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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

sábado, 12 de diciembre de 2020

Nuevos retos literarios 12/20-2021

Bueno, pues a pesar de las vacaciones y de habérmelo tomado con calma, aún no ha acabado el año y ya me he ventilado todos los retos literarios que me puse para 2020. Así que toca plantear otros nuevos he encontrado varias consignas con potencial (aparte de mantener algunos de los retos de años anteriores; tengo unos dados que me muero por estrenar). Me he basado sobre todo en una selección semialeatoria de los retos de 2020 de literup y de algunos que se han publicado en literautas
Esta vez hay consignas para mucho más de un año, así que no me pongo fecha para finalizarlos. Aunque, en función de lo que me inspire, puedo mezclar varias consignas y adelantar trabajo... Además, puede que vaya ampliando si encuentro otros retos o consignas que me hagan gracia. A finales del año que viene, limpiaré esta entrada y haré una nueva con los que no haya conseguido acabar más nuevos retos, y así sucesivamente. Los retos quedan así:

Reto 1 basado en las consignas de literup y literatutas

  1. Haz una historia sobre un baile multitudinario. Resultado: Un espía en un baile.
  2. Escribe un relato que contenga la frase “¿Me estás espiando?” y la palabra “Peregrino". Resultado: Artimañas
  3. La aracnofobia es un miedo muy común. Haz que tu protagonista la padezca. Resultado: La fobia del superhéroe.
  4. Escribe un relato con las palabras horizonte, retrato, pirata, candado y opinión Resultado: La novia desaparecida
  5. Tu relato debe ser space opera y hablar sobre una travesía por diferentes planetas. Resultado: Turistas espaciales:
  6. Escribe un relato que empiece por la frase: Juró que le escribiría todas las semanas Resultado: Un cambio de rumbo
  7. Escribe un relato en que aparezca un monstruo en un lugar inesperado. El hogar secreto del monstruo
  8. Tus personajes deben ir disfrazados durante todo el relato. El disfraz ¿in?correcto
  9. Escribe un relato distópico sobre un grupo de supervivientes a un apocalipsis causado por dioses hindúes.La semilla de la maldad
  10. Haz una historia sobre una primera cita en una pescadería. Cena cinco estrellas
  11. Escribe un relato que termine con la frase: supo que no iba a volver Resultado: Un cambio de rumbo
  12. Un personaje se despierta con una cicatriz enorme y no sabe cómo se la ha hecho. Haz que recupere sus recuerdos durante el relato hasta que al final descubra la verdad. Resultado:  La cicatriz
  13. Escribe un relato que contenga carretera, tacaño y calor Resultado: Identidades.
  14. Tu protagonista es una guerrera entrenada desde pequeña, pero ha descubierto que quiere cambiar de vida. Resultado:  La cicatriz
  15. Escribe un relato sobre un personaje que ha cambiado de identidad y que añora su antigua vida. Resultado: Identidades.
  16. Haz que tu relato termine con “No había nada más que pudiéramos hacer”.Resultado: La fiebre
  17. Escribe un relato en el que la tierra sea un elemento muy relevante de la historia. Resultado: Un pozo miserable en el desierto
  18. Escribe un relato que empiece por “El robot había empezado a espiarlos” Resultado: Una vida un poco más analógica
  19. Escribe un relato en el que uno de los personajes esté durmiendo todo el tiempo. Resultado: Un guante perdido en una mañana resacosa
  20. Haz una historia en la que el incidente desencadenante sea un guante perdido. Resultado: Un guante perdido en una mañana resacosa
  21. Escribe un relato que contenga las palabras: astronauta, galaxia, nubes, armario y uvas  Resultado: La oficina de al lado
  22. Escribe un relato que tenga lugar en una oficina muy muy aburrida Resultado: La oficina de al lado
  23. Haz una historia sobre una llamada que sale muy mal Resultado: Secuestro fallido
  24. Escribe un relato que contenga las palabras montaña, nieve, payaso, almacén y soledad Resultado: Secuestro fallido
  25. Utiliza las palabras “bombona”, “afilador” y “revuelta” en tu relato. Resultado: La venganza es un plato dulce
  26. Usa un narrador en segunda persona para la historia de un personaje que ha sido maldito. Resultado: La venganza es un plato dulce
  27. Escribe un relato que contenga: no creía en la mala suerte, pero... Cena cinco estrellas
  28. Escribe un relato en que aparezcan dos personajes sentados en un puente y añade las palabras luna, cumpleaños y cueva  Resultado: Soltando lastre
  29. xxx Escribe un relato que ocurra en luna nueva y que este hecho tenga consecuencias para la trama. 
  30. Escribe un relato que contenga las palabras Balneario, cuesta, fotógrafo, monólogo y tierra Resultado: Soltando lastre 
  31. Haz un relato en el que se intercale una cuenta atrás desde diez. Resultado: Soltando lastre
  32. Escribe un relato policíaco que empiece con “No veía a nadie más. Creí que estaba sola”.
  33. Escribe un relato en clave de humor sobre un villano que intenta planear el fin del mundo, pero su gato no le deja
  34. Mezcla en el mismo relato a Bigfoot, el hada de los dientes y un cabrero. 
  35. Escribe un relato que contenga la frase: se escuchó una risa en el piso de abajo 
  36. Un relato con las palabras planeta, camaleón y lágrima

Reto 2: Portadas prediseñadas

No sé cuántas me quedan, pero no son muchas... Hasta que me quede sin ellas, vamos. Es lo de siempre, basándome en la ilustración y el título que elegí en su momento, un relato.

 Resultados del reto 2

(algunas portadas aparecerán antes de que el relato esté publicado, porque programo con bastante antelación)
Portada del relato corto Luz eterna
Portada del relato corto El mago
Portada del relato corto Lucha desigual
Portada del relato corto El luchador más fuerte
Portada del relato corto Un descanso en el camino
Portada del relato corto Un mundo de agua
Portada del relato corto Empieza el show
Portada del relato corto Juego peligroso

 Reto 3: Lanzamientos de dados

Este tampoco podía faltar, dada mi ingente colección de dados... Lo de siempre, me grabaré en vídeo mientras los lanzo y luego haré un relato corto basado en lo que salga.

 Resultados del reto 3

(algunos lanzamientos de dados aparecerán antes de que el relato esté publicado, porque grabo los vídeos y los programo con bastante antelación)
Lanzamiento de dados para el relato 2

Lanzamiento de dados para el relato 3
Dados que inspiran un relato corto 
 




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martes, 17 de noviembre de 2020

El guerrero, relato de fantasía

portada del relato corto de fantasía El guerrero
El guerrero que había contratado el rey para proteger a la princesa tenía una pinta soberbia. Con su rostro de herencia élfica, sus ojos tan claros que parecían blancos y su inmensa espada de runas, sin duda era la clase de hombre con el que todas las mujeres soñaban. Y eso era precisamente lo que buscaba el rey, que su niña se interesara por alguien y dejara su estado de soltería. Los cortesanos no llamaban su atención, pero se había dado cuenta de que sus ojos sí que se detenían en los hombres de armas, así que bien valía la pena el intento.
La princesa, sin embargo, no cedió a sus encantos como el resto de las damas de la corte. Mientras que las demás solo veían sus bellos rasgos, ella reparó en que sus brazos no eran lo bastante musculosos y en que su pose al empuñar la espada estaba basada en la fachada y no en la practicidad. Y es que entendía bastante de esas cosas, porque sus ojos se detenían en los hombres de armas no por los hombres, sino por las armas. 
Por eso, cuando él escuchó ruidos sospechosos en su cuarto y entró sin llamar, la princesa, que se estaba disfrazando de muchacho de clase baja para escaparse del palacio y pasar un buen rato en los barrios bajos, le dio una terrible paliza que le dejó inconsciente.
-Lo que te decía. Un tirillas pretencioso, pura fachada -le dijo a su dama de compañía y amante, que la iba a acompañar en sus correrías nocturnas. Luego, cogió la espada, tan liviana como inútil en el combate, y sonrió-. Pero tanto postureo me da una idea... 
Días después, tras haber expulsado de la corte al inútil guerrero con rostro élfico, que había sido incapaz de evitar que secuestraran a la dama de compañía de su hija en sus aposentos, el rey hizo un nuevo intento. Esta vez, el guerrero era de fiar. Había rescatado a la dama, que había mandado una carta alabando su habilidad, aunque no le acompañaba porque quería recuperarse de la terrible experiencia.
Este joven, de facciones sin reminiscencias élficas pero tan hermosas que parecían femeninas, sí que pareció llamar la atención de su hija, que no tardó en enamorarse de él y aceptar su mano. Pronto, intercambiaron sus votos ante los dioses y, solo cuando el matrimonio ya era algo irrompible y contaba con la aprobación divina, la joven dama de compañía se deshizo de su disfraz. 
Y así fue como el pequeño reino se hizo famoso por tener dos reinas, aunque esa pequeña anécdota no tardó en perder peso en favor de las hazañas bélicas que protagonizaron, convirtiendo un pequeño reino en un imperio que hoy dura ya más de cien años.   
  

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sábado, 3 de octubre de 2020

Escapada a Cuenca

Cuenca es un lugar que tenía pendiente de visitar desde hacía bastante tiempo. Está cerca de Madrid y todo el mundo me decía que es muy bonita. Coincido con ellos, es una ciudad preciosa y con mucha historia, así que me alegro de que, de todas las posibles escapadas que podíamos hacer, optáramos por esa al final.

Cuenca monumental con Cuenca viajes

Lo primero que hicimos fue contratar un tour por el casco histórico, porque, como ya he dicho en muchas ocasiones, visitar una ciudad tiene más encanto si alguien te cuenta cosas interesantes sobre lo que estás viendo. El tour estuvo muy bien, el guía lo hizo genial, fue muy divertido e informativo. Empezaba en la Plaza Mayor, junto al Ayuntamiento, donde nos hablaron de los orígenes de la ciudad y su evolución.
Luego, entramos a un convento donde las monjas, completamente cubiertas de blanco, rezan veinticuatro horas diarias, tras lo cual fuimos a la Plaza de la Merced, donde podemos encontrar unas cuantas fachadas barrocas interesantes y el Museo de Ciencias, que contiene un gigantesco aljibe. Luego nos metimos por la calle que rodea el inmenso Seminario de San Julián, vimos la Torre de la Mangana (nos mostraron varias fotos de sus sucesivas reformas) y el (feo) monumento a la Constitución. Seguimos por la judería (señalándosenos varios puntos de interés) y los restos de muralla hasta los rascacielos. Fueron las viviendas más altas de Europa en el s. XVI y aún hoy es impresionante lo altos que son, haciéndose varios pisos por encima del nivel del suelo y varios pisos por debajo, llegando a las doce plantas. También nos dejaron entrar en la planta -7 de uno de ellos y, sorprendentemente, no me pareció tan claustofóbico. 
Escapada a Cuenca: panorámica de la ciudad con las casas colgadas, rascacielos y fachada de la catedral
Escapada a Cuenca: panorámica de la ciudad con las casas colgadas, rascacielos y fachada de la catedral
Tras eso, fuimos a las famosas Casas Colgadas (de las que solo quedan dos; una contiene el primer museo de arte abstracto de España) y nos explicaron el origen del Puente de San Pablo, hecho al estilo de los puentes ferroviarios porque, después de la demolición del puente anterior (que era el reclamo turístico de Cuenca de la habilidad), no había forma rápida de cruzar y los propios religiosos lo promovieron. Finalmente, subimos hacia el Palacio Episcopal y paramos frente a la Catedral, que se quedó incompleta por falta de fondos. Teníamos la opción de continuar la visita dentro pagando la entrada a la misma, pero decidimos dejarlo pasar.
Luego volvimos al puente para tirar una foto con mejor perspectiva de las Casas Colgadas y buscamos un lugar donde comer tranquilos y hacer tiempo hasta que abriera el museo.

Museo de las Ciencias de Castilla La Mancha

Debo decir que es una pena haber visitado este museo con toda la crisis del coronavirus, porque todos los elementos interactivos estaba prohibido tocarlos. Aun así, me pareció un museo muy interesante y didáctico, con diferentes secciones que cubren varios aspectos de la ciencia, incluyendo una reconstrucción de un trozo de Estación espacial, minerales curiosos, colecciones de mariposas o demostraciones de fenómenos físicos como los tornados, cómo funcionan ciertas fuentes de energía... Vamos, un lugar que me encantará visitar de nuevo cuando todo esto pase.
 

sábado, 19 de septiembre de 2020

Pesadilla-viaje a Barcelona: modernismo y desastres varios

 Todo sobre la pesadilla del viaje a Barcelona el primer día y el pequeño alivio del día dos (que tampoco fue una maravilla, pero fue algo mejor).
El día 3 empezó con un cambio en el sitio donde desayuné. Allí fueron amables conmigo y además el desayuno estaba bueno, así que pensé que empezaba bien. Hasta que miré el móvil y me encontré con otro tour anulado, aunque este era del modernismo y tampoco es que me llamara demasiado la atención, porque ya había visto buena parte de los edificios modernistas en mis paseos previos. Así que decidí hacer lo que me faltaba por ver por mi cuenta.

La Sagrada Familia y la No-Visita al Parque Güell.

Mi primera parada fue la Sagrada Familia y debo decir que, aunque de lejos y en fotos es impresionante, de cerca me sentí bastante decepcionada. No es mi estilo para nada. Para gustos los colores pero, visto el exterior, entrar me pareció innecesario.
Luego me dirigí al Parque Güell haciendo un pequeño rodeo por el centro modernista de Sant Pau, que estéticamente me gustó. Llegué al Parque Güell tras varios kilómetros cuesta arriba andando bajo un sol de justicia, solo para encontrarme con que me cerraban el paso. Al preguntar, me enteré de que, contrariamente a lo que me dijo la de la oficina de (des)información turística, la parte gratuita ya no es accesible a no ser que seas ciudadano de Barcelona o que pagues 10 €, que es más de lo que costaba la entrada antes del Covid.
“Me sabe mal”, dijo una de las chicas de la puerta. “Es la única forma de que los barceloneses podamos entrar gratis y seguros en el parque”, oí más adelante, mientras buscaba en mi teléfono fotos del sitio para ver si merecía la pena y lo comentaba por teléfono. Creo que esa frase fue la gota que colmó el vaso de un viaje que ya estaba bien lleno de frustraciones desde el primer día. Mi cabreo fue tal que ni siquiera entré. Tampoco creo que lo hubiera hecho a pesar de esa bordería, porque en el móvil solo se veían fotos desde un par de ángulos muy concretos y, francamente, para tirar cuatro fotos y hacerme un selfie con mascarilla en el mismo sitio donde se tira la foto todo el mundo, no le veía la gracia a la entrada. Así que todo cuesta abajo para una comida rápida y una pequeña siesta en el hotel.

Más trampas y planes fallidos

Plan de la tarde: intentar adelantar mi regreso a Madrid y visitar casa Ametller, la catedral y el Museo de Historia de Barcelona. ¿Cuando he intentado yo anular un viaje antes de tiempo? Nunca. Creo que eso lo dice todo. Nunca me sentí más maltratada, por no hablar de que no me había sentido segura en ningún momento por el mal uso de las mascarillas y de la distancia de seguridad
Decidí empezar con los planes museísticos, no fuera que cerraran. Además, eran mi última oportunidad hacia la ciudad. Si salía bien, no intentaría cambiar el billete. No salió bien.
Empecé por casa Ametller. Me habían comentado que era gratuita y te daban chocolate. Con la excusa del Covid-19, cerrado y cartel diciendo que volverían en agosto... Cobrando. Cerrada esa posibilidad (por el chocolate probablemente hubiera pagado entrada, pero era julio), me fui a la catedral. Si miras en Internet, se pueden ver gratis algunas zonas y la entrada a las zonas de pago como mucho era a un precio de 7€. Pero llego y antes de entrar ya te avisan de que serán 9€. Tenía todavía el cabreo por el parque Güell y mi reacción fue la misma: dar media vuelta y tragarme mi enfado por lo estafada que me sentía. Y no, no era por los dos euros de más. Era, de nuevo, por el concepto de “me aprovecho de ti porque no tienes opciones”. Aun así, decidí darle la oportunidad a la última parada. 
Viaje a Barcelona: Sagrada familia, varios edificios modernistas, Plaza del Rey, Plaza Cataluña
Viaje a Barcelona: Sagrada familia, varios edificios modernistas, Plaza del Rey, Plaza Cataluña

El Museo de Historia de Barcelona

Me habían dicho que, por la situación, habían puesto la entrada del Museo de Historia de Barcelona a 3€. Pero yo pagué precio completo, no sé si por turista o porque la oferta había finalizado. Eso sí, ni audioguía, ni recursos interactivos, ni están abiertos la mitad de los espacios a los que se puede acceder con la entrada. Pero bueno, lo pagué porque consideré que esta entrada sí que merecería la pena, aunque el que me vendió las entradas era tan borde que casi me dieron ganas de darme la vuelta también allí.
El museo no está mal, apenas tiene piezas y algunos carteles me desconcertaron un poco, pero contiene un yacimiento arqueológico muy grande en torno al cual se articula una de las exposiciones y eso lo compensa. La mayor parte del yacimiento es de época romana e incluye varios espacios, como una lavandería o un negocio de salazón de pescado. También había alguna cosa de época bizantina y encontrabas carteles aquí y allá explicando las cosas, aunque sentí que me faltaba algo más de explicación. Fuera del yacimiento también se hablaba bastante de la época medieval. El caso es que me entretuve durante cosa de hora y media o dos horas, pero no logró compensar mi depresión y mis ganas de salir de la ciudad.

¡Solo quiero salir de aquí!

Al salir del museo, fui a Plaza Catalunya, donde me habían dicho que había un centro comercial que además era una antigua plaza de toros con un gran mirador. Hasta donde yo sabía, había unas escaleras mecánicas que te llevaban arriba gratuitamente, pero solo encontré un ascensor al que la gente estaba accediendo mostrando códigos que le permitían subir. Estaba demasiado desanimada como para indagar más y no tenía fuerzas para hacer una búsqueda más profunda (al día siguiente lo haría).
Finalmente, fui a la estación de Sants intentando que me cambian el billete. Allí me dijeron que no podían hacerlo porque lo había hecho a través de Atrápalo, así que contacté con Atrápalo. Tras una odisea para que me atendieran y se enteraran de lo que necesitaba, porque la llamada no paraba de cortarse, me encontré con que, aunque había pagado un extra por la tarifa flexible, pretendían cobrarme un recargo tan abusivo por el cambio que se salía de mi presupuesto. Desesperante, tiempo perdido y el broche final para un mal día. 

Últimas horas del viaje a Barcelona

Al día siguiente, desayuné en el mismo sitio y volvieron a ser amables conmigo. También lo fue la chica del check-out, para el que esperé hasta el último momento. Cuando me preguntó qué tal el viaje, me eché a llorar a lágrima viva. Tal cual. Y también fueron amables en dos de las tres tiendas en las que entré, pero me habían dado tantos palos que no quise seguir tentando a la suerte.
No tenía nada que hacer hasta la salida del ave (estaba tan baja de ánimos que ni me molesté en buscar nuevos planes), así que decidí subir andando al Castillo de Montjuic, pero la ola de calor pudo conmigo y, cuando vi las escaleras frente a la Fuente Mágica (ni siquiera estaban encendidos los chorros), primera etapa de la subida que me esperaba, mi depresión decidió por mí que hasta allí había llegado. Lo que se podía ver en el castillo no me llamaba la atención lo suficiente para compensar el riesgo de un golpe de calor o uno de mis mareos que me impidieran tomar el tren de vuelta. 
Así que pasé el resto del día leyendo en un banco y en la antigua plaza de toros-centro comercial, donde encontré las famosas escaleras mecánicas y pude ver la panorámica de Barcelona. Y por fin me planté en Sants para coger el ave que me sacaría de esa ciudad para (espero) no volver.

Y con eso (no) acaba todo

Lo cierto es que tenía muchas ganas de viajar a Barcelona desde hacía mucho tiempo y que jamás lo había pasado tan mal en un viaje. A posteriori, unos cuantos me dijeron que ellos habían vivido situaciones similares pero que no me habían dicho nada porque me veían muy ilusionada y no querían quitarme la ilusión. Ojalá no se hubieran callado; habría viajado a otro sitio o, al menos, no me habría pillado tan desprevenida. 
Lo más triste es que publicar un breve resumen de lo ocurrido en redes sociales tuvo como consecuencia que algunos me insultaran, dijeran que mentía interesadamente (¿qué interés podría tener en mentir?) y me llamaran catalanófoba. Como si una catalanófoba gastara medio sueldo y su única semana de vacaciones en una ciudad catalana. ¿Nos hemos vuelto locos? También intentaron arrastrarme en generalizaciones y debates de todo tipo. Y no entro al trapo. Ya he comentado que me topé con gente amable, pero tuve la mala suerte de toparme con mucha más gente maleducada y grosera. Por desgracia para todos los que viven en la ciudad, dicha gente maleducada y grosera abunda en los puntos de interés para los turistas y me espantaron. Literalmente, me dieron ganas de huir y desde luego se me quitaron las ganas de seguir explorando la ciudad.
 

martes, 15 de septiembre de 2020

Relato histórico: Una huella pequeña pero imborrable

Hoy el reto era este: Infórmate bien sobre un suceso revolucionario feminista y basa tu relato en ello. No quería caer en los tópicos de sufragistas y de mujeres que lucharon por los derechos femeninos, aunque son dignas de elogio, así que he buceado un poco más. Y he encontrado muchas mujeres que fueron importante en diversas revoluciones, que demostraron que sin nosotras no se habrían podido conseguir muchas cosas... y que tristemente cayeron en el olvido. La Compañía de Santa Bárbara fue uno de esos grupos.

Una huella pequeña pero imborrable

La guerra había acabado, por fin habían aplastado a los franceses. Y ellas miraban al futuro con optimismo. Habían demostrado su valor en incontables ocasiones, y no solo manteniendo el suministro bajo el fuego enemigo, auxiliando a los heridos o evacuando el hospital. Habían peleado como hombres, incluso tenían su propia estructura militar y, si no hubiera sido por ellas, la ciudad de Girona habría caído.
El día en que algunas integrantes de la Compañía recibieron premios en homenaje a su honor y al valor mostrado, muchas lloraron de emoción, al igual que cuando anunciaron que harían un monumento en su honor en la Iglesia de San Félix. Pero el monumento nunca llegaba y el rey tenía otros planes para el país. Unos planes en los que no tenía cabida ninguno de los avances que había traído la revolución: había que volver a la normalidad, y en la normalidad el lugar de las mujeres estaba en casa.
Ellas no tuvieron más remedio que aceptarlo, como tuvieron que aceptarlo los que habían apoyado la Constitución, que ya era poco más que papel mojado. Las cosas se ponían feas, así que pensaron en sus familias, guardaron sus cintas rojas y convirtieron los recuerdos de su pasado luchador en historias para contar a sus hijos y a sus nietos. 
Cuando la última de ellas dio su último suspiro, se fue con el pensamiento de que su lucha había sido en vano. Todo se había olvidado. Ni siquiera se había hecho todavía ese monumento en su honor que tanto habían esperado.
Pero sus nietas sí que verían cómo su valor dejó una pequeña huella que no pudo ser borrada del todo; la huella del uno de los primeros de muchos pequeños pasos que aún hoy se siguen dando en busca de la igualdad.

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sábado, 12 de septiembre de 2020

Pesadilla-viaje a Barcelona: Barcino, Barrio Gótico, un respiro

Todos los chascos del día anterior del viaje a Barcelona en esta entrada

El día 2 empezó con un desayuno pésimo tras haber dormido bastante mal (la cama y las almohadas no eran buenas, no cogí el punto al aire acondicionado y la habitación era ruidosa, escuchándose cada coche que pasaba como si estuvieras en la acera). Tampoco permití que me aguara el día, que no fue ideal pero sí un pequeño respiro con respecto al día anterior y los siguientes, y me dirigí al punto de encuentro del FreeTour de la Barcelona romana.

Freetour de Barcino

Estaba yo sola apuntada, pero aun así fue encantadora y decidió hacerlo. De contenido era bastante básico y apenas duró una hora (encontramos el templo de Augusto y las termas romanas cerrados, lo que no ayudó a alargarlo), pero se agradece tener una toma de contacto con la ciudad más allá de pasear por ella sin saber qué estás viendo. Además, vimos puntos curiosos como un lugar con tumbas romanas, el mural de la libertad, el acueducto, zonas de la muralla, el trazado de las calles que se conserva de la ciudad original... Así que me dije a mí misma que por lo menos algo no había salido desastrosamente mal y seguí adelante.

Buscando qué hacer en Barcelona

Cementerio: va a ser que no

Había decidido irme al cementerio de Montjuic, pero, tras una larga espera en la parada, me encontré con que los autobuses no admitían el pago en el propio vehículo por culpa del Covid-19. Un señor me miró como si fuera tonta cuando pregunté y me dijo que tenía que pagar un billete de 10 viajes en un estanco o buscarme la vida en el metro. No tenía intención de usar 10 viajes, así que me busqué la vida en el metro. En el metro había billetes sencillos que costaban la barbaridad de 2,40€ y no especificaba que se pudieran usar en el autobús. Tampoco apareció nadie a quien preguntar. 
Para cuando quise recopilar toda la información que necesitaba, se empezaba a hacer tarde. Tendría que esperar otro autobús más de media hora, si es que los horarios eran correctos, más lo que tardara en la vuelta y en el propio cementerio, con lo que me arriesgaba a llegar tarde al tour, al que me había apuntado por tercera vez (si eso no es optimismo...). Además, gastar casi 5 € en ir a un cementerio que dada la situación podría estar cerrado, y que de todas formas tampoco tenía tantas esculturas de interés artístico, si hacíamos caso al mapa que me había descargado, me hizo pensármelo dos veces. Decidí no ir.

Una exposición militar: Ingenieros, soldados, sabios

No me había salido una a derechas en la ciudad, pero bueno, plan ¿D, E...?: ir a la playa, aunque fuera a mirar, dado que tengo alergia al sol y no podía bañarme porque no estaba equipada. De camino, ¡sorpresa! Algo salió bien. Me topé con la exposición gratuita (¡milagro!) Ingenieros, soldados, sabios. Con ese título podía significar cualquier cosa, así que pregunté al de la puerta de qué iba la exposición. Él me miró de arriba a abajo, alzó una ceja ante mis pintas de turista hippie y respondió: “De cosas militares”. Creo que se sorprendió cuando entré y más aún cuando no salí hasta que no hube recorrido todas las salas, leído todos los carteles y visto todos los vídeos. Iba, principalmente de las funciones del Real Colegio de Cirugía y la Real Academia de Matemáticas y Fortificación de Barcelona, aunque sobre todo se centraba en las distintas fortificaciones e instalaciones hechas por los ingenieros y arquitectos militares, una parte realmente fascinante.
También hay una sala dedicada a la historia militar de España en relación con Cataluña en unos pocos objetos y vitrinas, pero estos me parecieron bastante aleatorios y se dejaban muchas cosas en el tintero. Otra pega es que no me dejaron entrar al baño antes de salir, aunque había estado bastante tiempo. Es una cosa en la que deberían pensar. Pero por lo demás fue un rato satisfactorio y un respiro entre tantos planes truncados.

La playa y el barrio de pescadores

Al salir de la exposición, retomé el plan de ir a la playa, que estaba vacía. Algo bueno tenía que tener el Covid, al menos para los bañistas. Hablando del Covid, allí no se toman nada en serio el uso de la mascarilla. Como ya he comentado, al margen de las muchísimas personas que encontraba por la calle sin ella, aunque fuera obligatoria, hasta en los negocios cerrados me atendían con ella mal puesta o directamente sin ella. Durante mi paseo por el barrio de pescadores (que no tenía nada sobresaliente, pero que no está mal para dar una vuelta si estás por la zona) entré en varios establecimientos (de restauración y tiendas) y parecía que la norma era no ponerse la mascarilla correctamente o no ponérsela en absoluto. Eso sí, si usaba mi propio hidrogel en vez del que daban en la entrada (algunos me dan alergia), bien que me ladraban. Me parece un poco fuerte que una persona sin mascarilla me grite por usar mi propio gel en vez del de la tienda. Pero claro, era una turista y al turista hay que tratarle mal... Lo triste es que no pasó en un solo sitio...
Aproveché también el camino hacia el punto de encuentro para dar un rodeo y visitar la Catedral del Mar, famosa por el libro del mismo nombre.
Viaje a Barcelona: Plaza de Ramón Berenguer, muralla romana, mural de la libertad, playa de la Malvarosa, Catedral del Mar, Los cuatro gatos, gárgola-Unicornio de la catedral
Viaje a Barcelona: Plaza de Ramón Berenguer, muralla romana, mural de la libertad, playa de la Malvarosa, Catedral del Mar, Los cuatro gatos, gárgola-Unicornio de la catedral

Freetour por el barrio gótico con Cat tours

Después de comer me fui al punto de encuentro del Freetour de la Barcelona Gótica. Afortunadamente, decidieron hacerlo a pesar de que solo estaba yo. Creo que les di pena. Este tour me reconcilió con la ciudad durante unas horas. Mi guía, Gerardo, era muy majo y se notaba que sabía un montón. Me contó muchos secretos sobre Barcelona y sobre el Barrio Gótico, enseñándome todo tipo de rincones interesantes a los que no sueles prestar atención si no te los señalan y explicándomelos como a mí me gusta: con muchos datos y con detalles jugosos. Vimos, entre otras cosas, el restaurante los Cuatro Gatos, un buzón que dejó en evidencia a los abogados, una plaza donde corría la sangre, lugares asociados a la leyenda de Santa Eulalia, la catedral, el puente del Bisbe y su siniestra calavera, el lugar donde lanzaron de las primeras bombas experimentales con aviones en la Guerra Civil... Una cosa que me pareció muy chula, y que me ayudó a entretenerme posteriormente en la ciudad, es que Barcelona está plagada de dragones. Así que puedes dedicarte a buscarlos en distintos elementos urbanos...

Gerardo también me hizo unas cuantas recomendaciones de qué hacer en Barcelona sin gastar mucho en la situación rara en que estábamos (por desgracia, buena parte de esas recomendaciones también se me cayeron por diversos motivos, como comentaré más adelante en la crónica).

Así que el día no acabó tan mal

Cuando acabó el tour, me fui al parque de la Ciudadela y estuve paseando por él un buen rato viendo la fuente monumental y una especie de castillo, entre otras cosas. Nuevamente me encontré con unos cuantos barceloneses que se saltaban a la torera el uso de la mascarilla; en el parque eran mayoría sobre los que la llevaban, pero bueno, en los momentos en los que se podía mantener la distancia me pareció perdonable (aunque no siempre se podía guardar la distancia y no hacían ni amago de ponérsela). 
Después vi el Arco del Triunfo y, ya con los pies hechos polvo, decidí subir al hotel andando, que era una buena caminata por el Paseo de Gracia y la Diagonal.
Viaje a Barcelona: Arco del triunfo, fuente monumental del parque de la ciudadela, edificios decimonónicos
Viaje a Barcelona: Arco del triunfo, fuente monumental del parque de la ciudadela, edificios decimonónicos
 
Esa zona es bastante decimonónica, no tendría nada especial con respecto a cualquier otra ciudad europea si no fuera porque está aderezada con algunos edificios modernistas. Es un estilo arquitectónico original y con muchas formas orgánicas, pero yo no puedo decir ni que me gusten todos los edificios ni que me desagraden todos: tengo que decidirlo uno a uno. Aunque, desde luego, rompe la monotonía. Y eso es todo lo que puedo decir: lo decimonónico me gusta, el modernismo a veces sí y a veces no, pero en general es una zona por la que me agradó pasear (a pesar de los incumplimientos en el uso de las mascarillas).
Y así acabó el día, que no había sido perfecto porque me habían tratado bastante mal en varios sitios, pero que, si hacía balanza, lo positivo pesaba algo más. Esperaba que la racha continuara, pero no... solo podía ir a peor... Pero eso lo contaré en la próxima entrada sobre el viaje.