
suerte, el cuartito de mantenimiento estaba cerca y, casi
automáticamente, ambos comenzaron a moverse hasta entrar en él y
comenzar a quitarse ropa de encima.
Él fue trazando un
reguero de besos desde su mandíbula hasta su clavícula, mientras
Lara le provocaba con sus manos...
—Sí, Carmelita, como
te digo, mi nuera ha decidido redecorar toda la casa —se escuchó
entonces. Ambos se miraron y se quedaron muy quietos, reaccionando
justo a tiempo para evitar que la mujer de la limpieza pudiera abrir
la puerta bloqueándola con sus cuerpos semidesnudos—. Espera niña,
ahora te llamo, la puerta del cuartito no se abre y tengo que avisar
al de mantenimiento.
Lara cogió su móvil a
toda prisa y llamó al hombre, soplando cuando lo cogió. Se escuchó
entonces a la señora refunfuñar sobre que el de mantenimiento
siempre comunicaba y sus pasos se alejaron. Cuando consideraron que
no había peligro, ambos salieron algo apurados y se metieron en uno
de los despachos para vestirse convenientemente. Poco después de que
la mujer de la limpieza volviera, acompañada del conserje, ambos
salieron del despacho con total respetabilidad. No es que hiciera
falta, porque el cuarto de mantenimiento era de nuevo sede de
escarceos amorosos clandestinos, y la pareja no se dio cuenta de que
se metían en el ascensor.
Al llegar abajo salieron
al exterior y Lara comenzó a proferir maldiciones contra el paparazi
que había en la acera de enfrente.
—No creas que te vas a
librar tan fácilmente —dijo él, girándose para que fuera
imposible leerle los labios.
—¿Deduzco que no
quieres que nadie se entere? —respondió ella haciendo lo mismo, al
ver la mueca de su amante, soltó una carcajada—. ¡Es coña!
Además el secretismo le da más morbo.
—No lo dudo. Tendrás
noticias mías... pronto —prometió con voz seductora. Lara sintió
un poco de tembleque en las rodillas pero siguió con el juego.
—Eso espero, tío sexy.
Aunque es posible que si no te das prisa satisfaga mi calentón en
otra parte...
—No te vayas a dormir
muy pronto —se apresuró él a responder—. Esta misma noche
pasaré por tu casa.
Con una carcajada, ella
se giró sensualmente y se alejó contoneándose, sabiendo que iba a
pasar una noche memorable.
Sigue a @DeborahFMu
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
jueves, 9 de mayo de 2013
Portada y sinopsis de Viajera interdimensional
Después de todos los comentarios pidiendo continuación de Atrapada en otra dimensión me animé con la segunda parte. Estoy ultimando detalles y seguramente saldrá a finales de este mes o principios de junio. De momento, comparto con vosotros la portada y la sinopsis ^^

miércoles, 8 de mayo de 2013
Mi relato seleccionado en Mensajeros de Oz y preventa de Historias del dragón.
Pues sí, mi relato, La caja mágica, ha sido seleccionado para formar parte de la antología Mensajeros de Oz. Podéis ver quiénes son el resto de seleccionados aquí.
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Por otro lado, comentar que la antología benéfica Historias del dragón, en la que también hay un relato mío, ya está en preventa. Y que habrá una presentación el día 17. No estoy segura de si los autores estaremos presentando o no... pero dado que es en Fuenlabrada, allí me planto seguro (tengo examen ese día, pero es por la mañana, así que no habrá problema).
Iré dando más detalles según los conozca...
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Por otro lado, comentar que la antología benéfica Historias del dragón, en la que también hay un relato mío, ya está en preventa. Y que habrá una presentación el día 17. No estoy segura de si los autores estaremos presentando o no... pero dado que es en Fuenlabrada, allí me planto seguro (tengo examen ese día, pero es por la mañana, así que no habrá problema).
Iré dando más detalles según los conozca...
miércoles, 1 de mayo de 2013
Mis respuestas a vuestras preguntas: 2º video
Sí, el video que véis a continuación lo grabé a la par que el anterior, pero quería dejar algo de espacio entre uno y otro. Pero aquí está. Podéis seguir mandando preguntas por mail,
comentarios, redes sociales...
Por cierto, el audio es muy malo, pero mi ordenador no da para más. Subid el volumen o no escucharéis nada...
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