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sábado, 26 de marzo de 2022

Crónica: escapada a Sigüenza

Sigüenza es una ciudad de esas que tienes que visitar sí o sí, y más si vives a tiro de piedra, como es mi caso. Así que, en cuanto surgió la oportunidad de ir, no lo dudé un instante.
Antes de llegar, hicimos una parada en el área 103 y dimos un rodeo para apreciar las vistas desde el Mirador de Pelegrina (también llamado el Mirador de Félix Rodríguez de la Fuente), que son alucinantes. Luego, ya pusimos rumbo al pueblo, donde prácticamente lo primero que hicimos fue ir a la oficina de turismo y apuntarnos a la visita guiada por la ciudad, que cuesta 7€ e incluye un recorrido por la parte medieval.
Hasta que empezó, dimos un paseo por la zona del arroyo del Vedo y hacia el Parque de la Alameda, que ahora está en obras, pero no nos dio mucho tiempo a ver demasiado y pronto nos dirigimos al punto de encuentro. Empezamos por la catedral con una introducción a la ciudad (la entrada a la catedral no estaba incluida) y fuimos subiendo en dirección al castillo-parador, haciendo varios altos para explicar algunos lugares de interés, como los puntos donde pasaba la muralla. 
También entramos en la Iglesia de Santiago, en la que cayó una bomba en la Guerra Civil y se ha llevado a cabo un proceso de restauración, y en la casa del Doncel. En esta última tienen un museo (colección de guitarras, una zona de alfombras...), además de poderse ver preciosas yeserías. 
Casa del Doncel y Castillo de Sigüenza
Casa del Doncel y Castillo de Sigüenza
Luego, llegamos a lo más alto y entramos al castillo, que como he comentado ahora es un parador, donde nos contaron la leyenda de doña Blanca de Borbón, repudiada por Pedro el Cruel y encerrada durante años en el castillo. También nos enseñaron el pozo bajo el cual se encerraba a los presos.
Luego comenzamos la bajada por otra calle hasta el Palacio Episcopal, zona donde también está el internado y otros edificios de interés.
Acabado el tour, conducimos hasta el hotel-restaurante La Cabaña, donde se come de maravilla, en especial los asados. 
Luego volvimos para entrar a la Catedral de Sigüenza. Pagamos también la visita a la cripta y es lo primero que vimos. El enterramiento es de gente que trabajó en la construcción del templo, y también nos contaron otras curiosidades. La visita es de una media hora con guía, no apta para claustofóbicos. La visita de la catedral, por su parte, es con audioguía (completa pero bastante técnica) que tienes que descargarte con un qr. 
Va para largo, echamos horas y al final nos tuvieron que echar (de hecho, cuando llegamos a la entrada ya habían cerrado la puerta). En cualquier caso, me pareció que merecía mucho la pena y que el interior es maravilloso, con muchos espacios. Solo por el sepulcro del Doncel ya merecería la pena, pero tiene muchos más puntos preciosos e infinidad de cosas que ver, ¡hasta una colección de tapices!
Catedral de Sigüenza
A lo tonto, nos quedó por ver el Museo Diocesano, cuya entrada está incluida con la de la catedral, porque ya había cerrado. Vamos, que si vas a Sigüenza hay que dedicarle al menos dos días, uno para la catedral y el museo Diocesano y otro para ver el resto de cosas de la ciudad (algo se nos quedó por ver también en el casco histórico). Por suerte, está cerca de Madrid ^^. 
 

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