Lo mío con Burgo de Osma parecía una maldición. Cuando fuimos a Berlanga del Duero, comimos allí, pero no nos dio tiempo a ver nada más. Cuando fuimos a Tiermes, de nuevo nos quedamos sin ver la ciudad porque llegamos cuando todo cerraba. Así que hicimos una escapada exclusiva para ver esta localidad.
Nada más llegar, pasamos el puente medieval con sus vistas al castillo en dirección a la Catedral, que por desgracia estaba andamiada por fuera. Había visita guiada un poco más tarde, pero hay tres salas de museo que no entraban en el recorrido y en ellas hicimos tiempo hasta que empezó. Han recogido piezas de todas las iglesias desprotegidas, así que había mucho que ver.
Tanto la arquitectura como lo que tienen ahí dentro y la historia de la catedral es increíble, así que es visita obligada y merece la pena pagar por la visita guiada en vez de la audioguía, porque te abren las capillas y además el chico lo contaba todo muy bien.
Al salir, buscamos un sitio donde comer y recorrimos el casco histórico que abarca la Calle Mayor de Burgo de Osma, llena de edificios bonitos y comercios con personalidad. El hospital de San Agustín me pareció precioso, dominando la Plaza Mayor.
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Uno de los interiores de la Catedral de Burgo de Osma y Monasterio de la Vid |
Después, nos fuimos en coche al Monasterio de la Vid, cuya web da información errónea. Por suerte, llegamos media hora antes de lo que decía, ¡y llegamos justo a tiempo para apuntarnos a la visita guiada! El monje explicaba muy bien y nos condujo por los claustros, la iglesia, la sacristía, el patio central, el museo de piezas religiosas y la escalera imperial contando cosas muy interesantes. Vamos, que es una visita muy recomendada.
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