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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

sábado, 24 de febrero de 2018

Cómo entré en el mundo literario y la blogosfera (Pregunta lo que quieras)

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jueves, 22 de febrero de 2018

Relato breve: Como si no se conocieran

Último relato corto con las palabras que me mandasteis en el último reto de escritura creativa Vuestras consignas, mi relato. El primero (Pequeños fósiles) y el segundo (El nido de libros) ya los podéis leer en estos enlaces. Y quedaba hacer un relato breve con las palabras comida, gracias y café.

Padre e hija

La camarera retiró el plato de comida y le sirvió el café. Él le dio las gracias de forma mecánica y siguió a lo suyo sin prestarle atención. No se sintió decepcionada por no haber sido reconocida, más bien estaba aliviada al confirmarse sus sospechas: su padre no veía a nadie a no ser que le interesara, y solo le interesaba la gente de postín, de modo que, como todos los sirvientes y trabajadores de bajo rango, era invisible para él. Así pues, nunca la encontraría, aunque la tuviera delante y apenas hubiera cambiado algunos pequeños detalles de su aspecto. Mejor: no la obligaría a regresar a esa jaula de oro de la que escapó hacía ya meses.
Su padre la miró de reojo cuando ella no se daba cuenta y se quedó pensativo, sin saber qué hacer. Había pensado que su niña reaccionaría al verle, pero se había comportado como si fuera un cliente más y no tenía ni idea de cómo abordarla para pedirle perdón, para decirle que la quería de vuelta, siendo ella misma sin restricciones ni reglas absurdas para hacerla prosperar. Estuvo a punto de levantarse y decírselo sin más, pero la veía tan segura de sí misma, tan plena y tan feliz, que tuvo miedo de estropearlo todo y que se quedó ahí paralizado, acabándose su bebida, antes de marcharse precipitadamente.
Desde ese día, veló por ella sin dar a entender que conocía su secreto, convirtiéndose en cliente habitual del restaurante e intentando que la conversación cortés de tomar el pedido y dar las gracias fuera cada vez más larga. Iba lento, pero no daría pasos en falso: le demostraría poco a poco que su marcha le había cambiado y que todo sería distinto cuando ella decidiera, por fin, desvelarle que era su hija perdida y regresar a su lado.

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domingo, 11 de febrero de 2018

Ideas para regalar este San Valentín: ¡mis libros románticos!


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jueves, 1 de febrero de 2018

Relato corto: Pequeños fósiles

La última vez que pedí palabras para el reto de escritura creativa Vuestras consignas, mi relato, recibí 11 de Airin (Nieve), Dian (Vacío), Elisabet (frío), Fernando (diplodocus), Michelle (hambre), Alicia (leer), Ester (congelación), Pilar (libertad), Saggara (comida), Cristina (gracias) y María (café). Como son demasiadas para hacer un microrrelato, utilizaré las cuatro primeras (en orden) para un relato, las cuatro siguientes para otro y las otras cuatro para otro.
Así que el primer relato breve, con Nieve, Vacío, Frío y Diplodocus, es el siguiente:

Pequeños fósiles

Cuando empezó la carrera, lo hizo con la idea de que su trabajo consistiría en desenterrar esqueletos de diplodocus u otras grandes criaturas extintas. No obstante, allí estaba, en medio de la nada, pasando frío y haciendo agujeros en la nieve para encontrar pequeños fósiles que no le importaban a nadie. Se sentía deprimido y aburrido, y ya no sabía qué hacer para llenar ese horrible vacío de su existencia. Así pues, un día se rindió y se dejó caer a uno de los agujeros abiertos: mejor no sentir que sentirse hueco.
Años después, un joven que no había empezado la carrera para buscar pequeños fósiles, sino para desenterrar grandes dinosaurios, estaba a punto de morir de aburrimiento cuando encontró un esqueleto humano. El descubrimiento, en vez de alterarle, le dio un poco de ánimo: por fin algo que rompía la monotonía. Además, ahora que había descubierto algo grande, aunque no fuera lo esperado en un principio, quizás le encargaran tareas más interesantes.

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