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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

domingo, 21 de febrero de 2010

Algunas fotos que hice de pequeña

En mi colegio teníamos la asignatura de fotografía. Dejando al lado el odio mutuo que nos teníamos la profesora y yo, la asignatura en sí me gustaba bastante. Las fotos las revelábamos a mano, con productos químicos, y llegamos a hacernos una cámara primitiva con cajas de cartón. Hoy publico las fotos que hice con esa primitiva cámara que hice con una caja de puros de mi padre y que todavía conservo.

Esta fue una de las primeras que hice. Hay que tener en cuenta que, para que la foto saliera, teníamos que quedarnos quietos 15 minutos. Como ninguno de nosotros teníamos paciencia suficiente para mantener la quietud (excepto en una foto de grupo que no mostraré por tener las caras de otras personas que no han consentido), la mayoría de estas fotos eran de paisaje. Yo elegí uno de mis rincones favoritos, en un lugar al que, por cierto, nos tenían prohibido acceder.
Con esta hice trampas y me salio el tiro por la culata. elegí el lugar y dejé la cámara en una montaña de libros. Por desgracia, me puse a hablar con unas amigas y cuando volví me di cuenta de que unas cuantas personas se habían puesto en medio. Les he emborronado las caras, de todas formas la parte bonita es la de arriba.
Esta otra la hice con mi cámara de fotos buena (bueno, era una cámara normalita y bastante barata, pero me hacía su función) con un carrete para blanco y negro. ¿A que se nota la diferencia? (es de esperar cuando se hacen fotos con una caja de puros). Luego la revelé a mano. Quise acentuar el contraste de luces y sombras un poco pero se me pasó el tiempo. No tengo ni idea de lo que andaba haciendo. Aun así, la foto me gusta. Tengo dos versiones: la que hice yo y otra que me revelaron los chinos de enfrente de casa. La verdad es que las dos me gustan...

Esta es la última foto que hice antes de que se acabaran las clases de fotografía porque desmontaron el laboratorio para hacer nuevas aulas. Creo que es la única en la que no me pasé con el tiempo de exposición a los productos químicos. Quizás incluso me quedé corta. Pero claro, cuando uno empieza a hacer las cosas bien, al año siguiente eliminan las clases. Mala suerte.
Próximamente: el resto de fotos que hice con el carrete en blanco y negro y que nunca llegue a revelar a mano.

domingo, 14 de febrero de 2010

Literatura comprimida 2009

Uno de mis microrrelatos ha quedado finaliste en el concurso de relatos de literatura comprimida y ha sido publicado en el libro electrónico Literatura Comprimida 2009. Si queréis descargarlo, buscarlo en issuu. De todas formas, intentaré colgarlo destrangis en la página alternativa de escribolee.

domingo, 24 de enero de 2010

PortaMp4

El otro día me regalaron un mp4 y no encontré nada con lo que colgármelo al cuello por casa, así que cogí un monigote de punto de cruz (sí, hago punto de cruz... es relajante y se me da bien) que hice hace tiempo y me hice el bolsito.

Es una monada, y ya estoy pensando en distintas versiones que pasan por magos, hadas y dragones.
Últimamente, los patrones me los hago yo, porque desgraciadamente los que venden en las tiendas son bordados para abuelas o religiosos. Cuando acabe el inmenso cuadro de hada que hago en estos momentos (me llevará un año o así, hay que ver la paciencia que tengo), empezaré con un unicornio inmenso muy bonito que hice el otro día.

domingo, 10 de enero de 2010

Avatar literario

Todo empezó cuando me planteé hacer una felicitación de navidad para mis contactos de correo electrónico. Me parecía demasiado visto mandar los típicos de papá noel, los belenes y los reyes, especialmente teniendo en cuenta que en mi familia no somos especialmente navideños y no nos comemos ni las uvas... Desde luego, ni me planteé la posibilidad de mandar la típica foto cutre de uno mismo con el gorro de Papá Noel.
Y luego surgió la idea de crearme un avatar literario, al estilo mangaka. No tuve que pensar mucho en algo con lo que me identificara: una ratoncilla de biblioteca. Y luego todo fue cuestión de coger el plástico y el rotulador y ponerme a dibujar. Después de un primer intento que parecía sacado de Alvin y las ardillas, me salió el resultado final. Hice una copia, la vestí de acuerdo con las fiestas y la envié a todo el mundo (añadiendo un poco de autopromoción de los blogs, que para eso estudio publicidad).

La llamé Déborah Libros (ja, ja Green, te he robado el chiste), que casualmente fue mi mote durante un corto periodo de tiempo el año pasado, hasta que mi profesor de lengua, mr. Esparza, empezó a llamarme madame Sudoku por un incidente que no tuvo nada que ver conmigo.