Este relato es raro de veras, aunque claro, con una tortilla de melocotón de por medio... Bueno, sin más dilación, aquí lo tenéis.
Reniego de los hombres: calabaza, tortazo y tortilla de melocotón
-¿Por qué le dejaste? A mí me caía bien… -preguntó Amanda a su mejor amiga, Thais, cuando le habló de su última ruptura.
-Sí, y a mí también… hasta que decidió aparecer en mi casa y prepararme la cena.
-No pudo ser tan malo.
-Bueno, ya sabes que yo no tengo mucho en la nevera, y él apareció sin nada.
-¿Entonces?
-Bueno, cuando le avisé de que mi cocina es zona catastrófica, él empezó a fardar que podía cocinar cualquier cosa que tuviera por casa. Y creo que luego le dio vergüenza reconocer su incapacidad para hacer algo decente cuando vio el panorama.
-¿Qué tenías?
-Cuatro huevos, un paquete de galletas, leche, melocotones y una calabaza de Halloween.
-Jo, tía, tu despensa está mucho peor que la mía.
-Ya ves. Y cuando le dije que la calabaza ni la tocara, porque me había costado horrores encontrar una tan bonita, creo que estuvo a punto de hiperventilar. Pues bueno, le estaba viendo mirar y remirar y no pude evitar tomarle un poco el pelo. Creo que herí su orgullo, así que se decidió a hacer comida experimental. En vez de hacer unos huevos fritos, como sería lógico, troceó los melocotones y montó una tortilla de melocotón que daba asco verla. Y puso las galletas para acompañar, como si fueran pan.
-¿Y por eso le dejaste?
-Aun no he acabado… Dejando a un lado que no fue capaz de bajar a la tienda de abajo a por algo decente por no tragarse su orgullo de machito, encima me hizo probar un trozo y, al ver que puse cara de asco, empezó a gruñir y a quejarse y se comió la tortilla de melocotón él sólo. No pudo evitar poner caras de asco, pero tuvo la desfachatez de decirme que yo no entendía de nouvelle cousine y que a ver cómo demonios podía malvivir con tan poca comida en casa, que pensaba que yo tenía un poco más de clase.
-No jodas…
-Pues ya ves…
-¿Y qué hiciste?
-Pues le pegué un tortazo, le estampé lo que quedaba de esa asquerosidad en la cara y le mandé a tomar vientos.
-Qué tío más imbécil.
-No, es que no acabó ahí la cosa. Porque mi vecina le vio en el portal, vomitando esa bazofia que había preparado. Y poco después recibí un sms suyo diciendo que le llamara cuando supiera comportarme.
-Desde luego, es surrealista.
-Es definitivo: reniego de los hombres.
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Jajajaja te ha quedado super gracioso!!! Felicidades!
ResponderEliminarXD espero no toparme con un tipo así
ResponderEliminar¡Ni yo tampoco!, jajaja. Mira k cocinar una tortilla de melocotones! (Sonia, ya te vale, anda k la palabra que has sugerido... jjajaja).
ResponderEliminarMuy buen relato Debi querida, me he reido y disfrutado de la lectura... Saludos!!!
sí, la verdad es que la consigna se las traía...
ResponderEliminarjajajaja si que esta divertido si! me he reido en alto en mitad de la clase xD menuda cara ha puesto la profesora (es que este tema es muy sencillo y la profe se enrrolla mas que las persianas hija...)
ResponderEliminarpor cierto no se si me conoceis, soy Ayumi, pero tuve que ponerme Sonia porque en un trabajo de la universidad uso un blog, y claro... no es plan de decirle a la profe que mi nombre virtual es Ayumi jaaja
siento haber leido esto tan tarde, me ha costado encontrarlo eh! jaja la verdad es que daria asco comerse una tortilla de melocotón agggg a ver si para la proxima que hagas tambien doy otra consigna =D