Este es el octavo relato del reto: Vuestras consignas, mi relato. He tardado muchísimo esta vez, porque estoy teniendo problemas con mi portátil y me he centrado en acabar mi relato para la antología Pasión de Navidad. Además, como sabéis, he organizado el sorteo Amazonas y me ha comido mucho tiempo ^^. Por suerte, las clases aburridas siguen siendo un filón de creatividad.
Gracias a Astarielle, Dulce Cautiva y Elisa por aportar las palabras. En esta ocasión, como pedí ayuda por facebook porque nadie me daba la última palabra y Tania AAlcusón aportó una en el hilo, decidí meterla también (además, pegaba con el relato).
Gracias a Astarielle, Dulce Cautiva y Elisa por aportar las palabras. En esta ocasión, como pedí ayuda por facebook porque nadie me daba la última palabra y Tania AAlcusón aportó una en el hilo, decidí meterla también (además, pegaba con el relato).
Maldita aldea de Santa Claus (Móvil, piedra, reno y libro)
Adán miraba al suelo enfurruñando, haciendo lo posible por evitar que el aire helado se colara entre su ropa y dando patadas a una piedra hasta que, tras darle demasiado fuerte, recibió la mirada indignada de un reno. Salió corriendo para alejarse, no fuera que el animal decidiera vengarse de su errado tiro. No le gustaban los renos. Y tampoco le gustaba pasar frío, ni estar en medio de la nada rodeado de gente disfrazada de elfo, ni que su móvil no tuviera cobertura en la mayor parte de ese estúpido lugar salvo en puntos alejados en los que se moría de frío mientras hacía las llamadas.
Maldijo al prometido de su madre, que había intentado comprar su cariño y el de su hermano llevándoles de vacaciones a la aldea de Santa Claus los cinco días de puente. Con su hermano, que tenía solo siete años y aun creía en esas cosas, había conseguido su objetivo. Con él, que tenía catorce y ya ni creía en esas cosas ni le apetecía irse de vacaciones con su familia, sino quedarse en casa vagueando y quedando con los amigos, había conseguido el efecto contrario. Cada segundo que pasaba en la estúpida aldea de Santa Claus odiaba más las Navidades, los parques temáticos, el frío y, por supuesto, a su padrastro.
Maldita aldea de Santa Claus. Nunca pensé que llegaría a alegrarme de que mamá sea tan tiquismiquis y me haya hecho traerme los libros para hacer los deberes y estudiar, se dijo a sí mismo mientras se encaminaba a su cabaña, donde cogió el libro y empezó a hacerse esquemas para facilitar el estudio. Mirándolo por el lado bueno, si es que realmente existía un lado bueno, esas torturadoras vacaciones tendrían como consecuencia una mejora significativa en su nota media.
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Parece ser que al final a Ádan no le ha ido tan mal el viaje, jejeje. ¡Al menos sacará buenas notas!, jajaja.
ResponderEliminarBuen relato kerida Debi, como siempre...
Un besito y hasta otra!, muak!!!
Jajaja! Cortito pero consigna cumplida! Pensaba que iba a ser largote, pero más cómodo de leer así. Me ha gustado el blog y tus retos, te sigo! Besos!
ResponderEliminarXD la verdad es que, con las navidades tan cerca y tanta publicidad de Laponia, estaba a huevo ^^
ResponderEliminarPobre reno! jaja
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Como suelo decir, quien no se consuela es porque no quiere :P
¡Un beso!
K lastimita d reno jajajjaa. M encanta!!
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