Como sabéis, en reacción a la prohibición de los autopublicados en la Feria del libro de Madrid, decidí pasar de las casetas y firmar en los bancos de detrás, invitando a otros escritores a hacer lo mismo. Así nació Para eso están los bancos.
Este sábado firmamos Emma Gigán y yo a las 13:00 y, la verdad, fue una experiencia mucho más divertida (y mucho menos solemne) que la de estar en caseta: te puedes mover, no te sientes obligada a vender (cosa que resulta secundaria, ya que la mayor parte de la gente va con presupuesto cerrado) y puedes charlar de lo que te venga en gana sin malas caras ni sentir que estás molestando. La logística tampoco fue muy complicada: pusimos la maleta con sus respectivos carteles sobre el banco y los libros de Emma encima para que se vieran todos.
Lo malo fue que la caseta de Alfaomega (239) estaba en la otra punta y, cuando me quedé sin ejemplares de Amigos o algo más, no pude acercarme a por ellos en una carrera. Aunque hubiera dado igual porque, cuando fui, me dijeron que se les habían agotado los libros y que volviera por la tarde, que los iban a reponer.
No obstante, si queréis haceros con un ejemplar no os preocupéis, por la tarde me hice con ellos y me aseguré de que tenían stock.
Por cierto, si te perdiste esta firma, ¡no olvides que el próximo sábado volvemos! (a las 18 en el banco tras la 285 estaremos Inés Díaz Arriero, Eva Ruiz Gómez y yo)
Por cierto, aprovecho la entrada para anunciaros que Viajera interdimensional está nominada a los premios infinitos: podéis votar por ella en este enlace.
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