—Dime que sí —susurró. Yo no estaba
nada convencida y así se lo hice notar—. Venga, no seas
aguafiestas... Tienes que probar nuevas experiencias de vez en
cuando.
Me puso esa
carita de cordero degollado que tan efectiva le resulta siempre, pero
no podía hacerlo. No, llevaba toda mi vida sin sentir la más mínima
tentación y no iba a empezar ahora. Menos, con uno tan grande y
gordo. Pero siguió insistiendo y al final acabé por ceder. Abrí el
libro, de más de mil páginas, y me puse a leerlo, solo para que él
pudiera comentarlo conmigo.
RelLo gracioso es que me gustó, y que ahora
lo hago a menudo. Siempre le agradeceré que me hiciera probar esa
nueva experiencia.
---------------------------------------------------------------------------------
Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por visitarme y comentar! Espero que lo que publico te haya gustado pero, si no es así, por favor, ¡dímelo de forma constructiva! Tus comentarios me ayudarán a mejorar.