El reto de hoy era complicadillo porque mezclaba dos consignas: "Haz que tu cuento acabe con: «Eso fue lo último que vi antes de morir»" y "Inventa una historia de terror en segunda persona en el que el/la protagonista sea un asesino/a, y justifica su condición".
Injusticia cósmica
Seguro que te preguntas qué has hecho para merecer que esta criatura terrorífica se dedique a torturarte hasta la muerte, ¿a que sí? Yo también me lo preguntaba, ¿por qué no te soporto? Pues bien, solo tenía que recordar mi vida.
Yo era como tú: joven, preciosa y con un futuro prometedor. Tenía una pareja a la que idolatraba y una casa fantástica, un buen trabajo, amigos. Pero al final todo dependía del trabajo: cuando lo perdí y dejé de tener dinero, la pareja y los amigos desaparecieron. Solo quedaba la casa, pero por poco tiempo, ya que no tardé en recibir una orden de embargo.
Entonces decidí acabar con todo y me tomé un veneno letal, pero no me mató rápido y allí, al lado de la ventana, comenzó una larga agonía. Entonces vi el camión de la mudanza y a esa chica alegre, con un novio divino, amigos que la ayudaban a cargar las cajas, ropa de marca y una sonrisa de felicidad de oreja a oreja.
Fue en ese momento cuando me di cuenta la injusticia cósmica que se había producido. Estaba claro: yo lo había perdido todo para que ella pudiera conseguir esa casa, ese triunfo, ese novio. Deseé con todas mis fuerzas no morir y darle su merecido, pero ya era tarde. Mi cuerpo murió, pero mi rabia dio fuerza a mi espíritu para volver a tener forma.
Por eso estás aquí, por tu felicidad, que el cosmos te dio a costa mía y que yo te quitaré para poder seguir mi tránsito al otro lado. ¿Por qué iba a estar aquí si no? Para reparar esa injusticia. Es lo único que explica la señal que me mandó el universo cuando eso fue lo último que vi antes de morir.