Día 3: Peterhof y Hermitage
Día 4: Palacio de Pavlovsk y Parque Pushkin
Día 4: Palacio de Pavlovsk y Parque Pushkin
Mi primera mañana en Moscú estaba repleta de decepciones. Y con un desayuno aún más cutre que el del otro hotel.
Primera decepción: la Plaza Roja estaba llena de pabellones y gradas, con lo que no se podía apreciar ni la plaza ni los edificios circundantes, especialmente la tumba de Lenin, que apenas se veía. La catedral de San Basilio era una preciosidad, pero quedaba muy deslucida por su entorno (por delante un escenario y por detrás gradas).
También vimos un centro comercial viejo por dentro, nada que no se vea en otras ciudades con centros comerciales de esa época.
Primera decepción: la Plaza Roja estaba llena de pabellones y gradas, con lo que no se podía apreciar ni la plaza ni los edificios circundantes, especialmente la tumba de Lenin, que apenas se veía. La catedral de San Basilio era una preciosidad, pero quedaba muy deslucida por su entorno (por delante un escenario y por detrás gradas).
También vimos un centro comercial viejo por dentro, nada que no se vea en otras ciudades con centros comerciales de esa época.
Catedral del Cristo Salvador |
Segunda decepción: en vez de ir al Monasterio de Novodévichi, que está andamiado y en obras desde hace tiempo y va para largo, cosa que seguro que sabía la agencia antes de hacer el catálogo, nos llevaron a la catedral principal de Moscú, la del Cristo Salvador, que está en pleno centro y tiene acceso gratuito. Vamos, que salieron ganando. Muy bonita, y con una iglesia subterránea dentro de la catedral, sí, pero podría haberla visto por mi cuenta, porque la guía apenas dijo nada (nos dejó a nuestro aire) más allá de que es una reconstrucción. De final del siglo pasado.
Luego nos llevaron a una zona donde ver la panorámica de la ciudad. Estaba a tope y ¡oh, sorpresa! los baños estaban cerrados y solo había retretes portátiles sin cisterna, os podéis imaginar el asco.
Luego nos llevaron a una zona donde ver la panorámica de la ciudad. Estaba a tope y ¡oh, sorpresa! los baños estaban cerrados y solo había retretes portátiles sin cisterna, os podéis imaginar el asco.
Viaje a Rusia: Panorámica de Moscú |
El resto de la panorámica fue poco reseñable, apenas nada aparte de los famosos rascacielos de Stalin, que son vistosos pero no tienen mayor interés histórico o cultural. No ayudaba nada que nuestra guía pareciera una grabación de tono monocorde y no se saliera del guion (que por su parte no se salía del discurso oficial) ni un ápice.
Luego fuimos a comer. Como todo lo que nos sirvieron en el viaje, precocinado y de sobre. Y con pelos en el brócoli, para demostrar que cumplen con las normas de higiene básicas en la cocina. Vaya día.
Luego fuimos a comer. Como todo lo que nos sirvieron en el viaje, precocinado y de sobre. Y con pelos en el brócoli, para demostrar que cumplen con las normas de higiene básicas en la cocina. Vaya día.
Visita del Kremlim
Después nos encontramos con que la visita del Kremlin era ese día y no al siguiente. La verdad, fue otra pequeña decepción, porque esperaba algo más vistoso que lo que me encontré, y más después del chasco de mañana que llevaba.
El complejo consta de algunos edificios antiguos que se usan para trabajo y recepciones oficiales, un horrible edificio blanco que se se creo en el siglo pasado para reuniones del partido, el cañón más grande del mundo (que al parecer solo se disparó una vez, para probar), la campana más grande del mundo (que nunca llegó siquiera a alzarse del suelo) y varias catedrales (destacando en las que entramos: la del Arcángel, la de la Dormición y la de la Anunciación), siendo estas últimas lo único bonito y lo bastante interesante que hay en el interior como para justificar las colas que tienes que sufrir para pasar los controles de seguridad. Colas que se repiten a la entrada de cada catedral, y con el calorazo que hacía (manda huevos, me voy a Rusia para estar fresquita y paso calor, estábamos a 30 y pico grados) no fue del todo agradable.
Finalizamos el día con un paseo por el centro histórico qué duró no más de 20 minutos y en el que vimos cuatro cosas más que tampoco eran demasiado reseñables, como el parque de Alexander, repleto de estatuas de cuentos de hadas, la calle Nikolskaya, la puerta de entrada a la Plaza Roja, donde está el kilómetro cero de Rusia...
Vamos, un día bastante mediocre. A las 6 estábamos en el hotel y decidí salir a dar una vuelta por los alrededores y buscar un supermercado (necesitaba chocolate) con otra viajera. Llevaba yo el mapa y ya sabéis que soy de las que, si tiene que elegir una dirección, elige la equivocada. En este caso había tres direcciones que elegir y tuvimos que volver atrás dos veces antes de llegar a la zona que buscábamos, que estaba en línea recta con respecto a donde veníamos. Tampoco encontramos demasiado que ver (y el único chocolate que tenían era con leche, no negro).
La cena al menos estuvo algo mejor que la media, aunque no es que fuera nada del otro mundo y desde luego no arregló el día.
Sigue a @DeborahFMu
El desayuno solo podía calificarse como insuficiente en la parte dulce (unas galletas raras con algo de fresa encima y croissants sin relleno), a veces ni tostadas normales tenían. Las cenas eran ligeramente mejores, aunque también precocinadas y cutres, al menos había opciones de ensalada aceptables y el postre no estaba mal (recurrí a robar el postre de la cena para el desayuno). De fruta entera no precortada solo podías encontrar manzanas.
Viaje a Rusia: Kremlim de Moscú. Entrada (de fondo, edificio donde trabaja Putin y pabellón blanco horrible), y catedrales de la Dormición, la Anunciación y el Arcángel |
Vamos, un día bastante mediocre. A las 6 estábamos en el hotel y decidí salir a dar una vuelta por los alrededores y buscar un supermercado (necesitaba chocolate) con otra viajera. Llevaba yo el mapa y ya sabéis que soy de las que, si tiene que elegir una dirección, elige la equivocada. En este caso había tres direcciones que elegir y tuvimos que volver atrás dos veces antes de llegar a la zona que buscábamos, que estaba en línea recta con respecto a donde veníamos. Tampoco encontramos demasiado que ver (y el único chocolate que tenían era con leche, no negro).
La cena al menos estuvo algo mejor que la media, aunque no es que fuera nada del otro mundo y desde luego no arregló el día.
Sobre el Holliday Inn Exprés Paveletskaya:
Mucho más cutre que el de San Petersburgo, y eso que son de la misma cadena. El colchón y las almohadas eran un desastre, no reponían ni el agua ni (lo que es peor) las toallas, siendo el personal bastante maleducado.El desayuno solo podía calificarse como insuficiente en la parte dulce (unas galletas raras con algo de fresa encima y croissants sin relleno), a veces ni tostadas normales tenían. Las cenas eran ligeramente mejores, aunque también precocinadas y cutres, al menos había opciones de ensalada aceptables y el postre no estaba mal (recurrí a robar el postre de la cena para el desayuno). De fruta entera no precortada solo podías encontrar manzanas.
Consejos y curiosidades para viajar a Rusia
Orientarse en Moscú:
Es
relativamente fácil. Tienes un río ancho y un canal que hacen como
un círculo, y todo está organizado de forma circular con grandes
avenidas que lo cortan como un queso. Solo hay que buscar el agua y
luego la avenida más cercana a donde quieres ir.
¡Ay muñeca! No creo que te hayan quedado ganas de volver a Rusia jajaja
ResponderEliminarSi vuelvo, solo a San Petersburgo ^^
Eliminar