Esta vez, para Adictos a la escritura tocaba elegir dos personajes de una lista y que la temática fuera el aniversario en su sentido más amplio. Elegí dos al azar (salieron agente secreto y dragona) y ha salido una historia tan rara como los personajes.
Selly y la dragona
Selly Thompson, agente
secreto desde hacía más de veinte años, por fin logró acceder al
grupo de terroristas que habían demolido varios edificios milenarios. Había sido difícil encontrarles, ya que no habían
dejado ninguna pista, ni habían reivindicado los atentados, ni
tenían ninguna reclamación que hacer al gobierno, fuera política o
económica. No, para sorpresa de las autoridades, se habían dedicado
a volar por los aires los monumentos sin pedir nada y solo gracias a
unas borrosas imágenes habían conseguido localizar a uno de los
integrantes.
Selly no tuvo difícil ganarse la confianza de Dani
Creild, un tipo que, más que un terrorista, parecía el típico
empollón rarito que pasaba las horas muertas jugando al rol. Precisamente en una convención había entablado contacto con él y
consiguió ir metiéndose poco a poco en sus círculos, hasta que
finalmente habían decidido confiar en él lo suficiente para
desvelarle su secreto.
Selly fue conducido al
anochecer hacia los antiguos túneles de la ciudad, donde le guiaron
durante casi una hora hasta una gran sala en la que se apreciaba un
sello en el suelo. Una vez allí, Dani procedió a contarle cómo
hacía mil años la ciudad había estado regida por una dragona que
había sido dormida por unos magos que querían hacerse con el poder
de la misma. Ahora, en el aniversario de su entrada en trance, la
dragona despertaría gracias a la destrucción de puntos
estratégicos que bloqueaban el flujo del
ki. Eso despertaría a su señora y los muertos en los atentados
servían como sacrificio para ella. Solo quedaba una cosa por hacer
y era terminar de romper el encantamiento, para lo cual debían
verter su propia sangre sobre el sello.
Selly, que sabía que los
refuerzos no tardarían en llegar, no tuvo más remedio que seguir la
corriente a esos locos, cortarse la palma de la mano y dejar caer su
sangre como si realmente creyera que iba a ocurrir algo. Lo que nunca
hubiera imaginado fue que realmente pasaría lo que habían prometido: el suelo
empezó a temblar y todos tuvieron que retroceder hasta la puerta de
la entrada. Cuando la nube de polvo que se había formado se asentó,
el agente secreto se encontró frente a un enorme ojo amarillo. Lentamente condujo su mano hacia el lugar
donde había escondido su pistola, pero antes de que pudiera alcanzar
el arma la dragona le llenó la cara de humo, divertida, y de un
salto destrozó el techo y se perdió en la noche. Justo después
llegaron sus hombres y se encontraron a los fanáticos de rodillas en
el suelo y a Selly al borde del estado de shock.
-Llamad a todas las
unidades y al ejército -fue lo único que pudo decir. Evidentemente, sus
explicaciones carecían de logica y no fueron atendidas. Al menos, hasta que las líneas de
emergencia se colapsaron por las innumerables llamadas por el ataque
de un dragón.
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