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martes, 30 de julio de 2024

Escapada en el Tren de la Fresa a Aranjuez

El Tren de la Fresa era algo así como la excursión de colegio clásica. Nos llevaron unos cuantos años, hasta que dieron con otra excursión anual y se olvidaron. Lo único que recordaba, pues, es que nos llevaban a Aranjuez y que nos regalaban fresas, así que, cuando mi madre dijo que le gustaría hacerlo, la invitamos por su cumpleaños.
Se trata de un tren histórico. Bueno, la locomotora es moderna, pero los vagones sí que tienen más de cien años. Todo el trayecto de ida está teatralizado con curiosidades sobre el tren y Aranjuez, y al llegar a destino hay varias modalidades.
Nosotros pillamos Fresas del Tajo, que hacía el recorrido por los jardines de Aranjuez e incluía el trayecto en barco. Por desgracia, el día anterior hubo tormenta y los Jardines del Príncipe se cerraron, así que, en vez de darnos la alternativa de elegir otra modalidad, como la entrada al palacio, nos impusieron un recorrido alternativo fuera del parque. No digo que la guía lo hiciera mal o que no fuera interesante, pero fuera de palacio y los jardines hay poco que ver y hubiéramos preferido tener la oportunidad de elegir.
Palacio de Aranjuez y fuente de la espina del jardín de la Isla
Palacio de Aranjuez y fuente de la espina del jardín de la Isla
Después de la visita, tuvimos un rato de tiempo libre antes del recorrido en el barco (totalmente prescindible, apenas se ve nada más que maleza, aunque la chica que estaba con el micrófono nos contó muchas cosas interesantes), seguido de otro rato de tiempo libre en el que visitamos todos los demás puntos de interés del pueblo (que no merecían el paseo, para qué engañarnos). 
Por la tarde sí que pudimos entrar a los otros parques, el del Parterre y el de la Isla, y además pudimos ver algunas de sus fuentes encendidas, aunque no dio tiempo a verlas y explicarlas todas. Luego, nos acercaron a la estación de ferrocarril (que, por cierto, es una maravilla) y volvimos en el tren, esta vez con menos teatralización pero con muchas curiosidades sobre el paisaje y los trenes narradas desde el altavoz.
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miércoles, 17 de julio de 2024

Escapada en el Tren de la Cerámica a Talavera de la Reina

Surgió la oportunidad de volver a reservar este tren, que no pudimos hacer el año pasado porque se acabaron las plazas, así que nos apuntamos sin pensárnoslo dos veces.
Talavera de la Reina es una ciudad famosa por sus cerámicas, y esa es la temática principal de ese tren y de muchos elementos que encontramos en la ciudad. Hay que señalar, sin embargo, que la mayor parte de la cerámica que encontramos en sus calles es relativamente moderna, lo cual no le quita interés.
Empezamos la ruta en un taller de cerámica donde nos explicaron no solo las complejidades del oficio (un proceso que tiene mucho trabajo detrás) sino también las dificultades económicas que ha sufrido el sector desde la crisis de 2008, que se ha llevado por delante buena parte de esta industria. Tienen un pequeño museo sobre el negocio y, por supuesto tienda.
Después nos llevaron a la Basílica de Nuestra Señora del Prado, a la que llaman "capilla sixtina de la cerámica" y "reina de las ermitas", aunque quizás es un tanto exagerado. La verdad es que es muy bonita por dentro, pero no pude detenerme mucho a hacer fotos y verla con tranquilidad porque había una boda y daba palo molestar.
Talavera de la Reina
Seguimos el recorrido por los Jardines del Prado, donde hay muchas cerámicas y puntos destacados, hasta llegar cerca de la oficina de turismo, que sería nuestro punto de encuentro para la tarde. Teníamos mucho tiempo libre y la verdad es que la ciudad es bastante plana y accesible, así que en ese rato nos dio tiempo a ver todos los puentes, la muralla, la Plaza del Pan con la preciosa Colegial de Santa María La Mayor, los teatros, el convento de las Carmelitas Descalzas y el de San Benito...
Pasaríamos por algunos de esos puntos cuando retomamos el tour por la tarde y conocimos la historia de la ciudad. Además, hicimos la visita al Museo de Cerámica Ruiz de Luna, que tiene piezas espectaculares y está en un edificio histórico muy chulo, y al Museo Etnográfico, que habla sobre todo de cerámica, sombrerería y agricultura. También subimos a un torreón de la muralla y nos fueron explicando algunos de los murales de cerámica más destacados, que son realmente llamativos, así que el día fue completo y solo tuvo una pega: el autobús nos llevó a la estación una hora antes de salir el tren.
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miércoles, 3 de julio de 2024

Escapada a Berlanga del Duero

Soria está ya en el límite de lo tolerable de distancia para las escapadas desde Madrid. No obstante, tiene auténticos tesoros que explorar y mucha historia. 
La idea inicial era madrugar y visitar varios pueblos, pero finalmente solo acabamos viendo bien Berlanga del Duero, porque tiene suficientes cosas interesantes y mucho en lo que detenerse. 
Al llegar, encontramos la colegiata cerrada, así que nos fuimos al centro de atención turística en el Palacio de los marqueses de Berlanga, en la Plaza del Mercado, que es también en la entrada a la subida al castillo y al torreón.
Esto es gratis. A lo largo de la subida al castillo hay varias paradas con yacimientos interesantes, aunque el castillo en sí mismo no tiene un centro de interpretación en su interior ni nada parecido. Es una buena subida. En cuanto al torreón, aparte de las vistas se puede ver un vídeo explicando todo el conjunto.
Panorámica del castillo, la colegiata y el pueblo Berlanga del Duero
 Después nos habían recomendado que fuéramos a la capilla de San Baudelio de Berlanga lo primero, porque es lo que cierra antes, así que cogimos el coche hasta allí. Es una auténtica maravilla que por desgracia fue expoliada, como tantas otras cosas en este país. 
La siguiente parada fue, esta vez sí, la Colegiata Santa María del Mercado. Parece ser que hay visitas guiadas, pero nosotros no llegamos en el horario y la vimos por libre hasta de que nos avisaron de que se iba a cerrar. El chico fue muy amable y nos hizo una explicación rápida antes de que nos fuéramos, iluminando las zonas más destacadas. Es increíble lo que tienen ahí dentro: obras de arte del más alto nivel.
Después dimos una vuelta por el pueblo, que además de la plaza mayor tiene algunos palacetes interesantes. Para cuando acabamos, ya era tarde hasta para la hora de comer, así que fuimos al restaurante que habíamos reservado en Burgo de Osma, La dehesa de Osma, que tiene una comida espectacular. 
Cuando quisimos salir del restaurante, ya era tarde y decidimos marcharnos a Madrid a intentar concertar otra escapada para ver los pueblos que nos quedaban.
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