- Uno con las palabras alegoría (Violeta Lago), bruma (Eva Ruíz Gómez), aburrimiento y tango (Judith Ruiz)
- Otro con las palabras ornitorrinco, desoxirribonucleico (Fernando Codina) y cuervo (José Viruete).
La novela
Cuando cogió esa novela tan fina para matar el aburrimiento, no pensó que le fuera a cambiar la vida, pero se encontró con una historia que parecía una alegoría de su propia vida, solo que en un mundo de fantasía. Lo peor fue cuando leyó el final, en el que la protagonista se internaba en la bruma mortal porque no podía soportar el peso de su existencia. Entendía muy bien sus motivos para renunciar a la vida y se sentía identificada. Demasiado. No es que hubiera una bruma mágica mortal en la que pudiera internarse, pero tenía que reconocer que había fantaseado muchas veces con la idea de encerrarse en el coche con el tubo de escape bloqueado.
Sin embargo, el epílogo explicaba que el mundo de la novela había perdido toda su esperanza, porque la protagonista que no pudo soportar su existencia estaba destinada a hacer grandes cosas. Y ella no pudo evitar preguntarse si el paralelismo no llegaría más lejos, si al llevar a cabo sus fantasías suicidas no dejaría de cumplir con un destino maravilloso. Así pues, decidió darle un poco de alegría a su gris existencia. Empezó con las clases de tango y, poco a poco, cambio a cambio, recuperó las ganas de vivir.
Años después, acariciaría la novela con cariño. No había hecho grandes cosas ni había tenido un destino heroico, pero no podía sentirse más satisfecha por cómo esa historia la había hecho reaccionar para cambiar su vida hasta sentirse, por fin, realizada.
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
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