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martes, 20 de diciembre de 2022

Relato: Azules

El relato de hoy tenía una consigna un tanto misteriosa... "Tu protagonista es de tu color favorito. ¿Qué implica eso en su mundo?". No tengo preferencia por ningún en especial, me va según el día. Así que nada, dejaré que mi protagonista sea de color azul.

Azules

Los azules no habían nacido para ir a tierra. Esta era demasiado marrón o demasiado verde, por lo que llamaban demasiado la atención y eran presa fácil para los depredadores. Al menos, esa era la excusa que se había dado desde hacía miles de años, antes de que Ciudad de Mar empezara a comerciar con la superficie. No obstante, para aquel entonces la costumbre ya estaba muy arraigada y los azules siguieron con sus vidas subacuáticas, sin demasiadas ganas de ver qué había ahí arriba y dejando a los verdes y a los marrones las relaciones con el exterior.
Concha, sin embargo, no estaba dispuesta a dejar que su color de piel fuera un limitante. Era la más azul de entre los azules, pero iría en la próxima expedición a tierra costara lo que costara, así que se dirigió a la oficina de relaciones con el exterior para exigir que le dejaran participar en la siguiente misión comercial. 
Lo cierto es que no le costó nada, ya que no había una prohibición expresa para que los azules salieran a la superficie. Se llevó muchas miradas de extrañeza, pero nadie puso ninguna pega y pudo, por fin, ver la tierra de la que tanto había oído hablar.
Se sintió un poco extraña cuando salieron, pero estaba tan entusiasmada que no le dio mayor importancia y siguió alejándose del agua, rumbo hacia el punto de encuentro, junto con sus compañeros de la misión, compuesta por científicos, soldados y, sobre todo, comerciantes. 
Fue el día más agotador de su existencia, pero también el más emocionante. Y también el último. Porque siglos de evolución habían hecho que los verdes y los marrones se adaptaran a vivir en el exterior, mientras que los azules fueron perdiendo, poco a poco, esas facultades. Ya cuando se empezó a comerciar con tierra y tuvieron oportunidad de salir, los azules se dieron cuenta de que no se sentían cómodos ahí arriba, por lo que todos decidieron quedarse en su mundo submarino. Siglos después, su habilidad para sobrevivir en un medio aéreo y seco se había mermado todavía más y el organismo de Concha, tras tantas horas fuera de su entorno natural, simplemente no pudo soportarlo.
La muerte de Concha hizo que las autoridades decidieran prohibir a los azules, por su propio bien, subir a la superficie. Los azules, que nunca habían sentido ninguna tentación de ver qué había ahí arriba, se sintieron discriminados y fueron conscientes, por primera vez, de sus diferencias. Esa consciencia fue la semilla que, décadas después, daría paso a la revuelta de los azules y al colapso de Ciudad de Mar. 
A veces, un solo individuo que se sale de la costumbre es suficiente para que caiga una civilización. Y es por eso, verdes y marrones, por lo que cualquier atisbo de pensamiento divergente debe ser duramente castigado, especialmente si viene de un azul.

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miércoles, 14 de diciembre de 2022

Viaje a Egipto: Abu Simbel

El viaje en días anteriores

 La esperada visita al templo de Abu Simbel

Y llegó el día más esperado: la visita Abu Simbel, un complejo que incluye el templo que Ramsés II hizo construir para su propio culto y el que construyó para su esposa más querida, Nefertari. 
Sí, esa Nefertari, la del proyecto Nefertari del que tanto hablo... pero aunque no estuviera escribiendo una novela sobre ella, el templo hubiera sido lo más esperado del viaje. De hecho, no sé si recordaréis lo pesada que me puse con la exposición que se hizo en Alcobendas hace unos años con una réplica a escala de este templo. Pues imaginad verlo al natural.
El madrugón es criminal, porque hay que avanzar tres horas a través del desierto para llegar, pero merece mucho la pena y siempre se puede dormir en el autobús. De hecho, es lo que hice: me quedé tan frita que casi me pierdo el precioso amanecer en el desierto.
El complejo fue trasladado varios kilómetros tierra adentro en un proyecto internacional para salvarlo de quedar inundado por la construcción de la presa de Asuán (por eso Madrid tiene un templo egipcio, porque España colaboró), pero está tal cual, maravillosamente conservado. 
Fue alucinante ver, por fin, aquello sobre lo que tanto leí. Mi documentación está muy avanzada y prácticamente leía los jeroglíficos, además, tiré un montón de fotos a pesar del calor infernal que hacía dentro. Como en el Valle de los Reyes, al salir a los 40 grados notabas fresquito. 
Templo de Ramsés II en Abu Simbel y escena de la batalla de Qadesh de su interior
Templo de Ramsés II en Abu Simbel y escena de la batalla de Qadesh de su interior
Primero entré en el templo de Ramsés II, impresionante con las escenas de la batalla de Qadesh, y luego pasé al de Nefertari-Hathor, más pequeño pero más especial. Tan especial, que es el único en el que la Gran Esposa Real está a la altura del hombre (aunque Ramsés II sale más veces) y nada menos que en la entrada. Además, tiene escenas preciosas en las paredes del templo.
Demasiadas paredes y demasiado que ver para tan poco tiempo, ¡ojalá hubiéramos tenido más! Se me hizo corta la hora que tuvimos para verlo, aunque sí, reconozco que el interior no es tan gigantesco como sugiere la fachada y que el viajero medio, aunque apurado, puede verlo más o menos satisfactoriamente en ese ratito. 
Templo de Nefertari en Abu Simbel y escena de ofrenda en el interior
Templo de Nefertari en Abu Simbel y escena de ofrenda en el interior
Además, me estrené con el regateo cuando volvíamos al autobús. Los vendedores de esa zona eran menos pesados y agobiantes, así que, cuando vi a uno tocar un instrumento musical raro, negocié con él para compralo y conseguí un precio razonable. Bueno, pensaba que lo era hasta que un compañero lo compró en el pueblo nubio por cinco veces menos.
La vuelta se hizo más pesada porque no iba dormida y en el desierto a media mañana es un paisaje monótono, pero iba muy contenta y feliz después de esa visita tan largamente soñada.

El viaje los días siguientes y más...

Viaje a Egipto: Consejos e impresiones
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martes, 6 de diciembre de 2022

Relato: La primera batalla

Este relato lo hice para un concurso de la Fundación Biblioteca de Ciencia y Artillería. De espadas sé mucho, pero de artillería poco y menos, así que era de esperar el resultado. Pero aun así me parece que el relato quedó muy chulo.

La primera batalla

Todo está preparado, pronto empezará el combate. Esperan las órdenes en cualquier momento. Confía en que todo irá bien; sus mandos son grandes estrategas, y su armamento es muy superior al de sus enemigos. Pero ellos son conocidos por su crueldad y, en el fondo, tiene miedo de que algo salga mal y lleguen hasta ellos.

Santa Bárbara, virgen bendita, con tu espada vencedora protégeme de mis enemigos.

Aún recordaba el día en que se presentó en Segovia siendo un joven imberbe, con su certificado de nobleza y la cabeza llena de sueños de gloria. Entrar en la Academia fue todo un honor y sus primeros pasos en el Alcázar anticipaban un futuro brillante.
Su formación había sido dura, pero es bueno con los números y ha sido siempre de los mejores cuando realizaban las pruebas; apenas tenía fallos y dar en el blanco no tenía secretos para él.
No obstante, ahora que su primer combate es inminente, se pregunta si está preparado. No sería el primero que empieza a tener fallos bajo presión, y no duda que, en cuanto todo empiece, el caos de la batalla le afectará.
Lo tiene todo listo para la primera andanada, pero tiene que acertar en todas. No puede permitirse no hacerlo. Cada fallo podría costar la vida a alguno de los suyos. Cada fallo es una oportunidad del enemigo para sobreponerse y contraatacar.

Santa Bárbara, virgen bendita, con el poder del rayo, glorifica la boca de fuego de mi cañón y permite que salga victorioso.

Mira a los demás oficiales artilleros. Parecen relajados, decididos y tranquilos. Algunos de ellos incluso se permiten el lujo de bromear en un intento de descargar un poco de tensión. Pero sabe que las apariencias no tienen por qué significar nada. Él mismo, en apariencia, está tranquilo, aunque por dentro está hecho un manojo de nervios. Inspira y expira con lentitud, en un intento de relajarse.

Santa Bárbara, virgen bendita, con el cáliz y el vino mantén la fuerza de mi cuerpo y espíritu para la dura lucha y el combate.

Se empieza a ver movimiento entre las filas enemigas. ¿Se atreverán a atacar los primeros o esperarán? O quizás...
No tiene tiempo de pensar en nada más porque dan, por fin, la orden de atacar. De pronto, los nervios, el miedo y la tensión pasan a un segundo plano y los largos años de instrucción toman el control de su cuerpo.
Apuntar y hacer blanco.
La medallita de la virgen contra su pecho le da coraje en medio de la confusión.
Apuntar y hacer blanco.
No va a fallar porque no puede fallar, sus compañeros tampoco fallarán.
Apuntar y hacer blanco.
Apuntar y hacer blanco.

Santa Bárbara, virgen bendita, no me abandones nunca para que pueda defender mi fe y mi tierra.

 
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jueves, 1 de diciembre de 2022

Viaje a Egipto: Edfú y Kom Ombo

El viaje en días anteriores

Templo de Horus en Edfú

El día 2 el madrugón no era tan criminal: estábamos en Edfú, una ciudad que vive totalmente del turismo gracias al templo de Horus. El transporte, según nuestro guía (vi un autobús turístico, así que no era verdad, pero claro, él se llevaba comisión...), se hacía obligatoriamente en calesa, una pena porque los animales estaban muy mal tratados y se les marcaban hasta las costillas. 
Además era una experiencia que te mostraba lo peor del país, porque era una de esas ciudades que los occidentales pensamos que solo existen en las películas: llenas de polvo, con los edificios casi en ruinas, la gente haciendo vida en la calle y mercadillos, en cualquier sitio hay un puesto de comida callejera… 
Además, nuestro conductor a la ida era todo un kamikaze, iba adelantando como un loco a todo el mundo y tomó un atajo que nadie más siguió, por lo que un momento en el que pensamos seriamente que estábamos siendo secuestrados. Por suerte, llegamos sanos y salvos.
El templo de Horus es de la época ptolemaica. Para mí, esos ya de faraones tenían poco, pero sigue siendo historia... Es uno de los templos mejor conservados por lo que respecta al edificio, por desgracia, los grabados de las paredes están deteriorados por la mano del hombre, ya que alguien se dedicó a borrar las caras humanas sistemáticamente. Aún así, es espectacular y podemos encontrar en el templo desde recetas de farmacopea hasta escenas interesantes relacionadas con los dioses. 
El guía apuró hasta el último momento y, cuando llegamos al punto de encuentro, las calesas que tenía contratadas nos habían dejado tirados. Tuvo que negociar con otros para que nos llevaran de vuelta antes de que partiera el barco. Nuestra calesa a la vuelta la llevaba un chaval de unos 12 años, que sin embargo conducía infinitamente mejor que su predecesor. Además, nos iba a diciendo qué era cada cosa que veíamos. Todo estaba hecho una pena, pero se agradece el esfuerzo. 

Egipto - templo de Horus en Edfú y templo de Sobek y Haroeris en Kom Ombo
Egipto - templo de Horus en Edfú y templo de Sobek y Haroeris en Kom Ombo
Templo de Sobek y Haroeris en Kom Ombo

Después de la odisea en la calesa, nos metimos en el barco y partimos de nuevo hacia Kom Ombo para la visita del templo dedicado a los Dioses Sobek y Haroeris. El primero es un dios cocodrilo y el segundo una manifestación de Horus. 
El templo, también ptolemaico, está en peor estado porque se ha aprovechado como cantera, aunque tiene curiosidades como los jeroglíficos sobre medicina, con instrumentos que se usan hoy día, o las momias de cocodrilo, que tienen en un minimuseo. 
Nos dejaron algo de tiempo libre para compras, pero no cundió. Me agobian mucho los comerciantes y regatear, además, quisimos hacer una compra conjunta de chilabas y el tipo empezó con un precio razonable pero, cuando apareció nuestro guía para que nos diéramos prisa para el barco, de repente subió el precio… así que se quedó sin vender nada.
La cena era de temática árabe y se suponía que había que ir disfrazado, así que bajé con el pijama y envuelta en fulares como una mujer musulmana, pero hacía mucho calor y no aguanté mucho con ellos puestos. De todas formas, casi nadie iba disfrazado. Había fiesta después, pero el madrugón del día siguiente, a las 3am, me hizo desistir y me fui a dormir: me esperaba Abu Simbel y quería estar al 100%.
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miércoles, 23 de noviembre de 2022

Relato: Algo más allá

Un nuevo lanzamiento de dados:

Algo más allá

Dados en los que se basa el relato Algo más allá
Tenía que haber algo más allá. Las tierras de su familia llegaban hasta donde se perdía la vista y más. Ellos eran el centro de todo, como demostraba que prácticamente todos los edificios, los jardines y hasta las personas llevaran la L que les marcaba como propiedad de su familia. 
Pero tenía que haber algo más allá. Había visto las granjas de donde venía la comida, todas de la familia. También las ovejas con las que se hacían la mayor parte de las prendas de vestir, el lago donde pescaban los peces y en el que descansaban los patos que cenaban a veces, los extensos y peligrosos bosques de donde sacaban la madera, hasta los cultivos de especias. Todo lo básico se producía ahí, sí, pero ¿de dónde salían las sedas, el oro o las joyas de su madre? 
Sus progenitores le aseguraban que no había nada, pero averiguar ese misterio se convirtió en su obsesión. Cuando descubrió que dos de los criados de su padre se marchaban con los carros llenos de alimento y volvían con joyas y bagatelas, les abordó:
-¿De dónde habéis sacado todo eso? ¿Es que hay algo más allá?
-Los traen los barcos de velas blancas, mi señor -tartamudeó uno de ellos. No se les permitía hablar con el primogénito, pero tampoco podía desobedecer una orden tan directa.
El joven pareció conformarse, pero su nueva obsesión fueron esos barcos de velas blancas. Así que, la siguiente vez que vio a los hombres de su padre marcharse con el carro, les siguió. Atravesaron el bosque, laberínticos acantilados y hasta una ciénaga antes llegar a un pequeño puerto.
Y allí, el único lugar de esas tierras que no pertenecía a su familia, y en el que residían muchos que habían huido de su tiranía, ese joven inocente que no había visto el mundo más allá de la finca que le protegía, y que llamaba la atención con sus ropajes y actitud, se convirtió en una presa muy jugosa para mucha gente. Para su desgracia, los que querían vengar todas las afrentas fueron más, y más violentos, que los que querían usarle para enriquecerse. Nunca llegó a ver las velas blancas de los barcos.
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miércoles, 16 de noviembre de 2022

Viaje a Egipto: Valle de los Reyes, Luxor, Karnak y más

El día empezó fuerte. La noche anterior habíamos acabado de cenar a las 12 y pico de la noche y teníamos que levantarnos a las 4:45 para empezar las excursiones. No llegué a oír la alarma porque la llamada a la oración era a las 4:30. 
Lo que íbamos a ver era de lo que más me interesaba, porque se trataba de los alrededores de lo que fue la antigua Tebas y fue una zona importante para el Imperio Nuevo, así que estaba muy emocionada.
Tras un desayuno apresurado, nos metieron en una barca para cruzar el río Nilo a la orilla oeste, que es la orilla relacionada con la muerte y los monumentos funerarios. La barca tenía música de farándula española (la bomba de King África y cosas similares), suerte que el trayecto solo duraba una canción. 
Nuestro guía, Saladino, era local y en principio lo hacia bastante bien, aunque era un estafador en toda regla, como averiguaríamos más tarde. Más info sobre todo lo que nos pasó en Egipto y algunos consejos, en esta entrada. 

Colosos de Memnón

La primera parada fue para ver los Colosos de Memnón. Miden 18 metros de alto, parecen gritar por el viento a través de sus grietas y llorar debido a la condensación del agua. Parada fotográfica más que nada, había vuelos en globo pero no los teníamos incluidos y el programa estaba más que apretado.

Colosos de Memnón y Templo de Hatshepsut
Colosos de Memnón y Templo de Hatshepsut
Templo de Hatshepsut

Este templo siempre me había parecido bastante compacto y poco fotogénico, pero la verdad es que visto de cerca impresiona y las capillas dedicadas a los diferentes dioses, así como cada uno de los tres niveles, me parecieron muy impresionantes. 
Una de las curiosidades de este templo es que se intentó borrar la memoria de su creadora porque acaparó el poder vistiéndose de hombre y creando una mitología sobre su concepción. La verdad es que Hatshepsut es una faraona que me llama mucho la atención, e hizo grandes cosas a pesar de que nuestro guía intentó minusvalorarla.

Valle de los Reyes

Tumba de Tutankamon en el Valle de los Reyes
Tumba de Tutankamon en el Valle de los Reyes
Después, tocaba la visita al Valle de los Reyes. Intenté convencer al guía para que hiciéramos una parada en el Valle de las Reinas y así poder ver la tumba de Nefertari, a pesar de qué es carísima. Pero no coló, mala suerte.
Con la entrada al Valle de los Reyes puedes entrar en tres tumbas, la de Tutankamón se paga aparte por el equivalente a más o menos 15 €. La verdad, los pagué aún sabiendo que no merecía la pena, y desde luego que no la merece: está la momia, pero solo queda una pared pintada, ya que el resto de los tesoros están en El Cairo. 
Las otras tres tumbas que visitamos son de las más decentes: la de Ramsés III, la más larga y bonita, y las de Merenptah y Ramsés IX. Aunque debo decir que el calor casi me deja allí. Estábamos a más de 40 grados en el exterior y, para nuestra sorpresa, en las tumbas hacía mucho más calor, hasta el punto de salir fuera y sentir fresquito. 
Yo conozco bastante de la historia de Egipto y mucho sobre sus tumbas, así que sabía lo que estaba viendo y lo iba a contando los demás, pero la verdad es que, para el viajero medio, no sobraba un poco información y contexto sobre el faraón al que estaba dedicada a la tumba y la iconografía que podías encontrar dentro. 

Luxor y Karnak

Entrada del templo de Luxor y Bosque de Columnas de Karnak
Entrada del templo de Luxor y Bosque de Columnas de Karnak
Tras visitar todas las tumbas y esperar por dos pesados más de media hora, volvimos a Luxor para ver su famoso templo. Las estatuas monumentales de Ramsés II, las escenas de las paredes del templo y todas sus salas sin duda merecían una visita mucho más larga.
Era toda una impresión estar ahí por fin y ver las cosas al natural; las fotos engañan mucho, pero en este caso es tan impresionante como parece. Igual sucede con Karnak, es la joya de la corona de esta zona y no es para menos: el bosque de columnas de la gran sala hipóstila (con más de cien columnas monumentales) es alucinante y se pueden echar horas admirando ese esplendor. 
Por desgracia, no teníamos tanto tiempo: los estómagos rugían porque llevábamos desde las 5 de la mañana sin probar bocado y eran casi las 3 de la tarde. Debido a esto, el guía nos pasó a toda velocidad por los puntos más conocidos, pero no nos acercamos a muchos otros que no me gustó perderme. Habría preferido comer más tarde, o no comer, para poder verlo con más calma y sentí no tener más tiempo en Karnak, o poder pasear por la avenida de esfinges. 
Volvimos al barco para comer y luego partió, dejándonos toda la tarde de tiempo libre. La cena fue bastante tarde para el día que llevábamos, pero no me la podía saltar porque nos tenían que decir la hora a la que había que levantarse al día siguiente. Fatal organizado, vamos.

El viaje los días siguientes y más...

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miércoles, 9 de noviembre de 2022

Relato: ¿Lo mando o lo borro?

Este relato lo mandé a un concurso de microrrelatos y no ganó, así que he decidido publicarlo por aquí, lo que el el fondo es el broche perfecto para el concepto metaliterario del propio relato, ya que el hecho de publicarlo aquí lleva el final implícito XD.

¿Lo mando o lo borro?

¿Lo mando o lo borro? Es un relato interesante y metaliterario, pero seguro que se presenta muchísima gente. Escribirlo ha sido duro, además, ganar un premio sería una gran forma de meterme en el mundillo literario.
¿Lo mando o lo borro? Qué desmotivador si no gano. ¿Y si los jueces piensan que es un simple desvarío de una escritora sin inspiración y no le ven la gracia al concepto? ¿Y si se ríen de mí? Qué vergüenza. Menos mal que va con plica.
Por otro lado, ya está escrito y, si se ríen de mí, no me voy a enterar. Así que, ¿qué hago? ¿Lo mando o lo borro? El plazo acaba mañana, tengo que decidirme. ¿Lo mando o lo borro? Odio tomar decisiones bajo presión. ¿Lo mando o lo borro? Venga, cara es mandar, cruz es borrar. Lo dejamos en manos del destino.

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jueves, 3 de noviembre de 2022

Viaje a Holanda: Marken, Volendam, Edam, Zaanse Schans

El último día era por los pueblos típicos de la zona. Sólo estaba incluida en la excursión de por la mañana pero cogí también la opcional de por la tarde para ver dos pueblos más.

Marken

Casitas de Marken con barcos
Empezamos yendo a Marken, un pueblo de protestantes algo radicales que se mantuvo prácticamente intacto tanto en tradiciones como en construcciones y que es una comunidad muy cerrada. El pueblo es muy bonito y se puede ver como evolucionaron las casas después de que pusieran el gran dique y ya no hubiera riesgo de inundación.
Había que hablar en voz muy baja porque odian a los turistas, pero era curioso ver cómo viven aun a día de hoy.

Visita a la fábrica de queso

Después fuimos a una fábrica de queso que fue de lo mejorcito. Yo soy muy quesera y nos dieron a probar una amplia variedad de todo tipo, algunos de ellos con premios internacionales. Tenían desde quesos semicurados hasta curados, pasando por todo tipo de combinaciones de sabores que iban desde el coco hasta la lavanda. Si por mí fuera me hubiera llevado toda la tienda, pero me conformé con un queso curado que estaba de muerte, con la esperanza de que no me lo requisaran en el aeropuerto como hicieron en París.

Volendam

Lago y costa de Volendam
Volendam es un pueblo pesquero que supo adaptarse muy bien a las nuevas circunstancias (cuando cerraron con el dique, pasó a ser una zona de agua salada sin pesca) y hacen del turismo su modo de vida sin perder demasiado su esencia. Tuvimos tiempo libre más que de sobra para visitarlo, ya que la parte bonita son básicamente dos calles. Es un pueblo muy agradable, aunque no hay mucho más que hacer aparte de comprar una vez visto todo.

Edam

Distintas vistas de Edam
Tras la comida fuimos a Edam, otro bonito pueblo lleno de canales del que sin embargo no pudimos disfrutar por completo, ya que había una feria y las atracciones estaban por medio de todos los sitios interesantes, sin dejarlos ver bien. Por no hablar del ruido machacón de todas. 
Curiosamente, el queso edam no lo fabrican ellos, pero cogieron el nombre porque ellos sí que recibían esos quesos y se convirtieron en el punto de venta mayoritario. 
En Edam visitamos también una preciosa iglesia protestante, la de Grote Kerk o San Nicolás, que tenía una parte de mercadillo de segunda mano.

Zaanse Schans

La última parada fue Zaanse Schans. Es un lugar en el que reconstruyeron las casas de madera típicas y algunos molinos, a veces trayendolos desde lejos, para conservar todas esas estructuras tradicionales. 
Lo curioso es que está habitado y que realmente son las estructuras originales que están restauradas, porque si no daría una sensación de un parque temático. Los molinos también tienen su gracia porque cada uno servía para una cosa distinta, desde moler especias hasta cortar madera, y muchos fueron toda una revolución tecnológica. 
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miércoles, 26 de octubre de 2022

Relato de ciencia ficción: A la antigua

Hoy tocaba hacer un relato de ciencia ficción rural.

A la antigua

Estaban acabados. Un virus informático había hecho que todos los androides que trabajaban la tierra dejaran de funcionar justo antes de la cosecha. Si los frutos quedaban sin cosechar, se pudrirían ahí mismo y sería su ruina. 
No era ningún consuelo que Gatlok, el terrateniente responsable de infectar los robots de sus competidores, ya hubiera sido linchado. Eran demasiados los afectados; ni siquiera dejando que los androides de Gatlok hicieran su cosecha (usarlos en campos ajenos a su programación estaba descartado) y repartiéndosela entre todos lograrían suficiente dinero para compensar las pérdidas. También iban a vender el resto de bienes del terrateniente, pero no era que hubiera mucho que repartir: el muy desgraciado se había endeudado para conseguir el virus informático que les había condenado.
Estaban todos hundidos hasta que el hijo de uno de los vecinos, que volvió de la universidad para intentar ayudar, propuso que hicieran la cosecha a la antigua. No había suficientes humanos para cosechar todos los campos, pero al menos una parte recuperarían. Además, hacer las cosas a la antigua estaba poniéndose de moda: si movían la acción en el metaverso y a la gente le hacía gracia, lo mismo lograban ayuda o, por lo menos, algo de publicidad.
Así pues, por primera vez en más de cien años, los frutos los cosecharon a mano tanto los propietarios del terreno como los grupos de domingueros que pagaron por participar en la experiencia y llevarse a casa el fruto que habían cogido directamente de los árboles. Solo con lo que sacaron por la venta de entradas cubrieron pérdidas y no quedó un solo árbol sin cosechar. Y el resto de frutos se vendió por mucho más de lo esperado, ya que haber sido recogidos a mano era un valor añadido.
Los propietarios arreglaron sus androides y pudieron seguir como hasta entonces, pero la siguiente cosecha volvieron a hacerla a la antigua. En el fondo, Gatlok les había hecho un favor.

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jueves, 20 de octubre de 2022

Viaje a Holanda: La Haya y Ámsterdam

La Haya

La Haya es una ciudad muy europea, sin nada que la haga famosa más allá del Tribunal Internacional de la Haya, albergado en el Palacio de la Paz, un edificio ecléctico con componentes donados por varios países, que resulta muy bonito y merece la pena ver.
No obstante, aunque no tiene mucha fama más allá de eso, me gustó mucho la ciudad. Hay muchas embajadas en antiguas mansiones y el parlamento es una buena vista, además de tener una galería comercial de las que me gustan, que en este caso estaba decorada con sombreros de todo tipo colgando sobre las cabezas. 
Así que fue un paseo bonito durante el rato de tiempo libre que nos dejaron mientras el resto del grupo iba a una excursión que no me interesaba, el Madurodam, una exposición de maquetas. 

Qué vergüenza...

Y ahora la anécdota vergonzosa del viaje. Me entraron ganas de ir al baño, pero todo estaba cerrado. Encontré un baño público de esos modernos que van todos automáticamente. Pero no se debió cerrar bien la puerta y justo cuando ya lo tenía todo bajado se abrió la puerta de golpe. Menos mal que no había mucha gente por ahí, menudo espectáculo. 😳 

Ámsterdam

Tras la visita a La Haya, viajamos hasta Ámsterdam, donde empezamos con un tour panorámico en el autobús, ya que parece ser que no permiten los tours a pie con guías. Vimos sobre todo la calle principal y ya desde el primer momento me dio la sensación de que es una ciudad bonita para pasear, pero sin nada que me pareciera especial (aparte de los museos, que no daría tiempo a visitar).
Luego fuimos a comer al restaurante de la estación, que es bastante lujoso y con buenas vistas, tras lo cual tuvimos un poco de tiempo libre antes de subirnos al barco para el paseo con los canales, que aprovechamos para visitar la preciosa Basílica de San Nicolás, con una mezcla de estilos muy interesante. 
El tour en barco por los canales estaba bien, tenía guía en todos los idiomas y el conductor también hacía sus aportaciones en inglés. Se ven las partes más importantes de forma rápida, aunque no del todo cómoda si quieres hacer fotos. 
Interior de San Nicolás, Edificio de la estación, Casas en un canal de Ámsterdam

Luego tuvimos algo más de tiempo libre, así que fuimos al Barrio Rojo, una decepción porque parece un barrio normal, aunque allí me compré un chupa-chups de marihuana, por probar. Quizás de noche el Barrio Rojo sea otra cosa, pero a media tarde solo encontré muchos turistas y poco ambiente. 
Seguimos hasta la plaza Dam, con iglesia Nieuwe Kerk, el Palacio Real y el Monumento Nacional. Aun así, quise seguir un poco más y llegué hasta la Munttoren antes de tener que dar la vuelta porque nos llevaban al hotel, en la otra punta de la ciudad. 
Me pareció una estupidez, la verdad. Podrían habernos dado la llave y dejar las maletas en consigna para que nos gestionáramos como quisiéramos. Y más si tenemos en cuenta que tuvimos un rato para dejar bártulos antes de pillar el bus para cenar, otra vez en el mismo sitio. Vamos que, entre ir y venir, perdimos una preciosa hora que podríamos haber dedicado a visitar la ciudad. 
Del centro de Ámsterdam ya no vi nada más, porque al día siguiente nos dejaron muy tarde en el hotel y estaba demasiado cansada como para pegarme una paliza en tranvía para volver al centro y estar apenas una hora antes de tener que volver para el hotel. Así que paseé por la zona, residencial y repleta de canales, pero sin historia. Una pena. Habrá que volver, aunque solo sea por los museos.

El viaje el día siguiente:

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jueves, 13 de octubre de 2022

Viaje a Bélgica y Holanda: Amberes, Delft, Rotterdam

El viaje a Bélgica en días anteriores... 

Viaje a Bélgica: Bruselas   

Amberes

Otro madrugón más para salir pronto hacia Amberes, la última capital belga del tour. Es una ciudad de gran importancia histórica, aunque salvo por algunos puntos muy concretos no tiene demasiado interés y desluce cuando la comparamos con los otros puntos visitados. Primero vimos el castillo de Steen, totalmente remodelado; después fuimos a la Gran Plaza del Mercado, con sus edificios gremiales y la Fuente de Brabo, que rinde homenaje al fundador de la ciudad. Al lado está la catedral de Nuestra Señora, a la que hay que pagar para entrar, aunque puedes ver un pequeño trozo de forma gratuita si accedes a la tienda. Un poco apartada queda la preciosa Iglesia de San Carlos Borromeo, a la que sí puedes entrar gratis; y también vimos el Callejón Vlaeykensgang, un pequeño trozo de ciudad medieval con casas tradicionales del siglo XVI.
Buena parte del tiempo libre lo dediqué a visitar una curiosidad oculta: unas escaleras mecánicas antiguas, hechas completamente con madera, que siguen en uso.
Plaza del Mercado de Amberes y las escaleras mecánicas completamente de madera
Plaza del Mercado de Amberes y las escaleras mecánicas completamente de madera

Delft y Rotterdam

La primera parada de Holanda fue Delf, una bonita ciudad con canales y dos iglesias principales con grandes torres. También tiene bastante historia y es famosa por sus cerámicas. Lo más destacable es la plaza del Mercado, con el Ayuntamiento y la Iglesia Nueva, sin que la Iglesia Vieja esté muy lejos.
Iglesia Vieja e Iglesia Nueva de Delft, El Lápiz y Casas Cubo, puente Erasmusbrug con edificio De Rotterdam
Iglesia Vieja e Iglesia Nueva de Delft, El Lápiz y Casas Cubo, puente Erasmusbrug con edificio De Rotterdam
No había mucho que hacer en el poco tiempo libre que nos dejaron (de haber tenido más, habríamos paseado por el pueblo tranquilamente) antes de ir a Rotterdam y hacer una panorámica de la ciudad. Todo el centro fue destruido en la II Guerra Mundial, quedando solo en pie el ayuntamiento y poco más, así que es todo moderno. 
Sí que tiene una arquitectura inusual en algunos edificios, como en El Lápiz o las Casas Cubo, aunque la arquitectura moderna no es lo mío, por eso fue una putada que nos soltaran en el centro y nos dijeran que teníamos una hora y media hasta la cena. La alternativa era gastarme 30€ para subir al Euromast, así que dimos un largo paseo y vimos algunos edificios curiosos más antes de irnos por fin al hotel.

El viaje a Bélgica y Holanda los días siguientes

Vídeos resumen:

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miércoles, 5 de octubre de 2022

Relato: El unicornio

Portada para el relato corto El unicornio
Kili odiaba a todo el mundo. A sus padres, que le contaban batallitas de cuando estaban en el grupo rebelde pero que se habían alegrado cuando la rechazaron en el ejército. A Lina, a quien sí habían admitido. A Arled, que no se sentía atraído por ella. A ese mago estúpido que le había confirmado que había algo especial en ella, pero que era demasiado débil y que probablemente no merecería la pena despertarlo. Les odiaba a todos.
Necesitaba perderles de vista, así que se internó en el bosque. Los rebeldes habían vivido en él durante más de dos décadas, pero los aldeanos seguían teniendo miedo al lugar y la miraban como si fuera una bruja cuando se internaba entre los árboles.
-Malditos ignorantes idiotas -murmuró para sí-. No les soporto, ¡ojalá se murieran todos!
Entonces apareció el unicornio. Era la criatura más hermosa y sobrenatural que hubiera visto nunca, y su mera visión hizo que su cuerpo vibrara, de pronto repleto de... algo. ¿Sería verdad que los unicornios tenían la habilidad de conceder el Don de la Magia? No era de extrañar que los dioses hubieran sido desterrados de su mundo; esas criaturas eran divinas en sí mismas y solo deseaba arrodillarse y hacer lo que deseara.
Pero la criatura no deseó nada. Se limitó a marcharse, altanera. Kili intentó seguirla, pero fue inútil. Desconcertada, y con su cuerpo aún vibrando, se quedó allí un buen rato, soñando con lo que podría hacer con el poder que posiblemente le acababa de ser concedido. Les daría una lección a todos. Se convertiría en una cazadora de pegasos y dragones. Mararía al rey, a su Consejero de Magia y a esa horrible chica con tanto poder.
Kili frunció el ceño ante esos últimos pensamientos. El rey era un buen tipo, hasta a ella le caía bien. Del Consejero de Magia apenas sabía nada, y esa chica... ¿quién era esa chica? Además, ¿qué ganaba matando pegasos y dragones? ¿Y realmente había pensado en hacerle daño a su gente? 
Preocupada, corrió fuera del bosque, decidida a buscar al mago y a contarle lo que había pasado. El unicornio la observó marchar, frustrado por no poder matarla. No podían hacer daño a los humanos, habían hecho un juramento. Pero nada les impedía entregarles un gran poder y manipularles para que se hicieran daño a sí mismos o mutuamente o, lo que era mejor, dañaran a sus enemigos principales.
Estaban bien atentos para buscar a humanos repletos de odio que pudieran servir a sus fines para entregarles el don de la magia y dirigirles en la dirección correcta. No obstante, por alguna razón, los tres o cuatro que habían captado se asustaban de sus propios pensamientos y pedían ayuda, precisamente, a aquellos con los que los unicornios querían acabar. Lo cual acababa engrosando las filas enemigas con magos de primer nivel. 
No es que fueran peligrosos para los unicornios, después de todo, ellos les habían dado el Don. Pero este había sido su último fracaso, tendrían que cambiar de táctica. Tenían tiempo, y paciencia. Encontrarían la forma y, entre tanto, seguirían haciéndose más y más poderosos. Tarde o temprano, sustituirían a los dioses que habían sido desterrados y el mundo sería suyo, sin interferencias de otras razas.

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